15 años han pasado del peor atentado que ha vivido España: el 11-M. Y para el PP de Pablo Casado aún no se sabe toda la verdad. Quizás sea bueno que le pregunte a su antecesor, a José María Aznar, que el mismo día del atentado, cuando aún no habían pasado ni dos horas de las explosiones en los trenes de la estación de Atocha, El Pozo y Santa Eugenia, se apresuraba en llamar a los directores de medios de comunicación para decirles que no se equivocaran a la hora de informar sobre la autoría, que había sido ETA. Estaba en juego el éxito o el fracaso electoral del PP y ahora está en juego que Casado sea presidente, pero no todo vale en política, no se puede atentar, día sí día también, contra la verdad, causando profundo dolor a los que directamente sufrieron el horror. No se puede seguir intoxicando sobre las tumbas de los que perdieron la vida. Eran las 7:37 cuando explotó el primer convoy y a las 15:00 ya se sabía que ETA nada tenía que ver con la matanza masiva.
No se puede ser más irresponsable sembrando la duda ante los familiares de las 191 víctimas mortales y casi los 2.000 heridos que dejó la masacre perpetrada por terroristas islamistas; no lo dicen los periodistas, lo dicen las investigaciones policiales y el juicio que en su día hubo sentenciando la autoría de los atentados del 11-M.
Está clara la autoría, por lo tanto no hay que reclamar verdad ninguna. Caso cerrado. Por los atentados del 11-M quedan en la cárcel solo 9 de los 26 condenados
Nuestra participación en la guerra de Irak a la que nos llevó Aznar, haciendo caso omiso de los ciudadanos que llenaron las calles de manifestaciones contra la contienda, se cobró las consecuencias en la ciudadanía madrileña. Y por cierto, las armas de destrucción masiva de Saddam Hussein que condujeron a declarar la guerra NO existían, no había amenaza, pero sí informes falsos del entonces secretario de seguridad de EEUU, Collin Powell. Se unieron el trío de las Azores: Aznar, Blair, Bush.
Durante el gobierno de Aznar hubo mentiras demasiado arriesgadas. El poder intentó construir una verdad oficial, aquella que se construye vistiendo una información que está al alcance de muy pocos. Cierto es que no hay una verdad única, no existe una verdad absoluta, existen matices de una realidad dependiendo de cómo ésta se mire, pero del matiz a la mentira va un trecho.
Está clara la autoría, por lo tanto no hay que reclamar verdad ninguna. Caso cerrado. Por los atentados del 11-M quedan en la cárcel solo nueve de los 26 condenados. Este verano se prevé que salga de prisión otro reo más que dirigía el “Grupo Combatiente Islámico Marroquí”. Además, siete islamistas radicales se suicidaron en el piso de Leganés y otros tres murieron en Irak. Fin judicial y policial del drama que vivió Madrid hace 15 años. Dejen de atentar contra la verdad como hicieron con los “hilillos del Prestige” cuando fueron toneladas de fuel las que se vertieron y contaminaron el mar en Galicia -bien lo saben los voluntarios que limpiaban la zona afectada- y de seguir justificando la presencia de España en la guerra de Irak aludiendo a la existencia de armas de destrucción masiva, cuando se ha demostrado que era totalmente falso. Mentiras o fake news interesadas.
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