Noviembre de 2020: las acciones del Banco de Sabadell (fundado en 1881) vuelven a rondar los mínimos de mayo de ese mismo año: 27 céntimos de euro. En enero habían comenzado el ejercicio algo por encima del euro por acción pero la pandemia hundió la cotización hasta el 20% de su valor contable. El fantasma de un nuevo “caso Popular” sobrevuela y en las redes sociales muchos independentistas, dolidos con la actual dirección del banco (al que despectivamente llaman “alicantino”) por el cambio de sede en otoño de 2017, están listos para hacer leña del árbol caído. Justo ese noviembre, Pfizer anuncia su vacuna y se convierte en el mejor mes de la historia para el Ibex. A partir de ese momento el pesimismo se fue trocando en optimismo en los mercados.
Es en ese momento en el que el BBVA de Carlos Torres (que sigue en el cargo) ofrece, como acaba de hacer, una oferta de fusión al Banco de Sabadell de Josep Oliu, que también sigue. Negociaron durante 11 días, y nunca se hizo público el precio aunque parece que, como en la actualidad, la propuesta era de canje de acciones y se calcula que entonces se valoró a Sabadell por algo menos de medio euro por acción (el máximo aquel mes fue 0,41). Oliu por entonces era muy discutido, se consideraba un error haber comprado el TSB británico en 2015 (meses antes del Brexit) y los accionistas no estaban nada contentos con la evolución de la cotización. Incluso se dijo que la OPA se rechazó por ambición personal suya. Y sin embargo, al acabar el primer trimestre de 2021, tanto Sabadell como TSB volvieron a los beneficios, y la idea de malvender el banco británico fue poco a poco alejándose. Con todo, el precio de las acciones del Banco Sabadell no volvieron a superar el euro hasta 2023 y cuando salieron las noticias de quiebras en bancos regionales estadounidenses y posteriormente la caída del Credit Suisse, de nuevo fue de los valores más afectados.
El mercado actúa con lógica y bajan con fuerza las acciones de BBVA y suben las del Sabadell, y, por contagio, baja Santander (otro posible comprador) y sube Unicaja (como otro posible opado)
La mejora da los resultados, auspiciada por la subida de tipos (apenas reflejada en el pago a los clientes) empezó a disparar los precios de la mayoría de bancos, y Sabadell no iba a ser la excepción. Para finales del mes pasado, Sabadell había multiplicado por 6 desde los mínimos de 2020 y BBVA por más de 4, habiendo pagado además ambos -pero sobre todo BBVA- generosos dividendos a sus accionistas. Es en ese momento en el que Torres, que hasta ahora se había centrado en la expansión internacional, especialmente en Turquía, vuelve a proponer un canje de acciones y hace una “propuesta de fusión” bastante generosa (aunque Sabadell llegó a cotizar por encima de los 8 euros en 2007, llevaba desde 2017 sin tener el valor que le asigna BBVA) que la mayoría asume que triunfará. El mercado actúa con lógica y bajan con fuerza las acciones de BBVA y suben las del Sabadell, y, por contagio, baja Santander (otro posible comprador) y sube Unicaja (como otro posible opado). Extrañamente Sabadell lo rechaza, el mercado intenta volver a los niveles anteriores al anuncio y Sabadell baja con fuerza. Es entonces cuando BBVA mantiene la opa contra la dirección del opado (por eso es hostil) ya que ve muchas posibilidades a que los accionistas acepten su oferta.
¿Por qué ese empeño de BBVA en Sabadell. precisamente ahora, cuando los tipos de interés van a empezar a bajar y por tanto a reducirse márgenes, qué interés existe en comprar un banco nacional cuando sobran oficinas, cuando cada vez hay menos atención al cliente personalizada y los canales de internet son más usados, qué cálculos se han hecho para rentabilizar esa inversión si se asume que van a tener que cerrar cientos de sucursales y despedir a miles de empleados, por qué insistir en la zona catalana, donde más implementación tiene Sabadell, si BBVA ya adquirió Caixa Tarrasa primero y Catalunya Caixa después? Demasiadas preguntas sin respuesta. Comprendo que con la presión fiscal gubernamental es un buen momento para encontrar maneras de “esconder” beneficios (los costes reducirán el pago del impuesto “temporal” bancario), también que el canje al fin y al cabo no le cuesta nada al BBVA y tan sólo pierden valor los accionistas que, mal que les pese esta caída, tampoco pueden quejarse mucho dado el gran rally de los últimos meses, pero no encuentro al motivo de por qué Sabadell.
Mi apuesta es que habrá acuerdo, y al canje propuesto. El precio para la sociedad española serán menos empleos en banca y menor diversidad para el consumidor bancario
Los márgenes son mucho mayores en otros países (BBVA lo sabe bien porque su negocio en Turquía y México -de donde procede más de la mitad del beneficio- es enorme) que en España, pero si su empeño es crecer en nuestro país, BBVA tiene suficientes oficinas y notable presencia en la zona geográfica donde más implantado está Sabadell, por lo que hay otros bancos nacionales que encajarían más (Unicaja, Ibercaja, Abanca… hasta Bankinter que tiene una especialización muy atractiva). Para mí es un error de BBVA este empeño en comprar Sabadell, y soy escéptico ante la negativa del Sabadell, que sospecho intentaba forzar una mejora. Mi apuesta es que habrá acuerdo, y al canje propuesto. El precio para la sociedad española serán menos empleos en banca y menor diversidad para el consumidor bancario. No son buenas noticias. Tampoco que el Gobierno, que cuando parecía haber acuerdo declaró que no interferiría, ahora que no lo hay acuse a BBVA de malas formas e insinúe que pueda actuar (como ya ha hecho con Telefónica y está haciendo con Talgo) de alguna manera. También descarto que lo haga porque creo habrá acuerdo, y el BCE -que defiende las concentraciones bancarias- estará a favor también.
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