Opinión

Bolsa española: cuando lo pequeño no es hermoso

Cada vez menos inversores se están beneficiando de la actual buena racha de la bolsa española, y no deja de ser otra muestra más de la pérdida de interés inversor en nuestro país

Descontando dividendos abonados, el Ibex cerró el mes de febrero en máximos históricos. Muchos inversores, que llevan años desesperados por el mal comportamiento de nuestro principal índice bursátil, han conseguido en dos meses recuperarse y su paciencia ha tenido recompensa. Especialmente ha sido gracias a la subida de los valores bancarios entre los que destacan, por su peso en el índice, el casi +29% que se revalorizaron las acciones del Banco Santander en este comienzo de 2023. Es cierto que el desempeño de la bolsa española es bastante pobre desde los máximos nominales de 2007 (los famosos 16.000 puntos) a pesar de haber recuperado aquellos niveles si incluimos los dividendos, básicamente por dos motivos:

-El primero, con lo que ha subido la inflación, en términos reales los inversores no han conseguido ganar poder adquisitivo.

-Segundo, otros índices bursátiles internacionales han tenido un comportamiento muchísimo mejor.

Lo más grave es que la bolsa española ha acabado desesperando a los inversores, especialmente a los más relevantes, y por eso el volumen de negociación lleva mucho tiempo descendiendo hasta el punto que en 2022 se hundió a mínimos desde 1999, casi un 80% inferior al del máximo de 2007. Además, desde 2018 no ha hecho más que bajar y el año pasado incluso se redujo el número de operaciones en un 13,7%. A pesar de que en 2022 el Ibex sí se comportó mejor que el resto de bolsas, y que en 2023 es de las mejores del mundo, de nuevo las cifras siguen la misma tendencia y esta semana hemos conocido que el volumen de renta variable negociada en febrero fue un 27,8% menor respecto al mismo mes del año anterior y supone un descenso del 10,4% en comparación con el mes de enero. Esto significa que cada vez menos inversores se están beneficiando de la actual buena racha de la bolsa española, y no deja de ser otra muestra más de la pérdida de interés inversor en nuestro país.

Estos días domina la mala noticia de la mudanza de sede fiscal de Ferrovial, con reacciones de todo tipo. También es un pésimo ejemplo para la bolsa nacional puesto que, aunque no deje de cotizar aquí, también lo hará en Países Bajos y pronto en Estados Unidos, lo que reducirá el volumen que mueva aquí. ¿Seguirán otras compañías su camino? Es posible ya que, a pesar de que la inmensa mayoría del pequeño inversor español sigue confiando sus ahorros en valores que cotizan en España, lo cierto es que nuestra bolsa no supone ni el 1% de toda la capitalización bursátil global. Y eso a pesar de la enorme importancia mundial de alguna de nuestras cotizadas. A mí me ocurre que, cuando hablo de bolsa, siempre tiendo a hacerlo sobre Wall Street, ya que las bolsas de Estados Unidos, ellas solas, suponen casi un 40% de toda la cuota de renta variable del planeta. La diferencia es brutal. Y desde luego la aparición de la Tasa Tobin no ha ayudado.

El éxito de España como destino (tanto turístico como inversor) para el dinero foráneo se consigue no gracias sino a pesar del gobierno

Dicha tasa, que empezó a funcionar en España en 2021, grava con un 0,20% la compra de acciones de cotizadas con una capitalización superior a los mil millones de euros. Es un despropósito porque si compras y vendes el mismo día, o en lugar de acciones compras un derivado de esa acción, no lo pagas. Es decir, los que más especulan no tributan y los ahorradores sí. Y más allá de estos defectos, supone una desventaja competitiva respecto a otras bolsas que no lo aplican. De nuevo estamos poniendo palos en las ruedas al dinero que quiere invertir en nuestro país. Y lo hace ese mismo Gobierno que luego presume de ello cuando ocurre y pretende que nos creamos que se debe a su gestión. Lo cierto es que el éxito de España como destino (tanto turístico como inversor) para el dinero foráneo se consigue no gracias sino a pesar del gobierno. En el tema bursátil es evidente la decadencia de nuestra bolsa, a pesar de lo bien que ha empezado el año.

Los que invierten en bolsa deben exigir este año unas rentabilidades mayores ya que la inflación sigue siendo alta. Tras los últimos datos en la Eurozona, que han decepcionado a los optimistas, se teme que el BCE, además del medio punto que se espera suba los tipos de interés este mes, haga más movimientos alcistas antes del verano. No hay acuerdo en si serán uno o dos puntos, o si serán de 0,25 o de 0,50.

El Euribor va camino del 4% y los estados deben pagar más para emitir deuda. Esto, unido a la reducción de liquidez en el sistema por las medidas del banco central intentando revertir su política monetaria de los últimos años, hará que cada vez haya más activos para elegir y menos dinero para todos ellos, justo lo contrario de lo que pasó la década pasada. Así que felicidades a los que han tenido la paciencia de seguir en bolsa española por los buenísimos primeros dos meses de 2023 pero mi consejo es que sean prudentes para lo que queda de año, ya que la liquidez vuelve a estar de moda.

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