Creo que el Real Madrid ganará esta Liga. Hace no mucho escribí que empezaba a descartar al que iba –y va, a última hora de este sábado 26 de Abril- líder, el Atlético. Pero sin afinar. Ya sí.
Hace años, en un estupendo congreso de fútbol en Murcia, un prestigioso entrenador que había pasado por el Real Madrid también como jugador, me sorprendió cuando nos dijo algo así: “La Táctica, la Táctica es lo que hay que emplear cuando la calidad técnica de los jugadores no alcanza para ganar”.
Para mí la Táctica no es eso, sino casi lo contrario. Táctica es aquello que propone la mejor colocación, relación y movilización de los jugadores con el fin de que alcancen los objetivos con el menor desgaste físico y alarde técnico posible. Sin necesidad perentoria de ir al límite. Guardando incluso las mejores armas. Rentabilidad y eficacia al máximo. Es lo que hace posible superar a rivales teóricamente superiores. Es lo que hace que un general no necesite 5.000 hombres, 20 carros de combate y una escuadrilla de aviones para derrotar a 1.000 infantes enemigos.
Es lo que tan maravillosamente desarrolla Cholo Simeone al frente del Atlético. Poner en jaque a dos rivales formidables con jugadores que precisamente esos dos rivales no quieren o consideran de poco nivel técnico para sus equipos. Lo que hacía aquel Deportivo de La Coruña de ensueño, bajo la batuta de Arsenio Iglesias (el de Irureta era otra cosa, ya lucía jugadores de postín confirmado). Poner de rodillas a Real Madrid y Barcelona con Aldana, Serna, López Rekarte, Manjarín, Voro, Claudio, Salinas, Nando… chicos que habían “soltado” los dos grandes equipos y el Valencia, que no les andaba muy detrás.
Sí, el florido Madrid de Valdano y el publicitado Barcelona de Cruyff tenían que esperar a los finales de Liga y pagar suculentas primas a los rivales de los jugadores que ellos no querían para poderles doblegar. Cosas de la Táctica entendida por Arsenio. Quizá no sea casualidad que quien defendía en Murcia otra visión de la Táctica se hubiera criado, precisamente, en el Bernabéu…
Simeone ha formado un grupo que no concede ventajas en los saques en contra, pero que en cambio fulmina cuando dispone de ellos a favor. Un sistema defensivo en el que todos se juntan y desde el que salen disparados en despliegue de contraataque. Un sistema ofensivo con excelentes relaciones, idas y venidas, y en el que forma siempre con DOS puntas -ojo, con dos- cuando la gran mayoría de equipos juega con una y dos exteriores (no extremos, que son cosa diferente). Le llaman defensivo. Yo lo que veo es que ataca y defiende con bravura, decisión, coordinación, inteligencia.
Que juegan los que hacen méritos en el entrenamiento y en el campo, al margen contratos. Que los que han de entrar supuestamente “quemados” por el banquillo, como pueden ser Diego Rivas, Adrián, últimamente Arda…se parten el cuerpo y persiguen todos los balones y colaboran como el que más. Eso, y más, es el Atlético. Que encima ha limado sus aristas violentas de inicio de temporada, lo más desagradable que tenía. Un equipo muy bien entrenado y que cuenta con un formidable tronco: Courtois-Miranda/Godín-Gabi/Koke-Villa/Costa. Y muy buenos “adornos” para el ramaje.
Pero insisto en que tiene dos inconvenientes: uno es que los menos habituales bajan un poquito esas prestaciones, lo cual es normal porque su presupuesto es alto, pero no astronómico, y –especialmente- creo que han de rogar para que Courtois y Costa estén siempre en el césped. El segundo inconveniente es el calendario del Real Madrid, mucho más benévolo que el colchonero.
Un Real Madrid que tras algunas probaturas con el 4-1-4-1 y hasta con un “árbol de Navidad” (4-3-2-1) muy de Ancelotti parece haberse decantado sin disimulo por un 4-4-1-1 de repliegue y contraataque… y con Alonso arropado en el eje por el sensacional y multifuncional Modric. Siguen sin resolver la guerra civil que ellos mismos han desatado en la portería y siguen a expensas de que Pepe y Ramos, magníficos en situaciones normales, no se pongan cardíacos en momentos tensos y, sobre todo, si les aprietan con dos puntas (como hace, por ejemplo, el Atlético, ¿recuerdan?).
Y no sé sabe muy bien qué pasará cuando Bale y Cristiano estén sanos a la vez. Hay indicios de que acomodar a ambos en el ahora fructífero sistema se está volviendo complicado. Pero es el Real Madrid, y tanto ellos como el Barcelona, sí pueden emplear 5.000 soldados y máquinas de guerra para derrotar a 1.000 rivales, porque los tienen; por si fallara la Técnica, como decía aquel entrenador en Murcia… Y las dosis de moral que han traído la final de Copa y la ida europea contra el Bayern no son moco de pavo, por añadidura.
¿El Barcelona? Hace poco estaban en gran ventaja, tras vencer al Madrid en Liga, en el Bernabéu. Repentinamente, se han disparado un balazo en el pie y ellos mismos se empeñan en decir adiós. No se entiende muy bien. O quizá sí, por su idiosincrasia. Pero, volviendo al Barcelona de Cruyff, no olvidemos que ganaron varias Ligas partiendo de situaciones mucho más desventajosas en la tabla.
Quizá y como muchos cuentan, necesitaron hacer millonarios a González y a los jugadores del Tenerife (estos, por dos veces, nada menos). Sí, vale, pero las ganaron. Claro que estaba en el banquillo Johann Cruyff. Yo nunca le he considerado un fenómeno en la parte táctica de su trabajo, por muchos motivos. Pero, desde luego, con un carisma descomunal, algo que no caracteriza al Tata Martino, según lo que estamos viendo.
Ya tengo, pues, un favorito: el Real Madrid. Por muchos motivos, preferiría que la ganara el que más se lo ha trabajado, el Atlético, pero…
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