Análisis

¿Y si Carmena favoreciese la puja de BBVA por Bankia?

Manuela Carmena.

Anda el mundo financiero al ralentí en cuanto a movimientos. Con el miedo metido en el cuerpo por los tipos de interés en terreno negativo. Y las réplicas que se generan en sus doloridos márgenes. Con un horizonte a medio plazo de bajos ingresos. Sin muchos resortes para recortar gastos después de una severa dieta a las plantillas (70.000 trabajadores menos) desde el inicio de la crisis en 2008. Con los banqueros aterrados por el castigo en Bolsa. “Mirar Bloomberg cada día es como asomarse a una película de Tarantino”, resumía estos días un alto ejecutivo. “El panorama es desalentador”.

Los optimistas hablan de una dura cosecha de resultados bancarios sólo para este ejercicio. Los que ven el vaso medio vacío, cada vez más, extienden la plaga de los bajos tipos de interés y rentabilidades en un solo dígito hasta 2018. La entrada del euríbor a 6 y 12 meses en negativo es un puñal en el corazón de los bancos. Con el primero, se referencian buena parte de los préstamos a empresas, pymes y autónomos. Justo en el momento en el que el sector está reorientando el mix de ingresos de la cartera crediticia hacia ese segmento. Con el segundo, no sólo caen los ingresos por cada hipoteca concedida, sino que puede aventurarse otro difícil capítulo en la relación entre bancos y clientes. Una convivencia degradada por preferentes, desahucios, cláusulas suelo, la salida a Bolsa de Bankia… ¿Devolverán los bancos dinero a los hipotecados si la caída del euríbor supera a su diferencial?

El sevicio de reclamaciones del Banco de España está saturado. Sólo en hipotecas, el supervisor prevé unas 24.000 reclamaciones a lo largo de este ejercicio

El sector no está por la labor, by the way. Empieza a hablar de una especie de cláusula suelo al 0%, en ese caso. Lo comido por lo servido en la parte de los intereses. Con los clientes pagando (y amortizando) sólo capital, pero sin aplicarle ninguna resta. Un escenario propicio para las quejas de los clientes y otra oleada de grandes minutas para los bufetes especializados en derecho bancario. Pero, ante todo, un marrón en toda regla para el Banco de España, cuyo servicio de reclamaciones anda ya saturado: 34.645 quejas en 2013; 29.528, en 2014, y más de 15.000 hasta septiembre de 2015, último dato oficial conocido. Sólo en hipotecas, el supervisor prevé unas 24.000 reclamaciones a lo largo de este ejercicio.

Pese a lo llamativo del rojo, el -0,008% (cierre de febrero) del euríbor a 12 meses, es tan letal para los bancos como antes de traspasar la frontera del negativo. “En ese entorno del 0,1-0,2%, en el que el euríbor llevaba muchas semanas moviéndose, los bancos estaban igual de penalizados. Pero, sin embargo, el castigo en Bolsa se incrementó en cuanto entró en terreno negativo. La caída de los cotizaciones de los bancos se acentuaron con el euríbor rojo (viernes 5 de febrero) hasta hoy. No tiene mucho sentido”, aseguran desde un banco de inversión. Caprichos de los analistas.

La escabechina en Bolsa no dibuja fin. Batacazos que hacen temblar si llegan a cumplirse augurios como los del gestor de fondos José Antonio Madrigal, que prevé caídas superiores al 50% en el sector bancario en este 2016. Esta situación de golpe y castigo en el parqué es uno de los grandes motivos, sino el mayor, del frenazo al baile de las fusiones. Los compradores se recluyen en sus cuarteles de invierno a la espera de que amaine el temporal en los mercados. Los precios de las presas son ahora muy baratos. Muy por debajo de su valor en libros. Es cierto. Idéntica situación que viven los posibles compradores. “Por eso, este tipo de operaciones ahora no son nada recomendables por el enorme efecto dilutivo que comportaría en el comprador al tener que hacer una ampliación de capital”, sostienen desde el sector. Capital que se utilizaría no tanto para la sufragar la operación, sino para ejecutar los saneamientos necesarios en las entidades adquiridas con el fin de igualar el volumen de coberturas para las diferentes carteras que tiene el comprador.

Bankia sigue siendo la pieza codiciada por Santander, BBVA y Caixabank

Una fusión, en este entorno de bajas cotizaciones, es ahora un doble castigo para los accionistas de un banco. A los bajos retornos en rentabilidad, se uniría la dilución que sufriría por la operación. Si el clima bursátil sólo pone zancadillas, el político es un salto al vacío en estos momentos. “La falta de Gobierno ha enfriado el proceso. No hay ministro de Economía con el que hablar y al que pedir árnica, ni gobierno que te defienda en Bruselas ni oficina económica en Moncloa con la que negociar”, señalan desde un futuro comprador.

La segunda ola de fusiones, ante el panorama de un Congreso revuelto durante este año, parece pospuesta ya para 2017. Y Bankia sigue siendo la pieza codiciada por Santander, BBVA y Caixabank. Por ser la entidad más rentable en la actualidad, junto a Bankinter. Por no necesitar apenas saneamientos. Por tener ajustada su plantilla y red. Por su importante presencia en Valencia y Madrid. Por su alta capacidad para generar capital de forma orgánica… Una bolsa de ventajas a las que hay que sumar dos asuntos que no son nada baladíes. De cómo Bankia se ha quitado dos pesadas mochilas que le penalizaban en exceso. Por una parte, la desaparición de las dudas sobre la monetización de su millonaria bolsa de activos fiscales diferidos (DTA´s, en inglés). Por otra parte, la entidad presidida por Goirigolzarri continuará su privatización sin quebraderos de cabeza por su OPS. Ya con el dinero devuelto a los pequeños inversores de su salida a Bolsa. “Toda una prima al comprador”, explican desde el sector.

BBVA tiene fecha de caducidad a las negociaciones para la Operación Chamartín: 31 de diciembre de 2016

Por esas piruetas que dibuja la vida, la alcaldesa Manuela Carmena puede desnivelar la posible subasta de Bankia. Su terquedad con la Operación Chamartín, que tiene paralizada, entre otros motivos, porque hay que escuchar las peticiones de los vecinos –algunas con tanta chufla como la construcción de una pista de carreras de caracoles o espacios para volar cometas frente al complejo de las Cuatro Torres-, puede favorecer los intereses de BBVA.

La entidad no contempla actualmente otro escenario que el de la aprobación definitiva de la llamada ‘operación Chamartín’ pero, al mismo tiempo, se encargó de poner fecha de caducidad a las negociaciones para poner en marcha el desarrollo: 31 de diciembre de 2016. Si para esa fecha no está aprobado el citado Plan Parcial, desistirá definitivamente de Distrito Castellana Norte (DCN). Sin prórrogas posibles. Se abandonará definitivamente el proyecto después de 25 años intentándolo.

Si DCN termina frustrándose, los planes de la entidad que preside Francisco González pasan por llevar a cabo una operación en el sector financiero con los cerca de 6.000 millones de euros previstos para acometer el gran desarrollo en la zona norte de Madrid. La mitad del camino para llegar al camino de esa Ítaca llamada Bankia.

@miguelalbacar

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