Motor

Nos subimos a la segunda generación del Volvo XC60: objetivo Audi Q5 y BMW X3

A los nuevos BMW X3 –recién estrenado en el mercado- y Audi Q5, les ha salido un duro rival a tenor de la primera toma de contacto que hemos tenido con el esperado XC60 de Volvo. Una nueva generación que apenas mantiene la denominación, y que da un salto cuantitativo y cualitativo como en su día lo dio el XC90.

Todo es nuevo en esta segunda generación del XC60, desde el diseño hasta la plataforma sobre la que ha sido desarrollado, con mucho mayor equipamiento y con versiones novedosas como el híbrido enchufable. A simple vista su diseño es muy parecido a su hermano mayor el XC90 y, como en él, la sensación de calidad que transmite es muy elevada, con mucho cuidado en todos los detalles y un diseño interior cálido y moderno a la vez.

Como es normal entre los SUV, el XC60 no está diseñado para un uso intensivo fuera del asfalto, pero su altura libre al suelo de casi 22 centímetros junto al eficiente sistema de tracción total conectable automáticamente permiten desenvolverse por campo más allá de una simple pista de tierra en mal estado.

Mide 4,69 metros de longitud y 1,90 de anchura, unas dimensiones que le permiten ofrecer un amplio interior, sobre todo en las plazas traseras. Cinco pasajeros se acomodan sin problemas y el maletero supera los 500 litros hasta la bandeja, pero las formas hasta el techo permiten aprovechar bien el mucho espacio disponible.

Todo es nuevo en el interior del XC60.

A sus mandos, destaca lo primero el moderno diseño del cuadro de instrumentos respecto al del anterior XC60, con una pantalla tras el volante que muestra la información de forma sencilla. Incorpora otra pantalla en la parte central del salpicadero y en ella se puede ver la mayor parte de las funciones del sistema multimedia y el climatizador. Un pantalla orientada verticalmente a modo de tablet, y que prescinde por ello de botones físicos para el manejo de casi todos los sistemas y funciones. Requiere un cierto tiempo para acostumbrarse y descubrir los muchos menús, pero a la larga ofrece un manejo muy intuitivo.

Motores XC60: todos de cuatro cilindros

Es, de momento, una de las características del XC60 frente a otros rivales. Todos los motores disponibles son de cuatro cilindros, mientras que algunos de sus rivales montan versiones de seis, aunque a la larga son estas de cuatro cilindros las de mayor demanda. Eso sí, su grado de refinamiento es muy elevado, suenan poco y empujan con intensidad desde muy bajo régimen.

Todos, de momento, están disponibles sólo en combinación con el cambio automático de ocho velocidades y con tracción total. El rango de potencias va de los 190 CV del diesel D4 a los 408 CV del híbrido T8 con precios, no especialmente baratos, desde 51.000 euros. Eso sí, en primavera de 2018 llegará la versión de acceso a la gama, un diésel D3 de 150 CV, cambio manual y tracción delantera, que se ofrecerá desde 39.950 euros.

Las versiones Diesel D4 y D5, de 190 y 235 CV respectivamente, resultan muy satisfactorias, con un empuje muy progresivo incluso en el menos potente desde bajo régimen y un dinamismo muy alto en el caso del D5, capaz de ofrecer una respuesta muy dinámica si le exigimos ritmos elevados. Y en ambos, con una escasa rumorosidad del motor y un buen aislamiento tanto de rodadura como del efecto del aire sobre la carrocería.

Todo ello hace del XC60 un SUV especialmente destacable por el confort de marcha que ofrece. Suave de suspensiones, con poco ruido interior para tratarse de un SUV de carrocería alta, es quizás uno de los modelos más confortables del segmento, superando en este sentido a sus más directos rivales, como el Audi Q5 y el BMW X3, e incluso mejorando al GLC de Mercedes. Eso sí, para disfrutar entre curvas a alto ritmo, el XC60 se queda algo por detrás de Q5 y X3.

En cuanto al T8 híbrido, aporta sobre todo las habituales cualidades de este tipo de propulsión. Silencioso en su marcha a baja velocidad, sus prestaciones son además muy elevadas en carretera y, en ciudad, puede ofrecer un consumo bajo si se conduce de forma eficiente, buscando mínima respuesta al acelerador.

Más equipamiento, más tecnología

Otro de los aspectos en el que destaca el XC60 es en el amplio nivel de equipamiento que ofrece, estrenando nuevas tecnologías y sistemas. Cuenta con tres funciones nuevas relacionadas con la asistencia a la conducción, actuando sobre la dirección. Entre 50 y 100 km/h modifica la trayectoria para evitar un golpe o un atropello si la actuación sobre los frenos no fuese suficiente. Entre 60 y 140 km/h, para corregir la trayectoria del coche si el XC60 se pasa al carril de sentido opuesto y el conductor no reacciona a los avisos que hace el vehículo. Y por último, la dirección puede coordinarse con el sistema de detección de vehículos en el ángulo muerto de los retrovisores para no golpearse contra ellos, retomando el carril por el que circula si el conductor no lo hace.

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