Las elecciones del 28-M se habían planteado como un plebiscito sobre Pedro Sánchez: Sánchez sí o Sánchez, no. "Es un plebiscito entre Sánchez o España", decía Isabel Díaz Ayuso en una entrevista en Vozpópuli al iniciar la campaña. Y España ha votado y ha hablado muy claro: ha enviado al presidente del Gobierno, a su coalición con Podemos y al abrazo con Iglesias, al solo sí es sí, a la reforma de la sedición y la malversación, a sus socios independentistas y filoetarras y a los asesinos en sus listas, a todos, al sumidero de la historia.
Narciso Michavila, presidente de Gad3, llevaba semanas diciendo en público y en privado que –pese a las mentiras de Félix Tezanos y el CIS, costeado con dinero público- el PP iba a ganar las elecciones municipales y que, si lo hacía por más de 400.000 votos, “Pedro Sánchez no tendría nada que hacer en las elecciones generales de diciembre” y Alberto Núñez Feijóo tendría la Moncloa asegurada con el apoyo de Vox.
Pues bien, el 28-M el PP ha ganado las elecciones municipales por 760.000 votos: un auténtico tsunami que ha pintado de azul la mayoría de grandes ciudades españolas. Mayoría absoluta en Madrid –con José Luis Martínez Almeida absorbiendo la debacle de Ciudadanos y la caída de Begoña Villacís y dejando fuera a Podemos-; victoria en siete de las 8 capitales andaluzas -solo resistió por trescientos votos Jaén-, algo que no sucedía desde hace tres décadas, y el Gobierno de Sevilla si pacta con Vox; las tres ciudadaes de la Comunidad Valenciana, incluida la capital. Zaragoza, Logroño, incluso, Valladolid, arrebatándosela a Óscar Puente.
Sánchez, ahogado por la marea azul
En las Comunidades, la marea azul anti Sánchez ha estado a punto de llevarse por delante a todo el PSOE. Solo queda Emiliano García Page -peleando un escaño en Ciudad Real que le ha permitido mantenerse en el poder-, el asturiano Adrián Barbón, por otro escaño, y la navarra María Chivite, que aunque ha perdido ante UPN, seguirá gobernando gracias a Bildu. El PP ha ganado en 30 capitales de provincia y en 9 de las 12 autonomías. Un triunfo que recuerda al de 2011.
Isabel Díaz Ayuso ha arrasado en Madrid con su política de choque frente al inquilino de la Moncloa: los madrileños le han votado tanto por sus políticas como por los ataques de Sánchez y todo su Gobierno a lo que Ayuso y Madrid representa. A la vista están los resultados.
Isabel Díaz Ayuso ha arrasado en Madrid con su política de enfrentamiento al inquilino de la Moncloa. Los madrileños le han votado tanto por sus políticas como por los ataques de Sánchez y sus socios a los que Madrid representa. Hoy, Ayuso tiene mayoría absoluta y Podemos ha perdido sus 10 escaños hasta desaparecer de la Asamblea
Pero los populares van a gobernar también en la Comunidad Valenciana, donde de nada le ha servido subir en escaños a Ximo Puig, arrastraddo por el hundimiento de sus socios de Podemos y Compromís –¡vaya papelón, Yolanda Díaz!, tu Sumar no suma y solo resta-. Azul también seguirá siendo Murcia y ahora también La Rioja. Y con la ayuda de Vox, el PP gobernará también Aragón, Baleares y Cantabria. Un cataclismo socialista en toda regla que se completa con la caída de Extremadura poniendo fin a la era de Fernández Vara. El parte de guerra es catastrófico.
Pedro Sánchez debía haber asumido su responsabilidad esta misma noche… pero no lo hizo. Por sorpresa, esta mañana, ha convocado elecciones el 23 de julio frenando así la rebelión interna y evitando que el PP disfrute de su triunfo. Y emplazando a la ciudadanía a que decida entre él y la derecha en pleno semestre europeo sobre los escombros de este PSOE que deja hundido y engullido por una ola de indignación fraguada durante cinco años de mentiras y leyes fallidas paridas por un Gobierno frankenstein. Habrá que ver cuántos líderes europeos se dejan ver al lado de un cadáver político...
Pedro Sánchez –“¡Vaya mierda de campaña me habéis hecho!”, aseguran que llegó a clamar en plena epidemia de detenciones de socialistas por votos comprados, secuestros en pueblos y hasta cambios de papeletas por papelinas- ha lanzado otracampaña electoral para que los zombies del PSOE no le devoren. Lo tiene difícil, aunque se esconda tras la cortina de Ferraz que usó para intentar meter papeletas en una urna.
Intenta evitar así que García Page –por fin- pierda el miedo y desde la atalaya de ser el único ‘barón’ que in extremis retiene el poder con mayoría absoluta intente moverle la mesa al secretario general. Le iban a ayudar todos los damnificados -Fernández Vara, Lambán, Puente, Puig, Lobato- son zombies perdedores con ganas de sangre. Y ninguno de ellos es precisamente partidario de una alianza con Podemos y con Yolanda Díaz –si es que arranca su proyecto en algún momento-.
España ha mandado a Sánchez y al sanchismo al sumidero de la historia. 760.000 votos en las municipales a favor del PP de Alberto Núñez Feijóo se nutren tanto del rechazo a Sánchez como del respaldo al PP. Eso debe saberlo Feijóo de cara a las generales. Las mayorías absolutas en Madrid, Andalucía y Galicia y La Rioja y el Gobierno en Castilla y León, Comunidad Valenciana, Murcia, Extremadura o Baleares con el apoyo de Vox, le garantiza una alfombra roja hasta la Moncloa.
750.000 de votos en las municipales a favor del PP de Alberto Núñez Feijóo dan muestra tanto del rechazo a Sánchez como del respaldo al PP
Ahora, el presidente del PP debe rodearse de los mejores y prepararse para todo lo que habrá que hacer a partir de agosto. Y recomponer de una vez por todas su relación con Santiago Abascal –ahora prácticamente inexistente- porque necesita a Vox para gobernar en muchas CCAA y ciudades. Y porque los necesitará para ser presidente del Gobierno tras el 23 de julio. A partir de hoy, habrá que empezar a tender puentes y a dejarse de complejos, porque el mantra de Ferraz, Moncloa y sus socios está claro: que viene Vox de la mano de Feijóo.
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