La consejera delegada de General Motors, Mary Barra, calificó como "constructiva" la reunión mantenida en la Casa Blanca con el presidente, Donald Trump, y un grupo de ejecutivos de grandes empresas para abordar la política económica del país.
"Estoy satisfecha de haber sido parte de una discusión muy constructiva sobre cómo podemos trabajar juntos en políticas que apoyan una economía estadounidense fuerte y competitiva", afirmó Barra en un comunicado.
Tras la reunión, General Motors anunció que invertirá 47 millones de dólares en dos plantas de producción de Estados Unidos "para prepararlas para futuros programas de productos". La multinacional norteamericana añadió que "las inversiones combinadas supondrán retener 230 empleos en Estados Unidos". Unas inversiones que se dirigirán a las plantas de Spring Hill (Tennessee) y Bay City (Michigan).
La inversión de 27 millones de dólares en Spring Hill (que produce en la actualidad el Cadillac XT5 y Buick Acadia) permitirá que la planta produzca un SUV todocamino con el volante en el lado derecho para exportar a Australia con el nombre de Holden Acadia.
La inversión de 20 millones de dólares en la planta Bay City, que produce componentes de motores para las marcas Chevrolet, Buick, GMC y Cadillac, permitirá la producción para futuros programas de motores.
Como otros fabricantes de automóviles, General Motors ha sido atacada en el pasado por Trump por la producción de vehículos en México para su exportación a Estados Unidos. Desde que Ford anunció la cancelación de una inversión de 1.600 millones de dólares en México y que otros fabricantes como Fiat Chrysler (FCA) y Toyota se comprometieran a hacer inversiones en Estados Unidos, Trump ha cesado temporalmente en sus críticas a los fabricantes de automóviles.
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