No suele ser muy habitual, pero BMW ha mostrado en su sede central en España un prototipo que hemos podido ver y tocar, pero no conducir. Se trata del Active Tourer, un modelo que los responsables de la marca han dejado caer no llegará a ser modelo de calle este año... pero sí muy probablemente el próximo. Sus dimensiones y formas le sitúan entre los monovolúmenes compactos, con 4,35 metros de longitud, una razonable anchura de 1,84 metros y una altura de 1,56 metros que dan lugar a un habitáculo espacioso con un elevado nivel de confort. Ofrece una gran distancia entre ejes de 2,67 metros, con un diseño exterior marcado por una elevada línea del techo y unas formas en la zaga que permiten disfrutar de una amplia capacidad de carga en el maletero. Unas formas que le situarían en la calle como un serio y directo rival para el Mercedes Clase B, aunque es de imaginar que con una personalidad aun más deportiva.
El sistema de propulsión de este concept es un híbrido compuesto por un novedoso motor de gasolina de tres cilindros de 1,5 litros -derivado del bloque de seis cilindros y tres litros de cilindrada utilizado en muchos modelos de la gama- y un motor eléctrico de desarrollo propio con baterías de ión-litio. El motor de combustión cuenta con un sistema de sobrealimentación mediante un turbocompresor y, en combinación con el eléctrico, ofrece una potencia conjunta de 190 CV. Aunque es más que probable que cuando llegue a comercializarse se mantenga como una de las opciones mecánicas de la gama, serán motores de tres y cuatro cilindros, siempre apoyados en la tecnología TwinPower Turbo, los encargados de dar vida a las versiones más comerciales, motores en algunos casos ya conocidos, como es el caso de los bloques de cuatro cilindros, tanto en gasolina como en Diesel.
Aunque este concept muestra una tecnología híbrida, el Active Tourer de calle contará con motores de tres y cuatro cilindros tanto Diesel como gasolina
En su versión híbrida, pude circular en modo completamente eléctrico durante 30 kilómetros gracias a una batería que puede recargarse mediante una toma de corriente convencional de 230 voltios, aunque también lo hace aprovechando la energía que se produce en los procesos de deceleración. Las prestaciones que desarrolla le llevan a una velocidad máxima de 200 km/h y una capacidad de aceleración de 0 a 100 km/h en menos de 8 segundos. Y ello con un consumo medio inferior a los 2,5 l/100 km y unos niveles de emisiones de CO2 de sólo 60 g/km. Tiene tres modos de funcionamiento, «CONFORT», «SPORT» y «ECO PRO», este último buscando siempre la máxima eficiencia energética. Así, por ejemplo, cuando no se ejerce presión sobre el pedal del acelerador, el motor de combustión se desconecta y se desacopla de la caja de cambios, siempre que se circule entre 50 y 160 km/h.
Lo que sí transmite al acercarte a él, es una calidad de realización como la de cualquier BMW que se comercialice actualmente, lo que demuestra que está plenamente desarrollado como para llevarlo a la serie a corto o medio plazo. El amplio techo acristalado deja paso a una gran luminosidad interior, en el que la sensación de espacio es muy elevada dando impresión de acoger a cinco personas con total comodidad. La amplia distancia entre ejes da lugar a un gran espacio de piernas en las plazas traseras, que cuentan además con múltiples opciones de regulación de los respaldos que da lugar así a un maletero en el que el volumen mínimo de 430 litros puede llegar hasta cerca de 600. Una solución funcional para un modelo de corte familiar que, a buen seguro, mantendrá grandes dosis de dinamismo a sus mandos.
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