Aunque el liberalismo maoísta considere inevitable esta declaración de guerra del Partido Popular contra Vox, ahora no puede resultar más absurda e innecesaria. Después de tanto «análisis» calcado y repetido desde la pepesfera mediática sobre el fin y el hundimiento político del proyecto de Abascal, es razonable el desconcierto de quienes se preguntan a qué viene esta cacería por tierra, mar y aire de un animal al que han declarado muerto hace dos semanas en las catalanas, donde subieron en votos y el PP creció fuera del electorado de Vox. Pero quizá esta obsesión por el exterminio sea el mayor certificado de futuro para el proyecto nacional de derecha conservadora en contra de la progresía centrista autonomista bruselense que representan los populares.
No podemos hablar de «cisma en la derecha española» puesto que el PP repudió pertenecer a ambas categorías hace mucho (salvo en campaña electoral) para ser aceptado por el sistema de la PSOE y sus medios en como representante del centrismo autonomista. Esta semana, la fundación Faes ha emitido un texto bajo el nombre «Vox y la corrupción del conservadurismo» dedicado en tres cuartas partes a menospreciar al ex presidente Donald Trump y a sus votantes, repitiendo muchas de las falsedades que la progresía sigue afirmando. Unido a su publicación durante la campaña a las elecciones europeas, indica que el interés primordial no es nacional.
Se trata de un texto que pretende identificar al PP con el conservadurismo para arrebatárselo a Vox. La defensa de la agenda globalista climática, de género, la defensa del aborto, la eutanasia, las fronteras abiertas y la disolución de los intereses nacionales en feudos y organizaciones transnacionales no es ser conservador. Esas políticas hegemónicas de la progresía liberal en la que está ubicada el Partido Popular de forma nítida y abierta no se pueden conservar, sino derogar y no aceptarlas como lo 'institucional'. El conservadurismo no es “reformar” los desaguisados del PSOE cuando deja que el PP gobierne, cosa que nunca hace. El texto ignora a los americanos y los españoles cuando son atacados por las instituciones, pues merecen tener una voz en ellas que les represente.
La fundación cercana al PP menciona el patriotismo español una sola vez. Se lo arroja a Vox en una mofa perversa para concluir que ha de desaparecer y no presentarse a las elecciones
El texto no defiende en ninguna de sus líneas los intereses de España, que no los prioriza a los de otra nación u organización extranjera. La fundación cercana al PP menciona el patriotismo español una sola vez. Se lo arroja a Vox en una mofa perversa para concluir que ha de desaparecer y no presentarse a las elecciones por «patriotismo», para que el PP pueda gobernar en solitario. (En coalición no quieren). El problema de este patriotismo kamikaze que defienden los de Feijóo para otros es que clarifica que la patria, para ellos, es su partido, cuyos intereses identifican con lo dictado por Ursula von Der Leyen que es muy europeísta. Luego sacan miles de banderas de España para engañar. Se ríen de sus votantes.
El segundo problema de esta teoría de que “todo se solucionarían si Vox desapareciese”, es que no es cierta, (salvo para quien pierda algún sillón en el PP). No sólo por la experiencia de traición y abandono de Mariano Rajoy, referente en cada acto del PP. Se ha demostrado que cuando la supuesta derecha se presenta en dos opciones políticas saca más votos.
El tercer problema de esa obsesión es que el PP no acepta bajo ningún concepto una coalición o estrategia conjunta con Vox. Sería lo democrático, pero a su posible socio les ha señalado como enemigos de la democracia. Muy inteligente. Quiere recolectar gratis los votos que no puede obtener para hacer lo contrario por lo que los españoles han emitido ese voto.
Como nada de lo que pide el PP es razonable, liberal, moderado, ni democrático, sólo le queda decretar una cacería mediática contra Vox, en busca de su exterminio. Ojalá hubiese decretado esa fatwa al PSOE a Puigdemont, a Junts o al PNV. Para ser socio del PP puedes atacar España, pero no disputarle un sillón de sueldo público y encima defender la patria.
Aquí está el verdadero valor de la política, en dialogar con quien se tienen diferencias pero se comparte una base común, la defensa de los intereses de sus respectivas naciones por encima de los de organizaciones supranacionales
Ahora Feijóo y Ayuso quieren hacerse la foto con Milei y Meloni después de haberlos repudiado por 'radicales' y musolinianas', respectivamente, antes de que ambos llegaran al poder. En otra de sus contradicciones, el documento de Faes estigmatiza a Abascal por una foto con Salvini de hace años obviando que su relación verdadera es con Giorgia. Ignoran que ese señor sin sentido del ridículo es el ministro de transportes de Meloni y un pilar de su coalición, sin el que jamás hubiese ganado las elecciones. Pero la derecha italiana tiene infinitamente más visión y no está tan subordinada como la Génova madrileña.
Aquí está el verdadero valor de la política, dialogar con quien tienes diferencias pero una base común, la defensa de los intereses de sus respectivas naciones por encima de los intereses de organizaciones supranacionales. Ésta podría ser la única definición aceptable de europeísta, a diferencia de la utilizada por socialistas y populares de defender la extinción de las naciones en favor de una organización supranacional enfrentada a los intereses de los ciudadanos como es la defensa del Pacto Verde Europeo. Si defiendes los intereses de la élite burocrática lobista de Bruselas en contra de los intereses de España no eres europeísta, sino un traidor.
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