Opinión

Las bicicletas son para el verano (y para Sánchez)

Las bicicletas son para el verano (y para Sánchez)
Fiesta de la bicicleta en Getafe Europa Press

El velocípedo, artefacto inestable de dos ruedas que funciona a tracción animal -con perdón- e inunda calles, vías, avenidas, plazas e incluso aceras a la caza de peatones despistados, flaneurs soñadores o ancianitas en busca de una hogaza de pan, está de enhorabuena. Sánchez hace bueno el refrán “No tenemos pa' pan, pero tenemos pa' estampas”, porque estando como está la red de ferrocarriles con retrasos, averías, plantones de maquinistas y demás situaciones que provocan la incontinencia de los usuarios que suelen miccionar en los responsables, ha tirado de bolsón y extraído del mismo nada menos que cuarenta millones de euros para comprar e-Bikes y ampliar los sistemas de bicicletas públicas que Dios malhaya.

¿Significa esto que Sánchez abomina del Falcon, del Audi o de la automoción financiada con dinero público? Nanay, que se ha muerto Pichi. Lo que pretende es que nos acostumbremos a ir dando tumbos con el artefacto infernal, fastidiando el ya fastidiado tráfico. Que existen ciclistas respetuosos con el Código y circulan gentil y donosamente por el carril bici es público y notorio; que más de un automovilista se comporta con ellos como hace la ley del Sí es Sí con las mujeres, también. Pero no es menos cierto que la tesis pijo progre de que en las ciudades solo se debería ir en transporte público, a golpe de calcetín o en estos cachivaches -lo de ir montado en borriquillo, jaca cartujana o calesera todavía no se contempla, pero ya llegará-.

Y se castiga al ciudadano que tiene un coche viejo y contamina mucho, porque donde va a parar lo que contaminan esos viejos y decrépitos automóviles. El hecho de que quien los conduce no pueda comprarse uno nuevo porque España y los españolitos están más tiesos que la mojama dado que aquí solo se vive para pagar al estado es lo mismo. Si tienes un automóvil viejo, mal; si tienes un Lamborghini, mal también.

El gobierno lo que quiere, en el fondo, es que usted vaya de su casa al trabajo -si no es usted fijo discontinuo-, del trabajo a su casa y nada más

Alguna mente piadosa e inocente se dirá “Eso significa que el gobierno piensa invertir en cercanías, metro, autobuses no contaminantes o en subvenciones para que la gente que tiene vehículos de gasolina pueda comprarse otros más sostenibles y ecológicos”.

¡Pues no! El gobierno lo que quiere, en el fondo, es que usted vaya de su casa al trabajo -si no es usted fijo discontinuo-, del trabajo a su casa y nada más. Y que lo haga en bicicleta, como seguramente Sánchez habrá visto que hacen los habitantes de China en su reciente viaje al país del rollito de primavera.

Esos millones para bicicletas irán a parar a empresas que explotan dichos vehículos en los ayuntamientos, para que mejoren y progresen. Yo sugiero que, en lugar del timbre, que tampoco es que lo empleen demasiado los usuarios de ese trasto, pongan una bocina de camión y así, si no mueres del atropello puedes morir de un infarto. Y colocarles unas banderitas del orgullo en los radios, y sillines de colorines, y venga alegría, que paga el dinero público que, como es harto conocido, es de todos.

Poco nos pasa.

Exit mobile version