Hace ya algo más de un año desde que se destapara en Estados Unidos el fraude de Volkswagen en la comercialización de sus motores diésel, que falseaban sus niveles de emisiones cuando eran sometidos a los test de homologación. Un hecho, el del engaño, que en Estados Unidos tiene efectos mucho menos permisivos que en Europa, y que en el caso de Volkswagen se ha reflejado en una pérdida de ventas en lo que llevamos del año del 13%, con un último mes de octubre especialmente malo con una bajada del 18,5% en el que no llegó a las 25.000 unidades.
En estos diez primeros meses, Volkswagen ha comercializado en el mercado norteamericano un total de 256.047 coches frente a los casi 300.000 que llevaba a estas alturas del pasado 2015. En octubre, todos los modelos que Volkswagen comercializa en Estados Unidos, excepto el Beetle, sufrieron un descenso de las ventas. La demanda del Golf cayó un 10,1%, la del Jetta un 5,6%, la del Passat un 23,2% y las del CC un 64,6%. Incluso las ventas del todocaminos Tiguan, que ha disfrutado de aumentos de la demanda en 2016, perdieron terreno con un descenso del 31%.
Una situación que en Europa tampoco está siendo la deseada para la marca alemana, que aunque presenta mejores cifras que en Estados Unidos, registra a falta de un trimestre para cerrar el año un retroceso del 0,8%. Frente a los 1.298.000 coches vendidos en 2015, en 2016 llevan en los tres primeros trimestres 1.288.400 unidades.
Pero si hay un mercado en el que no parece haber tenido repercusión alguna el fraude de las emisiones es China, su más importante mercado a nivel individual. Si en los nueve primeros meses de 2015 comercializó allí 1.914.000 coches, este año lleva ya más de 2.130.000 unidades, un 11,4% más que el año pasado. Un crecimiento que le ha permitido a Volkswagen mantener a nivel mundial una tasa positiva de crecimiento, un 0,6% que le han llevado hasta superar los 4,3 millones de unidades.
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