Aneval es la asociación de las cinco grandes compañías de rent a car que operan en España (Avis, Enterprise, Europcar, Hertz y Sixt). Con una aportación de 5.000 millones de euros al PIB y la creación de 29.000 empleos directos e indirectos, suponen una pieza clave de la nueva movilidad, al proporcionar un servicio sin barreras temporales, con una gran libertad de movimiento por tener el radio de acción más amplio de las soluciones de coche compartido. Además, con una flota de casi 100.000 vehículos que se renueva cada nueve meses y donde el 80% emite menos de 120 gr/km., se convierten en un eficaz plan de choque contra la contaminación y el envejecimiento del parque.
Ahora, con la inminente entrada en vigor en Madrid de la obligatoriedad de llevar la etiqueta medioambiental de la DGT en los coches, Aneval asegura que exhibir físicamente la etiqueta para acceder a Madrid Central, que entra mañana miércoles en vigor, supondrá para estos operadores un coste de más de dos millones de euros anuales.
Aunque la asociación se muestra a favor de la iniciativa de la nueva zona cero emisiones Madrid Central puesta en marcha por el consistorio con el objetivo de reducir los altos niveles de contaminación de las grandes urbes y hacer más fluida la movilidad en el centro, considera que el criterio de filtrado del tráfico de acuerdo a un distintivo físico resulta anacrónico e inoperativo.
Y es que tener inmovilizada la flota hasta recibir este distintivo supondrá a los operadores de rent a car unas pérdidas de más de un millón de euros anuales, al que hay que sumar el desembolso económico extra por la compra de las pegatinas. Teniendo en cuenta que introducen 150.000 nuevos coches cada siete meses, Aneval estima que, como mínimo, deberán hacer una inversión anual adicional de otro millón de euros en etiquetas solo para cubrir las matriculaciones.
Además, dado que toda su flota -repartida por el territorio nacional y susceptible de operar en Madrid en cualquier momento- cumple con las exigencias medioambientales para acceder al centro de la capital, deberán tener preparadas otras 100.000 etiquetas más al año para asegurarse de que cualquier vehículo que venga de otra provincia pueda circular al llegar a la capital.
Costes extra de reponer pegatinas robadas
A estos gastos hay que sumar también los costes extras derivados de reponer las pegatinas robadas, un fechoría cada vez más habitual entre algunos usuarios que la despegan del vehículo de alquiler para ponerlas en coches privados no autorizados y así pasar desapercibidos al acceder a Madrid Central sin importarles que los números de matrícula no coincidan.
Ante esta situación, Aneval pide al Ayuntamiento que elimine la obligatoriedad de la etiqueta física de la misma manera que tiene telematizada desde hace tiempo la información sobre el cumplimiento de la inspección técnica del vehículo o la aplicación de tarifas de aparcamiento en función de las características del coche, haciendo que ya no sea obligatorio exhibir el distintivo de la ITV o de la zona SER.
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