Se distinguen uno de otro a mucha distancia, dos formas inconfundibles desde la lejanía, especialmente por parte del 911, pero con muchas cosas en común que no se ven a simple vista. Caros, muy caros, (217.000 euros el Porsche, 181.000 el Mercedes-AMG Edition 1), alcanzan los 500 CV de potencia, tienen tracción trasera y "sólo" sirven para ser disfrutados a pleno rendimiento, exprimiendo cada uno de sus caballos para sentir la máxima expresión de la conducción deportiva. También sus diseños entran por los ojos, líneas que marcan una personalidad de mucho carácter que les convierten en deportivos deseados y admirados incluso entre los poco aficionados al mundo del automóvil.
El nuevo 911 R supone exprimir aun más por parte de Porsche el concepto de su más emblemático modelo, un 911 aligerado, biplaza como el AMG GT S y provisto de una mecánica de 500 CV que ha sido desarrollado por el departamento de competición de Porsche y del que apenas se producirán 991 unidades para todo el mundo, un modelo por tanto que rezuma exclusividad por los cuatro costados. Monta un motor de cuatro litros de cilindrada, atmosférico y de seis cilindros, que rinde 500 CV de potencia similar al del 911 GT3 RS, modelo con el cual también comparte otros elementos mecánicos. El cambio de marchas, a diferencia del AMG GT S, es manual de seis velocidades, y uno de sus datos más relevantes es la velocidad máxima que alcanza, 323 km/h, uno de los Porsche más rápidos por tanto. Acelera desde parado hasta 100 km/h en 3,8 segundos.
El 911 R es 50 kilos más ligero que el GT3 RS, (pesa 1.445 kg), gracias a que el parabrisas trasero y las ventanillas son de plástico ligero, el capó y las aletas de fibra de carbono, el escape de titanio y el techo de magnesio. También se ha reducido la cantidad de material aislante y se ha prescindido en el equipamiento de serie de elementos como el climatizador o el sistema de sonido, ambos opcionales. Prescinde del alerón fijo en la parte posterior y monta uno retráctil al estilo del 911 Carrera. El motor se puede elegir con un volante de inercia de una sola masa, que sirve para que responda con más inmediatez a los movimientos del acelerador. Además, incorpora una función que permite subir el régimen de giro del motor durante al reducir de marcha para que éstas sean más suaves y rápidas.
De serie, el 911 R tiene eje trasero direccional y frenos cerámicos de 410 milímetros de diámetro los delanteros y 390 los traseros. Los neumáticos delanteros son de 245 mm y los traseros de 305 mm de anchura, en ambos casos obre llantas de 20 pulgadas de diámetro. Por dentro, prescinde de las dos pequeñas plazas traseras convirtiéndolo en un biplaza con dos baquets realizados en fibra de carbono y detalles de coche de competición como los tiradores de las puertas en forma de sencillas correas.
Por su parte, el AMG GT S ofrece un interior algo menos austero, de diseño sin duda tan atractivo como el de su carrocería y con dós únicas plazas algo más confortables. Bajo el capó, los 510 CV llegan de un motor V8 sobrealimentado y dotado de cambio automático de 7 relaciones. Sus prestaciones son también impactantes, con la misma capacidad de aceleración del 911 R pero con una velocidad máxima de "solo" 310 km/h. Dos deportivos que sólo pueden exprimirse de verdad en circuito.
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