Empiezan las prisas del Gobierno cara a la presidencia de España en el Consejo Europeo, el segundo semestre de este año. Será entonces cuando Pedro Sánchez irá a “pasear su palmito” a la Eurocámara y a tratar de 'vender” lo bien que lo hace y a cosechar toneladas de aplausos, parabienes y halagos, todo ello con el horizonte de un puestazo internacional porque “mecachis qué guapo soy”. Antes de llegar a ello, es preciso preparar el terreno y hacer patria, no vaya a ser que algunos de estos humildes parlamentarios españoles le saquemos los colores sobre determinadas cuestiones que están muy abandonas y alguien pueda pensar que no es oro todo lo que reluce, sino más bien latón y de muy mala calidad.
¿Y por qué lo digo? Bien sencillo. En tres años y medio que llevamos de legislatura, a Luis Planas, a la sazón, titular de Agricultura, le hemos visto por aquí tan solo en una sola ocasión y gracias. Sin embargo, súbitamente y en forma inesperada, se nos convocó en Estrasburgo para conocer de primera mano cuáles son, a nuestro juicio, los asuntos prioritarios que deberían tratarse bajo presidencia española
Semejante iniciativa nos dejó desconcertados. Entre otras razones porque es evidente que el sector primario ha atravesado por momentos peliagudos durante este trienio sin que el señor Planas haya tenido a bien acercarse a conversar con los europarlamentarios. He aquí algunos de los asuntos que nuestro país tiene pendientes de solución en Europa en lo referido a este sector. He aquí, alineados someramente, algunos de los más señalados.
La nueva PAC, tan devaluada por la enorme inflación que se come poco a poco su presupuesto; el Plan Estratégico para el que no ha contado en absoluto con las organizaciones agrarias de ningún signo; los costes operativos por las nubes; el pacto verde y las terribles estrategias de la granja a la mesa y de biodiversidad, tan dañinas para nuestros agricultores y ganaderos, (dicho hasta por un organismo perteneciente a la propia Comisión); los acuerdos con terceros países en clara competencia desleal hacia nuestros intereses; los aranceles norteamericanos a nuestra aceituna negra; la tomadura de pelo del “cuaderno de la vaca” y del cuaderno digital; el tratamiento en frio de los cítricos provenientes de fuera de la UE para evitar plagas y que este verano los sudafricanos se lo han pasado por el 'forro'.
Entre otras razones porque es evidente que el sector primario ha atravesado por momentos peliagudos durante este trienio sin que el señor Planas haya tenido a bien acercarse a conversar con los europarlamentarios
Impuesto al plástico
Y sigo, que aún hay más: Los precios astronómicos de los fertilizantes por el incremento de tarifa del gas y precio del amoniaco, que es la base para su fabricación; el enorme interrogante sobre qué va a pasar con los fitosanitarios ( medicinas para las plantas); los precios de los alimentos, el etiquetado frontal, los impuestos al plástico, las indicaciones geográficas, la soberanía alimentaria...
La lista es grande, ¿verdad?, y digna de haber tenido con nosotros unos cuantos “ten con ten” para sondear las posibilidades de ayudar a nuestra gente. Pues nada de eso. Debe ser que los problemas antes mencionados, muchos de ellos de enorme importancia para nuestros intereses, no resultaban suficientemente importantes. Nada, el ministro Planas se mostraba ajeno a todas estas cuestiones hasta que, ahora, de prisa y corriendo, ha caido en la cuenta de que el semestre europeo se acerca a toda prisa, que Sánchez pretende redondear su gran éxito internacional, su perfil de líder global, y por en Bruselas hay demasiadas cosas pendientes, muchos asuntos por hacer. ¿Saben qué?, pues que lo de “salvar al soldado Ryan”, ocurrió en el desembarco de Normandía. El que pretende Sánchez llevar a cabo en Bruselas, tal y como marchan las cosas, va a ser que no.
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