Carlos Ares no es nuevo en esto. Aunque muchos lo descubren ahora, lleva años tejiendo canciones con la calma y la hondura de quien no tiene prisa. Empezó en la música desde muy joven, componiendo en la sombra para otros artistas mientras cocinaba, a fuego lento, su propio proyecto personal. Gallego, discreto, con una sensibilidad que parece ajena a las urgencias del algoritmo, Ares es de esos músicos que no buscan deslumbrar, sino acompañar. Que no levantan la voz, pero se hacen oír.
Recientemente, Ares ha lanzado un nuevo tema titulado "Páramo", una muestra más de su capacidad para crear paisajes sonoros íntimos y emotivos. Este nuevo sencillo llega como un respiro en su carrera, reafirmando su enfoque único y reflexivo hacia la música.
Un recorrido de silencios y emociones
A lo largo de su trayectoria, Carlos Ares ha firmado canciones para artistas del panorama. Esa experiencia, esa observación desde la penumbra, le ha permitido construir una identidad artística muy propia, que se resiste a las modas y a la urgencia de la industria. Ares no busca la fama ni los focos, sino un espacio para la creación auténtica, aquella que surge del sentimiento, de la emoción, de lo no dicho.
Carlos Ares | Fotografía: Vanesa Nérida
Ahora, con una carrera cada vez más visible, Ares continúa defendiendo lo que le trajo hasta aquí: la emoción como punto de partida, el proceso como lugar habitable, y el arte como una forma de estar en el mundo.
"El proceso siempre ha sido lo más bonito"
En una conversación pausada y reflexiva, Carlos Ares nos comparte su visión sobre la creación musical. Para él, el proceso de componer y de crear es tan importante como el resultado final. “Trato de ser bastante variado a la hora de escoger estos métodos para no aburrirme. Creo que es importante ser creativo hasta en el propio proceso creativo. Si no se quedaría como en algo monótono y prefiero siempre probar cosas nuevas, puntos de partida diferentes para que también así me surjan en mi propia cabeza ideas diferentes.”
Carlos Ares | Fotografía: Vanesa Nérida
Esta perspectiva lo aleja de las dinámicas de la industria, donde el ritmo frenético y las tendencias fugaces son la norma. Ares prefiere crear canciones que respiran, que maduran con el tiempo y que surgen de una necesidad emocional genuina. No busca simplemente una melodía pegadiza, sino una pieza que se sostenga, que evoque algo profundo: “Soy muy perfeccionista, y eso me gusta. Para mí es como lijar una madera, a la que hay que dar una capa de betún. Pero si le das otra más, queda todavía más bonita”, me comenta en el ascensor casi apunto de marcharse.
"La música es también una manera de escuchar"
Carlos Ares ha sabido mantener un sonido que, sin ser ruidoso ni ostentoso, deja una huella profunda. Su música se mueve entre lo acústico y lo digital con una naturalidad que no recurre a artificios ni grandilocuencias. Sus producciones son siempre cuidadas, sencillas, pero con una profundidad que solo se percibe a medida que se va escuchando más de una vez. Ares juega con el espacio sonoro y con la calma, logrando que sus canciones se conviertan en algo más que música: una experiencia emocional.
Su propuesta es auténtica y sincera, en la que la emoción y el detalle priman por encima de las expectativas externas. Cuando hablamos del silencio y del lugar que tiene en su música Carlos lo define como una declaración de intenciones.
"Es como el decirle al oyente que escuche con paciencia las canciones, que no hay necesidad de estar todo el rato con una voz ahí contándote cosas. La voz se puede callar y puede simplemente sonar la música y disfruta de ese momento instrumental. O incluso si es silencio absoluto, pues ten la paciencia de disfrutar de ese silencio todo el rato que dure, si es breve o si es más largo. Porque estás escuchando música y se supone que tienes que estar con ese mindset de atender a lo que está sucediendo y no consumirlo con prisa. Me da mucha pena que se consuma la música de una manera tan ansiosa hoy en día y yo hago música para escuchar con calma."
Carlos Ares | Fotografía: Vanesa Nérida
Frente a un mundo en el que el público consume con ansiedad, Carlos Ares se mantiene fiel a su esencia. A pesar de las prisas que definen nuestra época, él se niega a sucumbir al ritmo frenético. Para Ares, la música es, ante todo, una experiencia profunda: un espacio para la reflexión, el encuentro consigo mismo y con los demás.
"Páramo": Un nuevo paisaje sonoro
En su último lanzamiento, "Páramo", Carlos Ares nos presenta una canción que continúa con su sello característico: la calma, el espacio y la emoción contenida. El tema, que ya está disponible en plataformas digitales, ofrece una atmósfera melancólica y reflexiva, a través de una letra que invita a la introspección.
La canción habla de esos momentos de desorientación y búsqueda, de cómo a veces nos encontramos perdidos en medio de la incertidumbre, pero también nos recuerda que en ese "páramo" emocional, hay algo hermoso por descubrir: "Cuando eras niño todo era muy sencillo y en la adolescencia todo se complica y en la edad adulta parece que se va complicando un poco más. Entonces mi percepción de la vida es como que es un poco una cuesta arriba y cada vez con más responsabilidades, con más preocupaciones y por eso yo cada vez valoro más cuando tengo pequeños momentos de dicha y de tranquilidad, que creo que es lo más valioso del mundo" explica.
Con Páramo, Ares sigue profundizando en los paisajes sonoros que lo definen, con una producción sutil y una melodía que deja espacio para la interpretación. El lanzamiento marca un paso más en su evolución artística, consolidando su capacidad para transmitir emociones con la sutileza que lo caracteriza.
Lo que viene: canciones que respiran
Carlos Ares no se queda quieto. A pesar de su ritmo pausado y su discreción, su carrera está en constante evolución. Nuevas canciones están por llegar, y, según nos cuenta, serán aún más íntimas y directas que las anteriores.
Así, sin prisa pero sin pausa, Ares sigue su camino: creando, sintiendo, y dejando que sus canciones hablen por sí solas.