Ciencia

¿Pueden los famosos Doritos volver invisibles a las personas?

Un "revolucionario" descubrimiento revela que una sustancia presente en los doritos vuelve la piel transparente e invisible

Pixabay

La invisibilidad es uno de los poderes soñados por muchos. ¿Quién no ha deseado alguna vez poder pasar completamente desapercibido? Hasta el momento tan solo ha sido posible fantasear con ella, pero ahora los científicos encuentran una sustancia en los doritos capaz de acercar este sueño a la realidad. La ciencia sorprende con este nuevo descubrimiento: un colorante presente en el famoso 'snack' con sabor a queso, es capaz de volver la piel transparente.

La comunidad internacional se muestra asombrada y se hace eco del nuevo descubrimiento de la Universidad de Stanford, en Estados Unidos. Pero lo que muchos pueden considerar magia no es más que física. Zihao Ou, autor principal del estudio, ha tratado de explicar de forma sencilla a qué se debe este fenómeno tan llamativo. El colorante utilizado en los doritos, denominado tartrazina, es el mayor culpable de este efecto.

Piel transparente

Esta no es la primera vez que se persigue este objetivo, aunque sí la ocasión en la que más cerca se encuentra la comunidad científica. Los profesionales de la salud no son los únicos que ansían la invisibilidad, sino también los apasionados de la moda y, como no puede ser de otra manera, de la física. Bautizada como 'capa de invisibilidad', un término que recuerda mucho a uno de los objetos más ansiados por los fans de la saga Harry Potter, el físico Chu Junhao anunciaba el pasado año la creación de una prenda capaz de refractar la luz.

"Cada lente vertical puede encogerse y adelgazar objetos paralelos a ella, de modo que la luz pueda refractarse. Cuando una fila de lentes cilíndricas convexas forman una rejilla, se producen varias imágenes que son demasiado pequeñas para ser percibidas por los ojos, logrando un efecto de invisibilidad", explicó Chu Junhao.

Resultados satisfactorios con roedores

«Combinamos el colorante amarillo denominado tartrazina, que es una molécula que absorbe la mayor parte de la luz, especialmente la azul y la ultravioleta, con la piel, que es un medio de dispersión", explica Zihao Ou. "Por separado, estas dos cosas bloquean la mayor parte de la luz que las atraviesa pero si las juntas, se logra la transparencia de la piel de ratón", añade.

El método tan solo ha sido probado en roedores hasta el momento, pero ya da qué pensar sobre sus posibles beneficios y las grandes posibilidades que podría abrir en el mundo de la salud y la medicina. Además, tras retirar esta sustancia de la piel de los ratones, su color vuelve a su estado original, por lo que es reversible y no entraña mayores riesgos ni modificaciones.

«La transparencia tarda unos minutos en aparecer. Es similar al funcionamiento de una crema o mascarilla facial: El tiempo necesario depende de la rapidez con que las moléculas se difunden en la piel», explica Ou. Además de esto, puede resultar anecdótico, pero la realidad siempre supera la ficción: es un colorante, culpable del llamativo tono de los doritos, el que quita todo color y opacidad a la piel de los roedores.

Un descubrimiento "revolucionario"

Personalidades y expertos científicos tachan el descubrimiento como "revolucionario", como Chritopher Rowlands, investigador en el Imperial College de Londres. Los resultados del estudio pueden impulsar nuevos hallazgos científicos y avances en microscopía, e incluso mejorar las estrategias y tratamientos de diagnóstico médico.

El hallazgo permite ver los órganos del animal mientras el colorante se encuentra en su piel, algo que, aplicado a la medicina con seres humanos, se asemeja al resultado obtenido al hacer radiografías. Así, la técnica tendría numerosas aplicaciones en las personas: desde facilitar el diagnóstico de tumores profundos sin cirugía, hasta ayudar a localizar una vena para la extracción de sangre, entre muchas otras aplicaciones.

Finalmente, la forma de expulsar el medicamento del organismo también es crucial para comprobar si es viable en su uso en personas -algo para lo que todavía queda mucho por investigar-. Esta se produce por la orina, como ocurre con la mayor parte de los medicamentos consumidos por los humanos.

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