Opinión

338 razones para una reforma tardía

Cada minuto que retrasa Montero el cambio en la ley del 'solo sí es sí’ evidencia su incompetencia y, sobre todo, la falta de autoridad de un Pedro Sánchez que no puede cesar ni a una secretaria de Estado

Confieso que me sorprende la cabezonería de los dirigentes de Podemos con su negativa ”infantil”, que diría su ex socia Manuela Carmena, a reformar la Ley del solo sí es sí. Se parecen mucho al conductor del chiste, ese que escucha por la radio del coche la alerta policial sobre un suicida que viene de frente por la carretera y exclama: ”¿Cómo que uno? ¡Aquí vienen cientos!”.

No entiendo, sinceramente, qué pretenden ganar en las urnas con tanta reticencia a modificar una norma que igual acaba resultando buena a largo plazo para reforzar el combate contra la violación individual o en manada, pero, de momento, su primer efecto colateral es que 338 agresores sexuales han visto reducida su condena y más de una veintena ha salido ya a la calle para preocupación de la población en general. Como solemos decir los periodistas, dato mata relato, Irene Montero… Y ya sabemos que, a largo plazo, todos muertos.

Cada minuto que dedica la ministra a esconder su incompetencia detrás de una supuesta firmeza frente a ”la derecha política, judicial y mediática”, lo único que consigue es reafirmarla y, de paso, pone el foco la clamorosa falta de autoridad de un presidente del Gobierno incapaz durante cuatro meses de poner firme, no ya a la ministra, sino a la secretaria de Estado de Igualdad, Ángela Rodríguez Pam, y con la opinión pública tomando nota.

Aunque ya no vayan a rectificarla a tiempo, cada uno de los 338 violadores beneficiados y sus víctimas siguen siendo razones de urgencia más para cambiar la norma, como parece que desea ahora ese PSOE donde es un clamor el ”no podemos seguir así”

Cuando íbamos por 150 rebajas de pena, a finales de 2022, la número dos de Montero se permitió bromear con la libertad de violadores en masa. Bueno, pues la aplicación de la nueva norma acaba de facilitar la salida a la calle en Lérida de un depredador sexual seis meses antes de lo previsto, al cual los propios Mossos de Esquadra dan por reincidente seguro. Esperemos que la policía catalana se equivoque y ni este individuo ni ningún otro de su calaña vuelva a atacar. No obstante, Pedro Sánchez tiene razones para empezar a temer que la justificada alarma social que recorre España de norte a sur le pase factura en las urnas el próximo 28 de mayo, diga lo que diga Pam.

Podemos argumenta que su ley estrella consagra el consentimiento de la mujer, no su resistencia a la violación como eje del juicio, y no va a aceptar vuelta atrás. Bien, pero no se trata de eso; se trata de que Montero y su equipo habían sido advertidos previamente, no por uno, dos o tres juristas, hasta por gobiernos autonómicos, todas las asociaciones de jueces y feministas varias, de que bajar las penas mínimas provocaría rebajas automáticas en virtud del artículo 2.2 del Código Penal, beneficia al reo con la mejor pena posible.

Con una simple disposición adicional se hubiera impedido la retroactividad en los cuatro meses de aplicación que lleva ya la ley -se hace siempre que se reforma la segunda ley más importante de un país después de su Constitución- y nos habríamos evitado el desaguisado. Ahora ya es tarde, ninguno de los beneficiados va a volver a la cárcel. Por eso, el Ministerio de Justicia ha ido un paso más allá de la disposición transitoria que se planteaba como solución inicial y plantea al de Igualdad volver a subir las penas mínimas cuando haya violencia o intimidación, pero se ha encontrado una negativa rotunda.

Los morados, de momento, se niegan a ceder ante los deseos de La Moncloa con una excusa pueril, que diría su otrora socia en el Ayuntamiento de Madrid, la ex alcaldesa y jueza Manuela Carmena: Aquí lo que pasa es que hay jueces fachas que aplican mal la ley, y un PP y unos medios que les jalean, y el PSOE se está poniendo “nervioso”. Como lo leen. Nada de reconocer que fue un error no incluir la disposición transitoria de marras.

A lo que se ve, para Podemos el goteo malayo de rebajas y excarcelaciones no va a tener impacto porque las violadas, sus familias y la inmensa mayoría de los españoles anteponemos el derecho de reinserción ellos a la seguridad de ellas… Ya

A lo que se ve, el goteo malayo de rebajas y excarcelaciones es solo relato de la derecha para Podemos; por no tener, no va a tener ni impacto electoral entre las violadas, sus familias y la inmensa mayoría de los españoles, porque antepondremos el 28 de mayo, sin duda, el derecho de reinserción de los agresores a la seguridad en nuestras calles cuando decidamos a quién y qué votar de alcalde o presidente de comunidad… Ya. Conozco a más de un barón y a más de un edil socialista que anda cruzando los dedos para que tengan razón.

Irene Montero y los suyos deberían saber que nunca es tarde para calmar a un país preocupado. Pese a los cuatro meses perdidos en reformar una Ley del sólo sí es sí que entró en vigor el siete de octubre del año pasado, cuando fue publicada en el Boletín Oficial del Estado (BOE), cada violador beneficiado y sus más de 338 víctimas son y seguirán siendo razones de más para cambiarla; como se ha dado cuenta ese PSOE -es un clamor el ”no podemos seguir así”- atemorizado ante las urnas.

Este gobierno nos lo debe a toda la ciudadanía pero, más que a ninguno, a ellas, a esas 31 españolas que hoy llevan pulsera electrónica para protegerse de algunos excarcelados y, sobre todo, a la víctima de Zamora que ha tenido que irse de su domicilio y de su ciudad, y pasar a la clandestinidad, huyendo de las amenazas de su ex pareja: ”Cuando salga te voy a matar”.

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