El mercado español del automóvil creció en 2017 hasta cifras ya propias de épocas pre-crisis, con casi 1.250.000 unidades matriculadas. El canal de particulares sigue siendo el de mayor volumen en el mercado global, con algo más de la mitad de las ventas totales (un 52,5% el pasado año), aunque fue el que menor crecimiento experimentó.
Y el volumen de los tres coches más vendidos estuvo por encima de las 30.000 unidades de cada uno de ellos, curiosamente los tres producidos en fábricas españolas. El Seat León y el Ibiza en Martorell (Barcelona) y el Renault Mégane en Valladolid.
Sin embargo, esas cifras abarcan porcentajes muy elevados de compras por parte de grandes empresas de todo tipo, renting incluido, y de aquellas destinadas al alquiler de coches. Pero entre el cliente particular español, el coche más vendido el pasado año fue el Dacia Sandero, un pequeño utilitario “low cost” que, con 24.000 unidades, supera en más de 7.000 unidades al Ibiza y al León, los dos siguientes coches en la lista de preferencias del cliente particular español.
Una lista en la que se ve hacia donde camina el gusto y las preferencias de los españoles, pues los tres siguientes modelos se corresponden con el imparable segmento SUV, de valor medio de venta mucho más alto, y son el Hyundai Tucson, el Nissan Qashqai y el Kia Sportage, con 15.000 unidades el primero de ellos y casi 14.000 los dos últimos.
Queda claro, por tanto, que las ventas de coches sigue ofreciendo dos caras muy distintas, las de las empresas en general y la del cliente particular, con valor medio de compra claramente más elevado en el primero de ellos. Los españoles seguimos comprando coches, pero los presupuestos de compra siguen siendo ajustados entre los particulares.
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