A ella le gusta mucho Depeche Mode. No lo digo yo. Lo dice el tatuaje que desde primeros de octubre de 2015 luce en su antebrazo. Y es, como dice la canción, «la chica más feliz que he conocido» (Happiest girl) porque todo le está saliendo bien y se nota. Ha ido creciéndose y creyéndoselo. Nos lo dice con su forma de vestir. Gracias a Dios, pasaron los modelos de falda para mesa camilla y las cazadoras «de cuero» de colores. Ahora recurre a un estilo más moderno, escotado y desenfadado. No obstante, está científicamente comprobado que la cabra tira al monte y el vestido blanco de 2019 de Massimo Dutti y los salones beige reaparecen cuando uno menos se lo espera. Como el peinado.
Isabel Díaz Ayuso podría identificarse con las canciones del álbum Violator que lleva tatuado en su piel. Su espíritu es el de seguir adelante y no rendirse mientras canta: «Cuando las paredes se derrumban, aunque podemos merecerlo, valdrá la pena» (Halo).
Venció en su lucha contra «los elementos» de Génova. Y la llegada de Alberto Núñez Feijoó a la cúspide del Partido Popular le apaciguó el ánimo. Aquello debió ser casi experiencia mística, como cuando descubres que hay «alguien que escucha tus oraciones, alguien que sabe que estás aquí», dice su grupo.
Como ya no tenía con quién discutir en el partido nivel nacional -a un señor que ha ganado cuatro elecciones con mayoría absoluta no se le puede rechistar- hizo lo más inteligente: callarse, observar y aprender. A España y a los madrileños este personal Jesus gallego nos trajo un enjoy the silence -disfrutar del silencio- en los titulares y los informativos.
Para redondear su hazaña y serenar su espíritu, le faltaba el juguete de la presidencia del PP de Madrid. Lo ansiaba y un día sí y otro también. ¡Y zas!, conseguido, ya tenía su «tesoro»
Parecía tenerlo todo pero la dicha no estaba completa. Como señalan en la mítica Sweetest perfection, «todo el mundo sabe lo que me ha atrapado (…) la infección más dulce de cuerpo y mente». Para redondear su hazaña y serenar su espíritu, le faltaba el juguete de la presidencia del PP de Madrid. Lo ansiaba y un día sí y otro también. ¡Y zas!, conseguido, ya tenía su «tesoro».
La novedad fue aplicar la memoria histórica de forma inclemente a la web del PP de Madrid. No quedó títere con cabeza ni rastro alguno del pasado. Ella es la institución. Suena aquello, con Depeche Mode mediante, de «es demasiado tarde para cambiar los eventos» y «tenías algo que ocultar» porque ibas «dejando pruebas a la política de la verdad» (Policy of Truth).
No hay que preocuparse, el próximo objetivo de Ayuso será controlar las Nuevas Generaciones de Madrid, para garantizar que la muchachada scalper le aplauda muy fuerte
La fiesta continuaba y surgió, de repente, «un dolor, un hambre en tu corazón, un dolor de ser libre» (Halo). El escollo del mes de junio para Ayuso -ascendida a baronesa number one demasiado pronto- ha sido la consagración de Juanma Moreno como referente indiscutible a escala regional. Este andaluz, carente de gracia fuera de su tierra, ha logrado lo imposible: una mayoría absolutísima del PP en Andalucía. No hay que preocuparse, el próximo objetivo de Ayuso será controlar las Nuevas Generaciones de Madrid, para garantizar que la muchachada scalper le aplauda muy fuerte.
Su protagonismo se había atenuado en las últimas semanas. Madrid no descansa y hasta José Luis Martínez-Almeida, alcalde y señorazo, empieza a recuperar cierto brillo. No hizo mal lo de la OTAN, aunque tuvo a los madrileños encerrados durante tres días y así cualquiera. Repitió el operativo durante el 'orgullo' y le salió redondo. A nivel de gestión, ha blindado la 'Operación Chamartín', en la que tanto ha trabajado la concejal Sonia de Cea. Será el Distrito 22 de manera que los trámites se agilizarán y se aspira a competir con Frankfurt y Londres.
Entonces es cuando aparece Memphisto en el álbum Violator. No sería raro que en algún momento se acordara del diablo del Fausto de Goethe porque llevaba demasiado tiempo sin hacer ruido, discreta, un viaje comercial a Miami, algunas declaraciones potentes. Pero le han metido algunos goles por la escuadra.
Las polémicas becas
Su error ha sido no hacer caso a sus adorados Depeche. Se ha alejado de la realidad y ha optado por lo simbólico («then I want the real thing not tokens») y es entonces cuando los ministros socialistas, ausentes de argumentos y de logros, han vuelto a ocuparse de ella con la excusa de la beca a los ricos y ese cheque escolar, que beneficia a los centros privados y así cumple con Vox. Un precio quizás excesivo a un año de elecciones: cabrear a la escuela concertada y a los padres de Madrid por no cumplir su promesa de ampliar el Bachillerato a los centros financiados con fondos públicos.
Misión cumplida: Ayuso ha vuelto a los titulares, ha recuperado foco, ha regresado al punto en el que lo dejó. Los fondos europeos para ampliar la red del Metro, por ejemplo, un logro del que debería hablarse algo más. En fin, la presidenta madrileña ya puede repetir lo de la canción de los cursis aquellos: «Porque cuando aprendes, sabrás lo que hace que el mundo gire». Y ella demuestra saberse la lección.
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