Baltasar Garzón es el abogado de Alex Saab, cuyo proceso de extradición a EEUU ante la justicia de Cabo Verde culminó este martes en el Tribunal Constitucional. Aunque la defensa logra que se retrase con un recurso improvisado contra policías, jueces y el propio fiscal general de una democracia con pleno reconocimiento internacional. Perseguido por la justicia de varios países, este sujeto había pasado de empresario colombiano arruinado a multimillonario engordado a la sombra de la dictadura venezolana, y a su servicio.
Como abogado internacional, el exjuez asiste a Saab, acusado por la Fiscalía estadounidense de lavado de millones fruto de negocios con el petróleo de sangre robado a los venezolanos. No es el primero al que defiende el exjuez, ni será el último. Antes, y también con minutas millonarias, prestó sus servicios a otros como “El Pollo” Carvajal, que se le escapó a la Audiencia Nacional, y todos ellos con serias acusaciones por enriquecimiento delictivo.
La respuesta a por qué le pagan tanto como abogado la dan los propios extractivos corruptos que están desangrando Venezuela. Carvajal, a través de la organización que llegó a pagar 1,8 millones de dólares al exjuez, explicó las razones para contratarle: “En mi relación con Vd. y su bufete siempre me he conducido bajo la plena confianza depositada en su figura y su relevancia internacional adquirida en la defensa de la justicia universal. Es por este principal motivo por el que contraté sus servicios, aceptando además una remuneración tan elevada que en otras condiciones hubiera supuesto a lo sumo la décima parte de lo acordado con su firma”.
Forma parte de los comportamientos habituales de quienes en América Latina son conocidos como la izquierda caviar, en la que la ideología “progresista” se utiliza para hacer caja
No se puede explicar mejor un modus operandi consistente en ganar prestigio con actuaciones internacionales estelares y usarlo para lograr sumas enormes por escaso trabajo, colaborando con dictaduras que sobreviven pisoteando los derechos humanos. Forma parte de los comportamientos habituales de quienes en América Latina son conocidos como la izquierda caviar, en la que la ideología “progresista” se utiliza para hacer caja.
Una estratagema que se podría traducir como “la justicia me persigue por ser de izquierdas, no por robar”. En ese negocio andan muchos “caviares” españoles, hoy todos adscritos al sanchismo. De hecho, en las informaciones sobre Plus Ultra anticipadas por Vozpópuli, se tocaba el nervio de sus rentabilísimas conexiones venezolanas. Ahora, con el caso Saab, nuestros “beluga” se asoman al estrellato mediático mundial de este entramado.
Por el desarrollo de la sesión televisiva, era perceptible el olor a un consenso tácito, algo así como “me preguntas por Franco, Vox y etcétera, pero ni mencionar a Saab o a Venezuela”
En los primeros días de agosto resistí el sueño hasta la madrugada interesado por la entrevista en La Sexta Noche de Hilario Pino a Garzón. Esfuerzo inútil: nunca se hizo la pregunta de interés mundial para cualquier periodista, la que tiene que ver con su defensa de Alex Saab, ahora en su momento decisivo, y sus relaciones con la dictadura chavista. Por el desarrollo de la sesión televisiva, era perceptible el olor a un consenso tácito, algo así como “me preguntas por Franco, Vox y etcétera, pero ni mencionar a Saab o a Venezuela”. Guion cumplido.
Ya hubiera querido una oportunidad así Gerardo Reyes, periodista director de investigación de Univisión y autor de un libro recientemente publicado: Alex Saab. La verdad sobre el empresario que se hizo multimillonario a la sombra de Nicolás Maduro. Intentó una entrevista con el exjuez, pero ni por error se hubiera prestado a esa prueba nuestro campeón de la justicia universal. No repetirá la experiencia de la entrevista con Patricia Janiot, también de Univisión, que lo hundió en directo: “Señor Garzón, ¿es Venezuela una dictadura?”. Son periodistas que hacen preguntas de periodista, incómodas. Lo de La Sexta es otra cosa; solidaridad entre “caviares”.
Hacen negocio especialmente con las cajas de alimentos (CLAP) para millones de venezolanos hambrientos, esos que, a ojos de Errejón, comen tres veces al día
Pero, ¿quién es Alex Saab? Este individuo, que tanto dinero le está proporcionado al exjuez, es parte de una tropa imprescindible para la supervivencia del dictador Maduro -al que el informe fiscal de la Corte Penal Internacional califica como autor de crímenes contra la humanidad, una suerte de “violador serial de derechos humanos”-. Hacen negocios con la compra de dólares a tasa preferencial en el mercado negro, o gracias a la falsificación de exportaciones masivas, colocando oro en Turquía o mediante tráfico de petróleo con Irán y Rusia. Y especialmente con las cajas de alimentos (CLAP) para millones de venezolanos hambrientos, esos que, a ojos de Errejón, comen tres veces al día. Veamos.
Saab y su socio Álvaro Pulido, condenado por narcotráfico, ganaron decenas de millones de dólares con el negocio que les proporcionó la dictadura gracias a la exclusiva en la importación de las CLAP. Los periodistas de El Excelsior de México Patricia Marcado, Claudia Solera y Roberto Deniz, de esos que no pierden ocasión de hacer preguntas comprometidas, demostraron mediante pruebas de laboratorio que la leche en polvo de las cajas importadas era basura. “La mala leche de los CLAP” fue el título de su reportaje. ¡Leche falsa para niños hambrientos!
No es por 'el cruel bloqueo'
Se trataba de “una suerte de harina ligeramente láctea que producía diarrea y vómitos a los niños”. Como dice Gerardo Reyes, con los sobreprecios ya habrían ganado millones sin necesidad de adulterar la leche en polvo, pero el cliente de Garzón tiene pocos escrúpulos. ¡No es por el “cruel bloqueo”, señor exjuez! “El 70 por ciento del dinero invertido por el gobierno se lo robaron”, señala en su libro el mayor experto en Saab. Como para conceder una entrevista y tener que responder al origen del dinero de una minuta millonaria. Mejor un masaje de Hilario Pino o de otro camarada de la izquierda caviar, sección mediática.
¡De estos depende el prestigio de la "izquierda” española y la imagen internacional de España! Sobre todo, teniendo en cuenta que la facción en la que se ubica Garzón tiene hoy a su cargo Ministerio de Justicia y Fiscalía General.
Baltasar Garzón se retrató en su comunicado-manifiesto contra la justicia de Cabo Verde, a la que, lejos de ofrecer algún argumento profesional como abogado, insulta con acusaciones de estar al servicio del imperio USA. Alineado con el contenido del comunicado de Putin y con las declaraciones de los ayatolas de Irán, acusa de tomar una decisión política a la justicia de un país que les ha dado durante más de un año, una tras otra, lecciones de independencia judicial y garantías procesales.
Lo que les inquieta es lo que puede cantar Saab ante la fiscalía de Florida, teniendo en cuenta que, como señala Gerardo Reyes, los datos de la justicia estadounidense son “abrumadores”. Me pregunto si no le dará vergüenza a Garzón ser parte de este tinglado de los criminales de la mala leche de los CLAP. Se lo pregunto yo, que le creí y me manifesté contra su expulsión de la judicatura. ¡Qué fraude!
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