En octubre de 2012, en pleno drama del euro que azotaba a España y que ya hemos olvidado, The Wall Street Journal publicaba el siguiente artículo: "Spanish supermarket chain finds recipe" (Una cadena de supermercados española encuentra la receta". En este artículo se mencionaba que "el secreto del éxito de Mercadona es una receta de estilo alemán para obtener productividad que incluye condiciones de trabajo flexibles, formación extensiva a los empleados y bonus unidos al rendimiento. Esto supone una rara mezcla en España". En 2011, la cadena había contratado a 5.000 personas en un país con un 25% de paro.
La empresa obtiene 306.000 euros de ingreso al año por empleado, cerca del doble que hace 12 años
Varios meses antes, en la presentación de resultados, su presidente Juan Roig había mencionado las siguientes palabras: "Hay un gran comercio en España con gente muy admirable que son los bazares chinos. Una de las grandes cosas que descubrimos es que estos productos -cubos y barreños- en los bazares chinos los vendían a la mitad de precio que Mercadona. Cada vez hay más bazares chinos porque hacen la cultura del esfuerzo que nosotros no hacemos. En España ya hay 7.000 bazares chinos que nos causan una gran admiración y estamos aprendiendo de ellos". La demagogia no tardó en salir a través de redes sociales: el segundo hombre más rico de España tras Amancio Ortega quería que los españoles trabajáramos como chinos.
Dicho así, suena mal, pero no deja de ser este el mensaje que deja -desde aquel episodio, tan sólo de forma implícita- el magnate Roig. Y los números lo demuestran: en el año 2005, su empresa vendió 8.770 millones de euros con una plantilla de 49.600 personas. Doce años más tarde, un Roig que ya podría estar jubilado muestra estos datos: casi 21.000 millones de euros en productos vendidos y 75.000 empleados. En 2004 los datos arrojaban 176.814 euros de ventas por cada empleado. Ahora, son 306.600. ¿Es este el milagro de la productividad o, dicho de otra manera, el aumento de la productividad (no solo trabajar más, sino mejor) no se hace a costa de los empleados?
Algunos trabajadores denuncian que la presión en el trabajo ya los tiene al límite, pero lo cierto es que la productividad sigue subiendo. En 2015, 100 euros más de venta por persona y por mes. El propio presidente reconoce implícitamente lo que antes preferían no comentar: no todo el mundo vale para trabajar en Mercadona. Se requiere un esfuerzo máximo, el cual transmiten los superiores a sus empleados, y la política de "para poder recibir, primero hay que dar". El índice de rotación de la plantilla es próximo al 5%, lo cual en la empresa consideran en perfecta sintonía con el resto de competidores.
Mercadona es la tercera empresa del sector en sueldos, pero la red está llena de quejas sobre la presión que ejerce para aumentar la productividad
No conviene olvidarlo: el sueldo de un trabajador con 4 años de empresa alcanza los 1.429 euros netos con 12 mensualidades. Esto supone, según un estudio de noviembre de Infoempresa.com, ser el tercer grupo de distribución del país con los sueldos más altos después de los mucho más pequeños Condis y Miquel, y con 24.122 euros de media se sitúa en 9.000 euros más que su inmediato perseguidor, Carrefour, que apenas paga 15.000 de salario bruto al año. Pero también hay que tener en cuenta que en Mercadona se trabaja de lunes a sábado 'para siempre' y que la red está llena de testimonios (anónimos o no) sobre la dureza de las condiciones de trabajo en la empresa, incidiendo en las supuestas dificultades que impone para acceder a bajas laborales. Los blogs Mercacoso o Hacendaño han recogido durante años testimonios e incluso algunas sentencias laborales de la compañía. Pero tratándose de uno de los mayores empleadores privados de España con 75.000 almas acudiendo cada día a sus instalaciones, es lógico que surjan casos como estos por pura estadística.
De tanto en tanto, surgen denuncias de supuestas prácticas que escandalizan a algunos en la red pero cuya veracidad es imposible de comprobar. Tal es el caso, por ejemplo, de una foto en 2014 mostrando a una empleada de Mercadona supuestamente trabajando en las estanterías mientras llevaba un pie escayolado y una muleta. La empresa desconoce el contexto de la imagen, como también este periódico. Según asegura CNT que expresa el nuevo convenio de la empresa firmado en 2014, ante enfermedad los empleados deben notificárselo al coordinador de la tienda para acudir al médico de Mercadona como paso previo a coger una baja. Y con ciertas enfermedades, la compañía prefiere que se siga trabajando. Según aseguró Isabel Gutiérrez, de CCOO, en 'La Marea', los médicos de las mutuas que trabajan con la empresa prefieren contar con el permiso del médico de Mercadona antes de dar una baja.
Más plantilla, más productividad
Esta filosofía cuadra con lo manifestado por Roig en múltiples ocasiones, pues siempre ha criticado el importante absentismo laboral habitual en empresas e instituciones públicas de España (muy superior en estas últimas), que solamente en las épocas de crisis pareció reducirse ante el miedo a represalias. Durante los años más duros para el empleo en el país, la productividad aumentaba porque se iba despidiendo y el mismo trabajo lo realizaban menos personas. Los costes laborales unitarios cayeron 4 puntos en España durante la oleada de pérdida de empleo de 2012, por ejemplo, mientras que en los años previos al colapso (de 2000 a 2008) habían subido un 2,9% anual.
Sin embargo, la productividad en Mercadona ha crecido año a año mientras se aumentaba la plantilla, un caso paradigmático, radicalmente opuesto al del resto del comportamiento laboral español. En los últimos cinco años, ha subido la productividad mientras se aumentaba la fuerza labora un 18%. Por ello es lógico que uno se pregunte, ¿hasta dónde puede estirarse el aumento de productividad en Mercadona?
Todo indica que el intento de la compañía es mejorar sus números aún más por la vía de la tecnología. El big data aplicado al trabajo logístico tiene infinitas posibilidades, y estamos solo en el comienzo. Mercadona nunca externaliza trabajos tales como los envíos de productos a domicilio, uno de los motivos por el cual por el momento asegura perder mucho dinero en el e-commerce al tener que emplear parte de su plantilla en los envíos, descuidando sus labores habituales. La maquinaria está tan engrasada que la ausencia de un empleado aunque sea por unos minutos hace perder muchos euros a la empresa. Recordemos que el gigante logístico Amazon, a pesar de llevar más de una década mejorando la productividad en los envíos de productos a domicilio, apenas ha empezado a ganar dinero de forma tímida en el último ejercicio.
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