Ciencia

Historias de gusanos cavernícolas

Como sucede a menudo en ciencia, un accidente (la caída de una linterna) tuvo como consecuencia un descubrimiento relevante, el cual ha generado más preguntas que respuestas

El anélido ‘Pollentia perezi’ fue descubierto casualmente en una cueva mallorquina en 2019
El anélido ‘Pollentia perezi’ fue descubierto casualmente en una cueva mallorquina en 2019. UIB

Para muchas personas, los gusanos son seres del inframundo. Se les asocia con el subsuelo y la materia orgánica en descomposición, y los consideran bichos feos, babosos y simplones.

Sin embargo, aunque algunos encajan en esta descripción, otros muchos se alejan enormemente de este estereotipo. La mayoría de los anélidos marinos, por ejemplo, son criaturas vistosas, elegantes y gráciles, y suelen presentar brillantes coloraciones.

De hecho, existe una gran diversidad de especies de estos gusanos en todos los mares y océanos de nuestro planeta, desde los polos hasta las profundidades más remotas, pasando por los arrecifes de coral. Incluso han conquistado ambientes de agua dulce.

Inmersión en el inframundo

Les invitamos a que se adentren con nosotros en el inframundo, en sentido literal, y descubran a los gusanos vistosos, gráciles y elegantes que viven en algunos de los lugares más recónditos y poco explorados del planeta: las cuevas submarinas.

Las islas Baleares albergan algunos de los sistemas de cuevas costeros más extensos del Mediterráneo. Se han formado por procesos geológicos que han fracturado o disuelto la roca caliza. Aunque algunas cuevas no están aparentemente conectadas con el mar abierto, se han inundado de agua de mar a través de poros o pequeñas grietas de la roca.

Por otro lado, se sabe que el archipiélago balear surgió del fondo marino hace millones de años y que ha sufrido grandes oscilaciones del nivel del mar debido a las glaciaciones y otros procesos geológicos. Así, estas cuevas que ahora parecen aisladas del exterior pudieron haber estado conectadas con el mar abierto en otro momento de la historia de las islas.

Un dato clave sobre estas cavernas es que no les llega la luz del sol, por lo que los productores primarios que sostienen la vida en otros ecosistemas del exterior no pueden proliferar. Son ambientes hostiles y extremos, donde tan sólo algunas especies, que probablemente llegaron por azar, han logrado adaptarse ralentizando su metabolismo y viéndose favorecidas por la ausencia de los depredadores y patógenos que pueblan el mar abierto.

Un descubrimiento casual

La fauna cavernícola ha sido escasamente estudiada en las Baleares. Con la excepción de los crustáceos, de los que se conocen más de 20 especies. En 2019, un equipo de la Societat Espeleològica Balear, que estaba cartografiando una cueva kárstica del norte de Mallorca, descubrió por casualidad un anélido que se elevó del fondo asustado por la caída de una linterna y cruzó nadando por delante de sus ojos.

Este ejemplar, junto con otros que se encontraron en posteriores exploraciones, resultó ser una especie desconocida del grupo de los gusanos escamosos (Polynoidae), llamados así por las características escamas que protege su dorso. La nueva especie, Pollentia perezi, no se parece a ninguna otra descrita hasta la fecha en ninguna parte del mundo, y recibió el nombre del género en homenaje a la antigua ciudad romana del término de Alcúdia, mientras que el de especie fue dedicado al submarinista que la descubrió.

Adaptada a la oscuridad del ambiente cavernícola, carece de ojos y sus apéndices sensoriales son extraordinariamente largos. Sorprendentemente, su ADN reveló que sus parientes más cercanos viven en un abismo del océano Pacifico y en la plataforma continental de la Antártida, lo cual la convierte en un “fósil viviente”, miembro de una estirpe poco diversa propia ambientes fríos y oscuros.

Pero ¿cómo llego Pollentia a la cueva?

Como sucede a menudo en ciencia, un accidente (la caída de una linterna) tuvo como consecuencia un descubrimiento relevante, el cual ha generado más preguntas que respuestas. ¿Cómo y cuándo llegó Pollentia a la cueva? ¿Es una especie endémica de este sistema cavernícola o podría encontrarse en otros? ¿Hay más anélidos, u otros invertebrados, aun por descubrir en estos ambientes?

La búsqueda de respuestas puso en evidencia la necesidad de solicitar un proyecto científico para explorar otras cuevas en busca de su biodiversidad escondida, el cual por suerte fue concedido el año pasado.

Gracias a ello se han podido explorar varias de estas recónditas cavernas en la isla de Mallorca y se han hallado otros anélidos de diversas familias, como los gusanos abanico (Sabellidae), plumero (Serpulidae) o espagueti (Terebellidae).

Algunos aún no se han descrito todavía formalmente y, en ciencia, hasta que se haga, es como si no existieran. Por eso, el proyecto aboga por otorgar la merecida relevancia a la ciencia básica, especialmente al descubrimiento y descripción de especies nuevas, además de aportar información inédita y relevante sobre la diversidad biológica de nuestro planeta, que puede llegar a derivar en aplicaciones de interés para los seres humanos.

Ejemplares de anélidos descubiertas en cuevas costeras de Mallorca: A: Polynoidae (Pollentia perezi, Capa et al. 2022), B: Terebellidae y C: Serpulidae.

El proyecto busca también acercar estos maravillosos y únicos ambientes del inframundo al público, sensibilizándolo de su gran interés científico derivado de la presencia de organismos relictos aislados, cuyo origen se remonta a otros tiempos y condiciones ambientales.

Y, por último, busca convencer a la sociedad y a los gestores del medio ambiente de la necesidad de conservar estos ecosistemas tremendamente frágiles, que no han estado expuestos a muchos de los cambios que acontecen en el exterior y que deben ser preservados para la posteridad.

  1. María Capa Corrales. Profesora Titular de Zoología, Departamento de Biología y Coordinadora de Centre Balear de Biodiversitat, Universitat de les Illes Balears.
  2. Daniel Martin Sintes. Investigador Científico del CSIC. Departamento de Ecología Marina del CEAB, Centro de Estudios Avanzados de Blanes (CEAB-CSIC).

Este artículo resultó ganador del V Concurs de Divulgació Científica de la Universitat de les Illes Balears.

Exit mobile version