España es el tercer país de la Unión Europea con el precio de la gasolina más alto ante de impuestos, sólo superado por Dinamarca y Malta. Así lo indica un estudio de la asociación Facua-Consumidores en Acción, que reclama al Gobierno que vuelva a fijar precios máximos para los carburantes. En el caso del gasóleo, España ocupa la octava posición de los 28 países analizados.
Para Facua, la "desregulación y la falta de competencia" están asociadas a los elevados precios de los carburantes que sufren los consumidores españoles. Por esta razón, insiste en reclamar al Ejecutivo que establezca de nuevo un sistema para fijar precios máximos como el que se aplicaba hasta finales de los años noventa, cuando se liberalizaron totalmente "con el cacareado e inconsistente argumento de que ello provocaría más competencia".
La asociación considera además que "la carestía de la gasolina y el gasóleo es un problema ante el que ningún Ejecutivo ha querido actuar con la debida contundencia, permitiendo que las petroleras aumenten brutalmente sus márgenes de beneficio".
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