Si el añorado Luis Buñuel resucitase, vería Telecinco a todas horas. Y no es demasiado alocado intuir que hasta se sacaría de su mágica chistera una película sobre el clan familiar de Isabel Pantoja. Ya tenemos dicho, precisamente a cuenta de la tonadillera, que en la pantalla asistimos cada día a una suerte de sueño buñuelesco, porque la televisión que se hace en el canal mayor de Mediaset es como un edén nihilista, absurdo y necesario en que todo es posible. Es este un universo cerrado cuyos animales son tan particulares que ni siquiera caben en el genial ensayo La granja humana (Ariel) que ha escrito Jorge Bustos.
Es difícil, por cierto, encontrar obras en cuyas páginas armonizan la erudición y la diversión. Y Bustos lo consigue desbrozando la actualidad con una mirada clásica y maliciosa. Pero no nos pongamos estupendos y bajemos ya al barro, que es lo que aquí toca. Los vaivenes sentimentales y/o penales de los Pantoja constituyen una novela (zafia y cutre, claro) por entregas sin la que muchos españoles no podrían vivir. En Telecinco, además, las tragedias íntimas de estos seres humanos se entrelazan y retroalimentan a un nivel indescriptible. Lo comprobaron este mismo jueves los televidentes que se torturan con Supervivientes. Resulta que Chabelita, la menor del clan que aparece en la tele (por ahora), pidió a su hermano, Kiko Rivera, alias Paquirrín, que no se casase antes de que ella regrese, dado que no quiere perderse semejante enlace.
Este tipo se ha labrado un hueco en el mundo del corazón por su accidentada relación con la hija de la tonadillera y ha sido tronista del infame 'Mujeres y Hombres y viceversa'
Esto, que en puridad no debiera importar a nadie, fue el momento álgido del programa, amén del destierro de Nacho Vidal, quien perdió la batalla de los votos frente a la individua. Pero en los programas de corazón también se habla del clan estos días por otro asunto: Alberto Isla, expareja de Chabelita y padre de su hija, ha aparecido desnudo en una revista. Como recuerdan los compañeros de Marabilias, este tipo que ahora ofrece al respetable sus atributos se ha labrado un hueco en el mundo del corazón por su accidentada relación con la hija de la tonadillera y hasta ha sido tronista del infame Mujeres y Hombres y viceversa. Que personajes de esta ralea estén en la vida pública es el mejor ejemplo de cómo la televisión crea, moldea y destruye a los espectadores.
Otro personaje que pasa por nuestras vidas (será fugaz, por suerte) responde al nombre de Ylenia Padilla. La exconcursante de Gandía Shore y Gran Hermano Vip se estrena como cantante. Esta mujer que no es la más educada ni la más tranquila de España está grabando un disco, al parecer. Y estos días ya se ha filtrado parte de su primer single. "Pégate cintura conmigo, que tú me llevas y yo te sigo. Quiero una aventura contigo". Tela. No es difícil imaginar los violentos contorneos de la susodicha mientras canta esa letra con tanta profundidad psicológica en un videoclip que será difícil de olvidar.
Gracias a la televisión que se hace y se consume en este trozo de planeta, casi cualquiera puede decir, sin ápice de vergüenza o dignidad, que ha escrito un libro -ahora anda en esas Olvido Hormigos, por ejemplo, como antes hizo su enemiga acérrima Belén Esteban-. Igualmente cualquiera puede decir y hasta creerse que sabe cantar. Y hasta es posible que la buena de Ylenia Padilla compita por ser la canción del verano. No hay quien pueda fabular esta realidad innegable sin preparar su suicidio.
Los dos compañeros de Atresmedia se pelean a cuenta de los polémicos tuits del dimisionario Guillermo Zapata
Esta semana televisiva también ha estado marcada por el enfrentamiento entre dos periodistas que pueblan las pantallas. Se trata de Francisco Marhuenda, director de La Razón, y José Miguel Monzón, alias el Gran Wyoming, presentador de El Intermedio. Y todo a raíz de los polémicos tuits de Guillermo Zapata. Resulta que el famoso presentador entrevistó al dimisionario. Antonio Jiménez, de El Cascabel al Gato, criticó dicha entrevista por ser "un lavado de cara". A lo que Wyoming respondió recordando en su programa una entrevista que en su día Jiménez hizo al hoy encarcelado Francisco Granados en 13TV.
Al día siguiente, el presentador de El Cascabel respondió al de El Intermedio... Y por allí andaba Marhuenda, tertuliano habitual de tantos programas, que se puso a aleccionar a su compañero de Atresmedia, según recoge Vertele. "Ya que está en mi grupo, le diría que tiene que ser objetivo. Me parece bien que me ataque permanentemente y le caiga gordo. Fantástico. Pero Zapata es un jeta, un golfo, una mala persona. Por tanto, critica a Zapata. Me parece bien que me disfrace, que me diga tonto. Pero sé objetivo, que va en favor de la ética periodística". Un ejemplo más, en suma, de lo que Bustos define como "la pujanza narcótica de la telecracia".
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