Durante el 2017 se alcanzó un hecho insólito: por primera vez en 10 años, el nivel medio de dióxido de carbono (CO2) registrado por la emisión de vehículos nuevos tuvo una tendencia al alza, según datos de la patronal de concesionarios Faconauto. Concretamente en España, este aumento fue de 1 g/km de CO2 -0,6 g/km más que la media europea-. Pero, ¿cómo puede suceder esto en el momento más eficiente de la tecnología automovilística?
La clave está en la guerra al diésel que se ha declarado desde las instituciones y en el éxito de ventas que ha supuesto la llegada de los todocaminos (SUV por sus siglas en inglés), que debido a su peso necesitan más potencia y emiten mayor cantidad de gases contaminantes.
Menos coches diésel, más CO2
Con la amenaza de la eliminación del diésel presente, los compradores se decantan por adquirir coches con motor de gasolina. Según los datos recogidos por la patronal de concesionarios, Faconauto, hasta el mes de septiembre se incrementaron un 36,7% las ventas de vehículos de gasolina, en detrimento de las de diésel que cayeron un 15,6% respecto al mismo período del año pasado. Esto provoca una disminución de las emisiones de óxido de nitrógeno (NOx) -que son las partículas que expulsan los motores diésel- y el aumento de las de CO2 con la presencia de los de gasolina.
Desde la Asociación Española de Operadores de Productos Petrolíferos (AOP) señalan que "las medidas deben adoptarse bajo un criterio de neutralidad tecnológica y sin discriminar tecnologías que también pueden contribuir a la reducción de emisiones de CO2 o a la mejora de la calidad del aire."
Esta tendencia no parece que se vaya a corregir en el último trimestre del año, y es que el sector del automóvil sufrió una caída de ventas del 6,6% en el mes de octubre acusada por la entrada en vigor de los test de emisiones WLTP y los casos del Dieselgate.
De esta manera, los 116 g/km de CO2 registrados en España son la primera consecuencia de la desaparición progresiva del diésel en nuestras carreteras. Con el aumento de este tipo de emisiones se pone en riesgo cumplir con los objetivos de contaminación establecidos por la Unión Europea, que consisten en reducir un 40% las emisiones respecto a los niveles de 1990.
Los SUV contaminan más por sus características
El segmento de vehículos que más ha crecido en ventas en los últimos años es el de los Sport Utility Vehicle (SUV). En los primeros diez meses del año se han vendido 384.908 coches de este tipo, un 40,1% del total.
Sus dimensiones es uno de los atractivos para los compradores. La altura y el espacio del habitáculo aportan ventajas para quien tiene un SUV. Sin embargo, estas características tan voluminosas suponen una mayor contaminación atmosférica. El motor que necesitan para mover una carrocería más pesada es más potente, lo que deriva en un consumo extra y un aumento de emisiones respecto a las berlinas y otros coches.
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