Sánchez no ha podido ser más claro. Excusándose en Europa, que quiere mejorar la legislación respecto a los medios de comunicación, el autócrata hará pública este julio una ley que afectará a periodistas y medios. Ni que decir tiene que busca suprimir a todo aquel que se atreva a criticar al gobierno, reservándose la potestad de decidir qué es bulo y que no, quién informa con seriedad y quién no lo hace y, en suma, convertirse en árbitro de lo publicable. Censura al más puro estilo comunista. O fascista, que los pensamientos totalitarios son hermanos gemelos.
Sánchez quiere emplear la táctica de tierra quemada. Le da igual cargarse la independencia de la judicatura que haber comprometido seriamente a INDRA. A un individuo al que no le tiembla la mano a la hora de tolerar la invasión a la que está sometida España – solo en enero se calculan 8.067 inmigrantes ilegales llegados a nuestro país frente a los 1.292 del año pasado el mismo mes. Fuente: ministerio del interior, gobierno de España, no es un bulo urdido por la fachosfera –no se le puede exigir más.
Busca suprimir a todo aquel que se atreva a criticar al gobierno, reservándose la potestad de decidir qué es bulo y que no
Pero, de la misma manera en que los jueces han sido capaces de plantarse ante el Palpatine de Moncloa, reaccionando todos a una, y los fiscales le han dicho que nones con la amnistía al fiscal general del estado, nombrado a dedo por Sánchez y pactado con el PP, quiero ver qué van a decir las asociaciones de la prensa española. Porque el envite es durísimo y atenta contra la libertad de expresión.
El argumento del bulo no se sostiene, porque para eso está la ley que protege a los ciudadanos del libelo y la difamación. Denuncia al juzgado y punto. Si se despenaliza el insulto a la Corona, por citar un caso, ¿por qué no se puede informar de los negocios de la mujer del presidente, siempre bajo la presunción de inocencia que, por cierto, el sanchismo jamás aplicó al hermano de la presidenta Ayuso? ¿Por qué el gobierno se centra en las subvenciones que puede dar la Comunidad de Madrid a determinados medios y no dice nada de lo que hace la generalidad con los digitales separatistas, que sin esas jugosos viáticos estarían hace tiempo más cerrados que una ostra?
Esto es una jugada para cargarse a un sector de los medios críticos contra el gobierno igualita a la que hizo la república en su día
El año pasado a los digitales la generalidad les soltó 2,8 millones y para este 2.024 serán 2,9. Dinero de sus impuestos para sanidad y educación. Y aquí no se contabiliza TV3, Cataluña Radio, etc. Pero el separatismo es muy bueno, hay que amnistiarlo y darle mucho, mucho dinero a expensas del resto de España. Porque apoya a Sánchez en el Congreso.
Esto es una jugada para cargarse a un sector de los medios críticos contra el gobierno igualita a la que hizo la república en su día. Ya hay señalamientos, listas negras, dedos acusadores y el pacto del hambre, privar de subvenciones y publicidad institucional a quienes osan discrepar de Sánchez. El problema radica en cómo reaccionamos el colectivo que nos dedicamos a castigar la cuartilla. ¿Se unirán las asociaciones de la prensa y convocarán una manifestación por la libertad de expresión? Los medios ¿serán capaces de presentar un bloque unido y contrario a esta ley? ¿Veremos “viernes negros” en RTVE? No hagan números. Ya les digo que no.
La masa del periodismo no querrá – tampoco sabría hacerlo si quisiera – reaccionar ante tamaño atentado contra la libertad de prensa. Será un bonito epitafio: “Aquí yace el periodismo español. Murió por la indecencia de unos y otros”
Puede que éste y aquel hagan algo coordinadamente, que se redacte un manifiesto que firmaremos los de siempre, que muchos lo vean como una “limpia” de competidores en beneficio de los que queden, que los rojos pálidos entiendan esta Kristallnacht sanchista como un merecido escarmiento contra gente que según sus cánones no deberíamos escribir. Pero la masa del periodismo no querrá – tampoco sabría hacerlo si quisiera – reaccionar ante tamaño atentado contra la libertad de prensa. Será un bonito epitafio: “Aquí yace el periodismo español. Murió por la indecencia de unos y otros”.
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