Opinión

Abundancia

Para despedir y recibir el año hice unas paletillas de cordero. Las adobé el día antes y ni yo soy capaz de describir la suntuosidad de su sabor. Y todo abundante, porque como fiel discípulo del maestro Casanova mi lema vital se reduce

Para despedir y recibir el año hice unas paletillas de cordero. Las adobé el día antes y ni yo soy capaz de describir la suntuosidad de su sabor. Y todo abundante, porque como fiel discípulo del maestro Casanova mi lema vital se reduce a una palabra: ¡abundancia! Abundancia, que, tratándose del gran Casanova, hay que interpretar no sólo en el sentido literal de la palabra, sino como una forma perseverante de estar vivo. Sé, que cuando se menciona al Maestro Casanova la mayoría piensa en sus amoríos, pero yo, que he leído y releído los dos preciosos tomos de sus memorias (Atalanta), lo veo como un escritor enorme, un ser humano superior y un libertario sumo. Un hombre que supo siempre que la libertad es el bien supremo. Un hombre no sólo al que envidiar por sus conquistas amorosas, sino además uno del que aprender y al que venerar por su sabiduría. He dicho otras veces, que las memorias de Casanova son el mejor libro que he leído en mi vida. Si los literatos y filósofos hubiesen leído más y mejor a Casanova, y menos a los tostones alemanes y franceses, la especie se hubiera ahorrado mucha metatranca* y ganado lenguaje recto, rectitud moral, claridad carnal, y coraje adscrito a la devoción por la belleza y al honor. Ese añorado honor que nuestra época ha desbancado a favor de un vulgar relativismo y un colectivismo rumiante. Mejor libro, digo, exceptuando los dos de Homero, naturalmente. Homero es Dios.

Se fue el año y me había propuesto no ver las campanadas en la TVES (S de Sánchez o de Socialista, como prefieran) pero no quería perderme a la futbolista Jennifer Hermoso, la mujer que debe fama y fortuna al zafio Rubiales, despidiendo el año. A saber lo que pagan por soltar dos consignas progres junto al pasmarote García y la encuerusa de turno. Ojo, no critico a Hermoso, hay que vivir. Ha visto la oportunidad y la ha aprovechado.

Lo mismo sucedería con un equipo campeón femenino del mundo, si jugara con un equipo masculino medianamente bueno, le darían una paliza. No es una crítica, las deportistas son, vía genética y evolutiva, físicamente inferiores a los deportistas

El fútbol femenino es un deporte de rango secundario (como la mayoría de los deportes femeninos). Todo quedó claro en aquella famosa entrevista con la tenista Serena Williams, en la que reconoció, con gran elegancia, que si jugara con Andy Murray o con cualquier tenista varón de cierta entidad le darían una paliza monumental. Una mujer honesta, Williams. Lo mismo sucedería con un equipo campeón femenino del mundo, si jugara con un equipo masculino medianamente bueno, le darían una paliza. No es una crítica, las deportistas son, vía genética y evolutiva, físicamente inferiores a los deportistas. Sólo una mente wokistamente disminuida lo discutiría. Sobran las evidencias.

Si yo fuera Hermoso, tendría un altar (oculto, eso sí) dedicado al zafio Rubiales. El zafio Rubiales es lo mejor que le pudo pasar a la carrera de Hermoso.

Y en cuanto al nuevo año, tengo para ustedes algunas formidables exclusivas: una compañía norteamericana dedicada a la fabricación de materiales ultra resistentes, acaba de descubrir que la cara de Emiliano García Page es mucho más dura que cualquier material que ellos hayan conseguido fabricar hasta la fecha. Lo que ha provocado un gran revuelo en el mundo tecnológico yanki. Por otro lado, 2024 será el año en que una cantidad considerable de hombres españoles decidirán cortarse el pito, no para “ser” mujeres (cosa imposible, cortarte el pito no te convierte en mujer, sólo te hace un hombre sin pito) sino para poner de manifiesto su derrota ante el feminismo demente (woke) y, en no menor medida, ir por la vida como privilegiados ante la sociedad y la Ley, es decir como mujeres.

Ojalá la comunista Díaz deje de hablar de lo que hace por los pobres y haga, efectivamente, algo por esos pobres niños africanos hambrientos

Y otra cosa aún, que nos deparará el nuevo año. Creo. La vicepresidenta Yolanda Díaz romperá la barrera de los cien negritos africanos. Me explico, con el dinero de los modelitos high class de la señora Díaz, he calculado que pueden salvarse de la muerte por inanición 100 niños africanos. Pues bien, este año la cifra ascenderá a 500 niños pues los modelitos y estilismos de Díaz serán cada vez más caros. Ojalá la comunista Díaz deje de hablar de lo que hace por los pobres y haga, efectivamente, algo por esos pobres niños africanos hambrientos. Ropita menos cara, señora Díaz, piense en esos pobres niños. Nunca defraudan los comunistas.  

Puedo garantizarles que 2024, políticamente hablando, será mucho peor que el año recién muerto y enterrado. Por suerte, sólo políticamente, en lo personal cada uno de nosotros seguirá luchando para vivir lo mejor posible o simplemente sobrevivir maldiciendo el sanchismo, cada año que pasa más confiscatorio y más controlador. Pero, eso sí, pase lo que pase, recuerden: ¡abundancia!

*Metatranca: palabra inventada en la isla pavorosa que mezcla las palabras metafísica y tranca. Describe la cháchara de cierto tipo de críticos de arte, académicos y filósofos. Esta ingeniosa invención es posiblemente el más importante logro cultural de la Cuba fidelista.

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