Ciencia

Estos peces "hacen la ola" para confundir a los depredadores

Por primera vez se documenta con detalle cómo cientos de miles de peces participan en oleadas en superficie para evitar que las aves se los coman.

En los estadios de fútbol los espectadores a veces crean un espectáculo conocido como “ola”, cuando grupos sucesivos se ponen de pie al unísono para gritar con los brazos en el aire. Ahora, un equipo de investigadores informan que han descubierto que unos pequeños peces de agua dulce conocidos como mollies del Teapa (Poecilia sulphuraria) hacen algo similar, y por razones de supervivencia. La acción colectiva de las olas producida por cientos de miles de peces que trabajan juntos ayuda a protegerlos de las aves depredadoras.

En un trabajo publicado este miércoles en la revista Current Biology, el equipo de Jens Krause ofrece los detalles sobre este mecanismo de defensa nunca antes observado en este tipo de animales. “Las sorpresas llegaron una vez que nos dimos cuenta de cuántos peces pueden actuar juntos en olas tan repetidas”, asegura Krause desde el Instituto Leibniz de Ecología de Agua Dulce y Pesca Interior en Berlín. “Hay hasta 4.000 peces por metro cuadrado y, en ocasiones, cientos de miles de peces participan en una sola ola de peces. Los peces pueden repetir estas olas hasta por dos minutos, con una ola aproximadamente cada tres o cuatro segundos".

Cuando estás cerca de estos peces inusuales, que viven en una zona muy específica de México y se encuentran en manantiales sulfúricos que son tóxicos para la mayoría de los peces, es difícil pasar por alto este comportamiento. Eso es porque los mollies hacen lo mismo en respuesta a una persona cercana.

"Una vez que nos dimos cuenta de que se trataba de ondas, nos preguntamos cuál podría ser su función"

"Al principio no entendíamos muy bien qué estaban haciendo los peces", dijo David Bierbach, co-primer autor junto con Carolina Doran y Juliane Lukas. "Una vez que nos dimos cuenta de que se trataba de ondas, nos preguntamos cuál podría ser su función".

Como en los estadios de fútbol

Al observar este comportamiento, a los investigadores les recordó a “La Ola” de los estadios de fútbol, nacida en el Mundial de México 86. La presencia de muchas aves que se alimentan de pescado alrededor del río les hizo pensar que era probable que el comportamiento de agitar los peces pudiera ser algún tipo de defensa.

Krause  y su equipo decidieron investigar los beneficios anti-depredadores de la acción de las olas de los animales. Sus estudios confirmaron que los peces participaban en ondas superficiales que eran muy llamativas, repetitivas y rítmicas. Las olas de peces inducidas experimentalmente también duplicaron el tiempo que las aves esperaron hasta su próximo ataque para reducir sustancialmente su frecuencia de ataque.

Para las aves,  la probabilidad de captura disminuye con el número de olas

Para uno de sus depredadores de aves, la probabilidad de captura también disminuyó con el número de olas. Las aves también cambiaron de posición en respuesta a la exhibición de olas con más frecuencia que en los tratamientos de control, lo que sugiere que habían decidido dirigir sus ataques a otra parte.

Peces coordinados

En conjunto, los hallazgos respaldan una función anti-depredadora de las olas de peces. Este trabajo es el primero en mostrar que un comportamiento colectivo es causalmente responsable de reducir el riesgo de depredación de un animal en esta especie. Como tal, los investigadores dicen que este descubrimiento tiene importantes implicaciones para el estudio del comportamiento colectivo en animales de manera más amplia.

Un martín pescador con un molly del Tealpa en el pico |Juliane Lukas

"Hasta ahora, los científicos han explicado principalmente cómo los patrones colectivos surgen de las interacciones de los individuos, pero no estaba claro por qué los animales producen estos patrones en primer lugar", asegura Krause. "Nuestro estudio muestra que algunos patrones de comportamiento colectivo pueden ser muy efectivos para brindar protección contra los depredadores".

Está claro que el movimiento de los peces reduce las posibilidades de que las aves realicen un ataque exitoso contra los mollies del Teapa. Lo que aún no está claro es exactamente por qué. ¿Se confunden los pájaros? ¿Les dicen las olas que han sido notados y que, como resultado, es menos probable que logren capturar a sus presas? En estudios futuros, los investigadores planean explorar estas preguntas.

Referencia: Fish Waves as Emergent Collective Antipredator Behaviour (Current Biology)

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