La apuesta de Subaru en el segmento de los deportivos compactos se llama BRZ, un modelo de carrocería coupé que destaca por una marcada personalidad en cada uno de sus trazos, un diseño en el que además de ha buscado optimizar al máximo la aerodinámica a través entre otras cosas de una reducida altura de carrocería, tan sólo 1,28 metros. De compactas proporciones, mide 4,20 metros de longitud con una distancia entre ejes de 2,57 metros que definen un carácter deportivo, reforzado por un reparto de peso que busca el máximo equilibrio posible, 53/47 por ciento delante y detrás respectivamente.
En el interior, aunque configurado para cuatro plazas, el diseño busca todo el protagonismo hacia el conductor, con un volante de mínimas dimensiones, toda la información claramente orientada hacia él y con unos asientos que recogen el cuerpo a la perfección y una ergonomía de mandos que permite un acceso rápido e intuitivo a cada uno de ellos.
Bajo el capó monta un motor de configuración habitual Subaru, un bóxer de cuatro cilindros aunque incorpora en sus entrañas tecnología Toyota en forma de sistema de inyección D-4S, con dos tipo de inyecciones diferentes, directa e indirecta. Desarrolla 200 CV de potencia a un régimen de giro muy elevado, 7.000 rpm, propio de un motor atmosférico de alto rendimiento y, como verdadero deportivo, cuenta con tracción a las ruedas traseras. La caja de cambios puede ser manual o automática, esta con levas en el volante, de seis relaciones en ambos casos.
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