Con el título indicado, la Comunidad de Madrid ha hecho público hace unas pocas semanas el documento que contiene su aportación a la comisión de expertos designada por el Gobierno español para iluminar la futura reforma fiscal. Se trata de un informe técnicamente sólido y bien estructurado que, de funcionar las cosas como debieran, debería ser muy tenido en cuenta por los expertos gubernamentales.
En el documento se rebaten con fundamento -y con cifras- los argumentos que vienen utilizando el Gobierno y sus portavoces (voceros, en terminología latinoamericana) para tratar de imponer un modelo fiscal a Madrid pero, al tiempo, se explican y justifican las que debieran ser las líneas directrices de la proyectada reforma tributaria general.
Empezando por la primera cuestión enunciada, el informe desarrolla una argumentación impecable que desnuda jurídica y políticamente la anunciada idea socialista de armonizar los impuestos autonómicos. Se resalta que, con la excepción de la Loapa -posteriormente declarada anticonstitucional casi en su totalidad-, la pretendida armonización constituiría el primer recorte de competencias a las Comunidades Autónomas desde que la Constitución consagró el Estado de las Autonomías. Realizar tal cosa y realizarla por disenso supondría la ruptura de uno de los consensos básicos en los que se fundamenta nuestra democracia.
Además, se señala que recortando la capacidad normativa en materia fiscal de las Autonomías se impediría que, frente a la opción de detraer más recursos a sus contribuyentes, pudieran optar por reducirles la carga fiscal que les es exigida obligándose a ser más eficientes en los son detraídos.
En los impuestos cedidos, la recaudación per cápita en Madrid asciende a 3.482 euros, el importe más alto entre todas las autonomías de régimen común
Junto a la argumentación expuesta, en el documento de la CAM se desnudan con datos los diversos mantras con los que se achaca a Madrid la falsa acusación de insolidaridad con el resto de España. Valgan varios ejemplos que obran en el texto autonómico. Según figura en el informe, los contribuyentes residentes en Madrid pagaron por el IRPF, IVA e Impuestos Especiales un importe global de 84.431 millones de euros de los que, por el sistema de Financiación Autonómica, la CAM solo recibió 19.110, contribuyendo con la diferencia (65.321 M) a financiar al resto de Comunidades ¡Curiosa insolidaridad! Otro ejemplo: En los impuestos cedidos, la recaudación per cápita en Madrid asciende a 3.482 euros, el importe más alto entre todas las autonomías de régimen común. Pues bien, de la cifra reseñada, tan solo revierten a la CAM exclusivamente 2.631 euros por madrileño. El resto (851 por cabeza) se destina a la financiación de otras Comunidades. Definitivamente, acusar al Gobierno de Madrid de practicar la insolidaridad con el resto de España es mentir y, además, hacerlo de manera descarada.
Junto a lo expuesto hasta ahora, el documento de la CAM contiene interesantes reflexiones y propuestas relativas al sistema tributario en su conjunto. Haciendo honor a su título, en el informe se aboga por una reducción de impuestos inteligente toda vez que, según estudios empíricos que son citados, en nuestro actual nivel de imposición, disminuir la tributación en el IRPF aumentaría la tasa de crecimiento del PIB (un 0,6% anual por cada 10 puntos menos en los tipos del impuesto. En la misma dirección, reducir la tributación del Impuesto sobre Sociedades al 15% provocaría un aumento anual del PIB del 0,2%.
Indicador del sacrificio del contribuyente
Sin duda, la propuesta enunciada resulta incompatible con el objetivo contenido en el plan España 2050, por el que se apuesta por subir la presión fiscal hoy existente en España (desde el actual porcentaje de 35,2% hasta un 43%). Tras rechazar que el cociente Recaudación tributaria /PIB sea un indicador óptimo del sacrificio real exigido a los contribuyentes, el informe resalta que utilizando la medida más moderna y rigurosa (el esfuerzo fiscal), los españoles soportamos ya un sacrificio fiscal mayor que los paises de nuestro entorno. Como muestra, un 50% más que el soportado por los alemanes.
No debe finalizarse esta breve reseña sin mencionar las alarmas que refleja el informe de la CAM sobre determinados elementos confiscatorios existentes en nuestro sistema fiscal. Es el caso del Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones, en el que al heredero o donatario se puede exigir hasta el 83% de lo heredado o donado. También el Impuesto sobre el Patrimonio, en el que con los tipos impositivos exigidos por alguna Comunidad Autónoma, puede llegar a pagarse hasta el 3,5% de las propiedades que se posean, porcentaje que, en la mayoría de los casos, no puede afrontarse con la renta patrimonial obtenida.
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