"Algunos Estados miembros, incluyendo en particular a Francia, Italia y España, actuaron en varias ocasiones para retrasar la adopción" del sistema de control de los automóviles en condiciones similares a las de conducción real (RDE), indica el borrador del informe realizado por el comité del Parlamento Europeo.
Más allá del fraude de Volkswagen, fabricante alemán del que se descubrió en septiembre de 2015 que trucaba los motores de sus vehículos diésel para superar las pruebas de emisiones en el laboratorio, los exámenes no simulaban las condiciones reales de conducción. La Comisión Europea (CE) presentó el pasado enero una propuesta, que aún no ha sido aprobada ni por el Parlamento Europeo (PE) ni por los países de la UE, para endurecer los métodos de control tanto en emisiones de NOx como de C02.
El texto agrega que Francia, Italia y España, donde la industria automovilística tiene mucho peso, "favorecieron unos métodos menos estrictos en los controles". Los redactores del informe -el europarlamentario alemán de centroderecha Jens Gieseke y el liberal holandés Gerben-Jan Gerbrandy- concluyen que, una vez destapada en Estados Unidos la trampa de Volkswagen, varios países de la UE no adoptaron un "sistema de multas efectivo, proporcionado y disuasorio".
El informe preliminar se alinea, en ese sentido, con el análisis de la CE, que el pasado 8 de diciembre abrió un procedimiento de sanción contra siete países de la UE, entre ellos España, por no sancionar correctamente a Volkswagen tras descubrirse el fraude. El informe del comité de la Eurocámara para el "dieselgate" también destaca que las autoridades nacionales, encargadas de diseñar el sistema de controles y de aplicar sanciones cuando proceda, faltaron a sus obligaciones.
Los redactores del informe también critican al Ejecutivo comunitario, que entienden debería de haber optado antes por un sistema de pruebas más eficaz y haber vigilado más de cerca la aplicación de sanciones por parte de los Estados miembros. Tras difundirse el informe, Gerbrandy señaló en un comunicado de prensa que el "dieselgate" no se habría producido si los gobiernos nacionales y la CE hubieran cumplido "con sus obligaciones legales y administrativas".
"Nuestras investigaciones señalan que los retrasos innecesarios en la toma de decisiones, la negligencia y la mala administración contribuyeron a hacer posible el fraude", concluye Gerbrandy. Agrega que ya en 2012, tres años antes del "dieselgate", había "claros signos de que algo estaba mal en las emisiones de los coches diésel", como apuntaba un documento interno de la CE filtrado recientemente, en el que un científico del Centro de Investigación Integrada (JRC) transmitía a la Comisión Europea (CE) ciertas inquietudes sobre un test en las mediciones de la UE en un complejo tecnológico instalado en Italia.
"Pero la CE no llevó a cabo más investigaciones y no dio los pasos legales. Al contrario, la Comisión decidió activamente no tomar medidas", añade el liberal holandés. Gerbrandy subrayó que "es escandaloso que los fabricantes engañaran, pero esto se agrava por el hecho de que básicamente todo el mundo sabía esto durante años y, sin embargo, se hizo muy poco para abordarlo". El informe se debatirá en el comité de la Eurocámara que investiga el fraude de Volkswagen el próximo 12 de enero.
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