La Dirección General de Tráfico ya 'amenaza' con su campaña de verano para controlar lo que se espera será una avalancha de desplazamientos después de los largos meses vividos de restricciones de movilidad. Y es que las muchas dudas que surgen a la hora de plantearse viajes al extranjero va a provocar un considerable aumento del turismo interior.
Así, la campaña especial de tráfico de este verano, que comienza este próximo viernes, contará con 28 nuevos drones y 16 radares fijos más para controlar los más de 90 millones de desplazamientos por carretera previstos, ya que se están recuperando más rápido de lo esperado, acercándose ya a cifras de 2019. Ya el pasado domingo se registró un incremento de la movilidad de casi el 20% respecto al mismo domingo del 2019 y este mes de junio ha habido ya cuatro días con más tráfico de largo recorrido que la misma jornada de hace dos años.
Los datos los ha facilitado en rueda de prensa el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, durante la presentación de la campaña estival, en la que ha apelado a no bajar la guardia para que "esas ganas que tenemos todos de unas merecidas vacaciones no se estrellen en las carreteras por una imprudencia". "No lo estropees" es el lema de la campaña de este año, en la que se va a reforzar la vigilancia de la velocidad y de los desplazamientos en moto, pero, sobre todo, los controles de alcohol y drogas.
Marlaska, que ha estado acompañado por el director general de Tráfico, Pere Navarro, entre otras autoridades, ha insistido en que no se trata de un verano más después de un largo invierno de confinamientos y restricciones, por lo que ha advertido que "hay que ser más precavidos que nunca".
Más radares, más drones
Para que la movilidad sea segura este año, Tráfico va a contar con 780 radares fijos de control de la velocidad –92 de ellos son de tramo–, 545 radares móviles, dos helicópteros, 216 cámaras de control de cinturón y de teléfonos móviles y 39 drones, de los que 23 tienen capacidad de denuncia y 28 son nuevos. Más de 1.300 radares por tanto destinados previsiblemente a controlar los excesos de velocidad para evitar accidentes, aunque la realidad es otra y, la mayoría de ellos, no están situados para prevenir un tramo de carretera de cierta peligrosidad, sino escondidos en lugares en los que el riesgo es mínimo por el trazado pero en los que es fácil sobrepasar ligeramente los límites de velocidad, sobre todo con turismos más o menos modernos, y llevarnos un disgusto para nuestros bolsillos.
La campaña se desarrolla en cuatro fases, la primera de la cuales comenzará el viernes 2 de julio y se prolongará hasta el 4 de julio; la segunda, irá del viernes 30 de julio al domingo 1 de agosto; la tercera, del 13 al 15 de agosto, coincidiendo el cambio de quincena y numerosas fiestas patronales en todo el país; y la última, del 27 al 30 de agosto, que se cerrará el operativo especial. El ministro ha insistido en pedir responsabilidad a todos, ya que en junio han fallecido 110 personas en las carreteras, 64 más que en 2020 (un año atípico por la pandemia), pero 40 más que en 2019.
Unas "señales de alarma muy preocupantes que tenemos que atajar cuanto antes", ha dicho Marlaska, quien ha recordado que todos los modos de desplazamiento han reducido su siniestralidad menos los que se producen en moto, que de forma persistente aumentan cada año el número de víctimas mortales: 117 en lo que va de año. La DGT ha señalizado los 100 tramos de mayor riesgo para los motoristas y es ahí donde la Guardia Civil va a intensificar el control.
También preocupan los viajes cortos por carreteras secundarias, donde se producen el 75% de los accidentes, por lo que Marlaska ha pedido extremar la prudencia y no confiarse en estos desplazamientos, muy habituales a lo largo de todo el verano.
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