Tiene la pseudo izquierda gobernante derivas peligrosamente totalitarias que no pueden engañar a nadie mínimamente leído. Una de ellas es estigmatizar al adversario. Quienes se oponen –nos oponemos– al dogma mendaz, injusto y gárrulo del pijo progresismo somos, por definición, fachas, xenófobos y machistas. Esas tres condiciones nos inhabilitan para tener razón y nos convierten en blanco de las huestes rogelias. Ser catalán y vivir en Cataluña es bueno para asistir a este siniestro circo con la lección sabida, puesto que en mi tierra el separatismo lleva haciendo lo mismo hace años. No me sorprende, pues, que en Ceuta declaren persona non grata a Santiago, líder de la tercera fuerza parlamentaria española y primera en aquella ciudad. Mal va el gobierno de don Juan Vivas y su partido, el PP, cuando ante esa moción meramente propagandística instigada por tres diputados del MDyC, Movimiento por la Dignidad y la Ciudadanía, y los siete del PSOE se abstuvieron, permitiendo que tamaña enormidad prosperase.
Uno escucha hablar a la portavoz del MDyC, señora Fátima Hamed, y le hierve la sangre. La señora Hamed, que tan malo considera a Abascal, a VOX y que no se corta un pelo en llamarlos racistas, jamás ha dicho ni mú contra del rey marroquí y su satrapía institucional disfrazada de sistema democrático; nunca le hemos escuchado una defensa solidaria con los saharauis ni mucho menos posicionarse por su derecho a ser nación propia. La señora Hamed solo sabe incitar a que sus paisanos marroquís salten las vallas y vengan de manera ilegal a instalarse en España, escupir sobre Israel en defensa de Palestina y exigir que todas las festividades celebradas en el Islam sean obligatorias en territorio nacional. Desea, y no creo faltar a la verdad diciéndolo, que Ceuta sea más marroquí que española, que la religión islámica sea la preponderante y que nuestra historia, tradición y legalidad vayan siendo arrinconados. Si eso sucediera en cualquier otro lugar no dudo que las autoridades calificarían a dicha señora, al partido que la sustenta y a sus aliados, en este caso socialistas, como sospechosos de traición. Ahora bien, vivimos en España y a quien intenta dar un golpe de estado se lo premia con el indulto, la palmadita en la espalda y millones de euros en forma de subvenciones europeas. No es extraño, pues, que quienes promueven esa dosis diaria de disolvente nacional declaren persona non grata a Abascal, aunque sea una perogrullada porque solo los estados tienen esa facultad. Insisto, ya lo hemos visto en mi tierra cuando a Inés Arrimadas o a Cayetana Álvarez de Toledo les montaban escraches y las declaraban personas non gratas en sus municipios los lazis.
¿Por qué Casado no ha salido a rectificar esa decisión a todas luces injusta y equivocada? Un líder local puede equivocarse, pero el líder nacional tiene la obligación de rectificarlo
Lo escandaloso es que el PP se haya abstenido. Es una estupidez, amén de una inmoralidad. Pero como los tiempos no están para ponerse exquisitos con lo relativo a la moral, ruego a los dirigentes populares que, cuanto menos, sean inteligentes. Me refiero a los de Génova, que no veo a Ayuso, a Almeida, a García Albiol o a Alejandro Fernández absteniéndose en una situación semejante. Me dirijo a quienes tienen la responsabilidad de dirigir el PP y llevarlo hasta la Moncloa. Todas las encuestas indican que, tal y como están las cosas en el partido y si no hay un cambio radical de candidato, Casado y los suyos van a ganar las próximas elecciones, pero necesitarán el concurso de VOX puesto que solos no alcanzarán la mayoría absoluta. Digo más, lo precisan ahora, hoy, para seguir gobernando en autonomías, diputaciones y municipios. ¿A qué viene, pues, cogérsela con papel de fumar? ¿Qué razón existe para la abstención? Y, lo que más me inquieta, ¿por qué Casado no ha salido a rectificar esa decisión a todas luces injusta y equivocada? Porque un líder local puede equivocarse, por supuesto, pero el líder nacional tiene el derecho y la obligación de rectificarlo.
Al final, todo es más sencillo. A Abascal no le importa, sospecho, que una harka como aquella le declare grato, non grato o medio pensionista. Pero a Casado si debería importarle que el dirigente verde lo considere un ingrato. Que, además de complicarle la vida políticamente, sería un adjetivo feo, deshonroso. Y ya saben, la vida y la hacienda al Rey se han de dar, pero la honra es patrimonio del alma y el alma, solo es de Dios.
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