Miércoles 19 de junio. Se cumplen diez años desde la proclamación de Don Felipe VI de Borbón y Grecia tras la abdicación de su padre, Don Juan Carlos I. En la Constitución de 1978, ese es el único nombre propio que figura precisamente en el artículo 57.1 donde se dispone que "La Corona de España es hereditaria en los sucesores de Su Majestad Don Juan Carlos I de Borbón, legítimo heredero de la dinastía histórica". En ese mismo apartado se indica que "La sucesión en el trono seguirá el orden regular de primogenitura y representación, siendo preferida siempre la línea anterior a las posteriores, en la misma línea, el grado más próximo al más remoto, en el mismo grado, el varón a la mujer y en el mismo sexo, la persona de más edad a la de menos". Luego, en el 57.5 se advierte que las abdicaciones y renuncias y cualquier otra duda que pudiera surgir se resolverá por una Ley Orgánica que sigue pendiente.
Juro desempeñar fielmente mis funciones, guardar y hacer guardar la Constitución y las leyes y respetar los derechos de los ciudadanos y de las comunidades autónomas"
En la solemne sesión plenaria de las Cortes Generales aquel 19 de junio de 2014, el presidente Jesús Posada reconoció la tarea cumplida por Don Juan Carlos y aseguró conocer la firme voluntad de servicio a España de Don Felipe en quien las Cortes Generales, dijo, "tienen puestas grandes esperanzas de que los españoles lograremos vencer con éxito las dificultades para desearle, después de ofrecer su lealtad y firme voluntad de apoyo y colaboración, un fructífero reinado". Concluidas sus palabras, rogó a sus señorías que se pusieran en pie y dijo: "Señor, las Cortes Generales están reunidas para recibir el juramento que venís a prestar como Rey de España, conforme al artículo 61 de su Constitución". A continuación, con la mano derecha sobre la Carta Magna, Don Felipe procede a prestar juramento diciendo: "Juro desempeñar fielmente mis funciones, guardar y hacer guardar la Constitución y las leyes y respetar los derechos de los ciudadanos y de las comunidades autónomas".
A ese juramento se ha atenido con fidelidad admirable, anteponiendo el cumplimiento de sus deberes a cualquier otra consideración, respetando a los jueces, sus procedimientos y sentencias, también cuando recayeron en sus proximidades familiares, y procediendo en consecuencia. Sin proponerse venganza alguna contra quienes han querido desairarle, sintiéndose el Rey de todos, el primer servidor de la Ley. En Don Felipe Vi se cumple aquello que dijo Shakespeare: "Con inquietud reclina la cabeza el que lleva una corona".
Apoya TU periodismo independiente y crítico
Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación