Opinión

La boca de Pedro Sánchez

Es singular que el presidente en funciones no haya dicho esta boca es mía durante

Es singular que el presidente en funciones no haya dicho esta boca es mía durante la investidura. Posiblemente sea porque la boca del presidente no sea suya, sino de aquellos que le exigen el pizzu para darle sus votos. La boca de Sánchez es la de esa Nogueras que destila un odio que la retrata como alguien con quien no desearías estar en una isla desierta. La boca de Sánchez es ese Rufián que, ¡cosas de la vida!, exige pinganillos para hablar un catalán que perpetra. La boca de Sánchez es la improvisada portavoz de Sumar, porque Yolanda Díaz pensó que si el jefe no hablaba ella no iba a ser tan tonta de hacerlo. Además, como se las ha visto con Feijoó en Galicia decidió que aquel cáliz pasase a manos de otro.

Entre comunistas, nacionalistas, separatistas, bilduetarras y demás ralea Sánchez carece de boca propia. Nunca en la historia de nuestra democracia hubo un presidente tan chantajeado

También la boca de Sánchez es la del hórrido Bildu, con esa mirada fría, implacable y esa sonrisa sin alma. Y, digámoslo todo, la boca de Sánchez es la de Puigdemont. Porque si el monclovita ha decidido hacer de Don Tancredo es para no dar explicaciones acerca de la amnistía que le impone el de Waterloo. Entre comunistas, nacionalistas, separatistas, bilduetarras y demás ralea Sánchez carece de boca propia. Nunca en la historia de nuestra democracia hubo un presidente tan chantajeado. Y lo bueno del asunto es que estos suponen una parte ínfima del electorado, son una cifra residual, una supervivencia moderna de la Cheka y el tiro en la nuca y representan un pasado que deberíamos dejar atrás.

Ya ven lo sucedido a su señoría el diputado socialista por Teruel Don Herminio Sancho, que en el momento de votar lo hizo a favor de Feijoó con un sonoro "¡sí!"

Sánchez acaso piense también que mejor no decir nada para no meter la pata. Si así fuera, tiene razón porque ya ven lo sucedido a su señoría el diputado socialista por Teruel Don Herminio Sancho, que en el momento de votar lo hizo a favor de Feijoó con un sonoro "¡sí!" que estremeció a la Cámara. Luego dijo que se había pronunciado mal su apellido y eso lo había descolocado. Una excusa de todo a un euro. Bien, como las que da Sánchez. Y ahora, a esperar la siguiente votación.

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