La Inteligencia Artificial hará posible que los vehículos de conducción pilotada reaccionen apropiadamente en situaciones altamente complejas, igual a como lo haría un conductor humano, o quizá incluso mejor. Como una parte de la tecnología de información, la Inteligencia Artificial se propone equipar a las máquinas con capacidades similares a los seres humanos. Sin embargo, parece que el avance en este sentido está siendo más lento de lo esperado hace unos años cuando se iniciaron los primeros proyectos.
Y es que un nuevo estudio del Instituto de Investigación de Capgemini señala que solo el 10% de las grandes empresas automovilísticas está implantando proyectos de Inteligencia Artificial (IA) a niveles de escala en toda su estructura, y sugiere con ello que están perdiendo una oportunidad que podría incrementar su beneficio operativo en hasta un 16%. El informe también muestra que el número de empresas del sector que están implantando proyectos de IA es ahora menor que en 2017, pese a las ventajas que esta tecnología vislumbra en materia de costes, calidad y productividad.
Para este estudio se entrevistó a 500 directivos de grandes empresas de la industria de la automoción en ocho países, sobre la base de un estudio comparable de 2017, para identificar la evolución de las tendencias de la inversión e implantación de la IA. El informe identifica dos razones para el escaso avance en la adopción de la IA. Uno, los obstáculos para la transformación tecnológica siguen siendo significativos, principalmente por la falta de disponibilidad de datos y por la carencia de las competencias necesarias. El segundo, las altas expectativas puestas inicialmente sobre la IA se han transformado en una perspectiva más comedida y pragmática conforme las empresas afrontan la realidad que supone el proceso de implantación.
Debido a ello, la implantación de IA a escala experimenta un crecimiento lento y, desde 2017, el número de empresas de la industria de la automoción que han implantado con éxito la IA en todos los niveles de la organización ha aumentado solo de forma marginal (del 7% al 10%). Por el contrario, ha sido más significativo el aumento del número de empresas que no utilizan la IA en absoluto (del 26% al 39%). Según el informe, solo el 26% de las compañías tienen en marcha proyectos piloto de IA, frente al 41% de hace dos años.
EEUU a la cabeza
Esto quizá se deba, sugiere el estudio, a que a las empresas les está resultando más difícil obtener la rentabilidad esperada sobre la inversión. Los resultados también revelan una disparidad considerable entre regiones: el 25% de las empresas estadounidenses está adoptando IA a escala, frente al 9% de las chinas, el 8% de las francesas, el 5% de las italianas y el 2% de las indias.
Según el estudio, el sector puede obtener beneficios sustanciales derivados de la adopción a escala de la IA. El escaso avance en la implantación de proyectos de IA constituye una gran oportunidad perdida para el sector. De acuerdo con los modelos elaborados para el estudio, un fabricante tipo de entre los 50 más importantes del mundo que implante la IA a escala podría generar un incremento del beneficio de explotación de entre el 5 y el 16% o, lo que es lo mismo, entre 200 y 700 millones de dólares, según los cálculos más moderados o los más optimistas.
“Gracias a la inspección visual basada en la IA hemos reducido considerablemente la ratio de falsos positivos con respecto a los sistemas anteriores”, ha comentado Demetrio Aiello, director del Laboratorio de IA y Robótica en Continental. “Estoy convencido de que si somos capaces de aprovechar todo el potencial de la IA, podríamos generar un impacto en el rendimiento que prácticamente duplicaría la capacidad que tenemos hoy”.
A ojos de la industria automovilística, la IA genera puestos de trabajo, no los destruye: El informe muestra que el sector está más convencido del potencial de creación de puestos de trabajo de la IA: el 100% de los directivos afirma que la IA está creando nuevos puestos, frente al 84% de 2017.
Los datos que maneja el estudio señalan que la implantación de la IA genera beneficios en todas las áreas de la industria de manera consistente
Los datos que maneja el estudio señalan que la implantación de la IA genera beneficios en todas las áreas de la industria de manera consistente. De media, ha generado un incremento del 16% en la productividad en el área de I+D, mejoras del 15% en la eficiencia operativa de la cadena de suministro y del 16% en operaciones/fabricación. Un ejemplo es Continental, que utiliza simulaciones de IA capaces de generar cada hora datos de pruebas de vehículos equivalentes al recorrido de 8.000 kilómetros, frente a los datos equivalentes a un recorrido de 10.000 kilómetros que se obtenían cada mes con las pruebas anteriores de conducción física.
Markus Winkler, vicepresidente ejecutivo y responsable a nivel mundial del Sector Automoción de Capgemini, comenta: “Estos resultados muestran que el avance de la IA en la industria automovilística hace frente a numerosos obstáculos. Algunas empresas están logrando avances considerables, pero otras están teniendo dificultades para centrarse en los casos de uso más efectivos. Los fabricantes de vehículos deben empezar a darse cuenta de que la IA no es una oportunidad aislada, sino una capacidad estratégica necesaria para definir un futuro en el que deben gestionar las cuestiones relativas a la inversión, el talento y la gobernanza digital”.
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