La transformación del sector del automóvil hacia el coche eléctrico no se está desarrollando al ritmo esperado, y tras unos primeros años de evolución más o menos rápida, la impresión es que al menos este año se va ralentizar más de lo deseado la implantación de estos modelos, tanto en Europa como en EEUU.
Y es que Ford ha anunciado que va a ampliar la producción en Estados Unidos de varios de sus modelos de todocaminos SUV con motores de gasolina a la vez que reducirá la de su camioneta 'pick-up' eléctrica F-150 Lightning.
El fabricante estadounidense ha justificado la decisión de producir menos F-150 Lightning, la camioneta 'pick-up' eléctrica de más ventas en EE.UU. en 2023, por la necesidad de "alcanzar el equilibrio óptimo de producción, crecimiento de ventas y rentabilidad".
"Ford espera un crecimiento mantenido de las ventas globales de vehículos eléctricos (VE) en 2024 aunque menos de lo inicialmente anticipado y se está preparando para lanzar la próxima generación de VE", señaló la compañía en un comunicado.
La reducción supondrá que la planta de vehículos eléctricos Rouge Electric Vehicle Center, en la localidad de Dearborn, sólo operará con un turno de trabajo, lo que implicará la eliminación de 1.400 empleos.
Aproximadamente la mitad de estos trabajadores, unos 700, serán transferidos a la planta de montaje Michigan, que aumentará su producción de los modelos de todocaminos SUV de gasolina, a la vez que iniciará la fabricación de las nuevas camionetas 'pick-up' Ranger y Ranger Raptor, también de gasolina.
Ford añadirá un tercer turno de trabajo de 1.600 personas en la planta Michigan, situada en la localidad estadounidense de Wayne, con los 700 empleados procedentes de la factoría Rouge y la contratación de 900 nuevos trabajadores para aumentar la producción de estas versiones de combustión.
Además de añadir el nuevo turno de trabajo, la planta pasará a producir vehículos los siete días de la semana en vez de cinco como hace en la actualidad. La fabricación de las nuevas Ranger está prevista que se inicie este verano.
Una decisión que llega después de haber anunciado ya que la planta de baterías que está siendo construida en la localidad de Marshall quedará reducida a una producción de 20 gigavatios hora (GWh) y una plantilla de 1.700 personas. Una planta que cuando fue anunciada en febrero de 2023 contaba con un plan de inversión de 3.500 millones de dólares para crear 2.500 empleos y producir 35 GWh al año, una reducción de las previsiones cercanas al 50%.
Preocupación en España
Y es que las dudas sobre el desarrollo del coche eléctrico también han afectado a Ford España, y tras la última visita a Almussafes (Valencia) de la dirección de Operaciones de la multinacional se sigue a la espera de conocer las inversiones y modelos eléctricos que se debieran producir en la factoría, en un momento delicado con mínima carga de trabajo y reducción de empleabilidad.
A mediados del año pasado el grupo automovilístico estadounidense confirmó que producirá en España sus dos nuevos vehículos eléctricos, basados en la plataforma de eléctricos GE2, pero sigue a día de hoy sin concretar ni el volumen de inversiones que destinará a la planta para acometer el cambio al eléctrico ni tampoco los modelos que ensamblará.
El último expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) acordado para la factoría por problemas en el suministro o falta de componentes se cerró en junio, mientras a finales de año concluyeron los despidos acogidos al ERE, que han dejado a la planta de Almussafes en mínimos históricos con 4.800 trabajadores.
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