La semana pasada, concretamente el 7 de marzo, nuestro principal índice bursátil, el Ibex, llegó a cotizar a 9.528,3 puntos, un nivel no alcanzado desde febrero de 2020 y, teniendo en cuenta dividendos abonados, un nuevo máximo histórico. Aunque quizás lo más sorprendente fue la fortísima revalorización acaecida en tan poco tiempo, ya que el 13 de octubre llegó a operarse en, 7189,6 puntos. Es decir, en menos de cinco meses subió un 33%. Esta alza además demostró una fortaleza atípica porque la española fue de las bolsas europeas que menos cayó en 2022 y es de las que más sube en 2023. El principal motivo de este comportamiento tan poco habitual del Ibex se debió al fuerte rebote de los valores bancarios, destacando el Santander por su peso en el índice. La mayoría de análisis coincide en que el alza de los tipos de interés del BCE aumenta el margen que pueden colocar los bancos a sus clientes y, por tanto, sus beneficios mejoran, lo que los hace más atractivos para los inversores. Si a eso se suma que llevan años con un comportamiento bursátil muy discreto, estaban preparados para el fuerte rebote vivido. Y los resultados publicados durante el actual trimestre de los beneficios del último de 2022 parecen confirmar esa opinión.
Este es el contexto en el que empiezan a llegar noticias de los problemas de un banco estadounidense cuyas siglas son SVB, que en noviembre de 2021 cotizaba por encima de los 750 dólares y que el martes cerró a 267 y el miércoles a 106. La primera reacción es tibia, al fin y al cabo es “un banco de startups”, es decir, se asume que ha tomado demasiados riesgos en empresas del sector de Internet que, desde el fin de la pandemia, y tras los máximos históricos del Nasdaq en enero del año pasado, están teniendo problemas. Siempre ha sido muy difícil, salvo para compañías enormes como Google o Facebook, monetizar los servicios gratuitos de la red. Lo que ocurre es que coincide con las noticias de otro banco, mucho más grande y mucho más “tradicional”, y que además lleva muchos meses con problemas: Credit Suisse, que también la semana pasada sufrió una advertencia de la SEC estadounidense que implica un retraso en la presentación de sus cuentas anuales. Sin embargo, las bolsas no entran en pánico y el Ibex el miércoles y el jueves sigue cerrando por encima de los 9.400 puntos y aunque el viernes aumentan las ventas, cierra en 9.285 puntos, perdiendo un 1,9% en la semana. ¿Se peca de exceso de confianza?
El SVB se convierte en el primer banco intervenido desde octubre de 2020, periodo atípicamente largo sin problemas bancarios en el país
Es posible, porque si bien es cierto que el negocio del Silicon Valley Bankes poco habitual, el motivo de su caída no es tan raro y es similar al de otras entidades financieras. Y hablo de su caída porque el viernes es intervenido por el FDIC, que es el organismo estadounidense que se encarga de asumir la gestión de los bancos en problemas para, por un lado, garantizar el dinero a los depositantes y, por otro, minimizar las pérdidas para el erario (y en general su gestión es bastante buena). El SVB se convierte en el primer banco intervenido desde octubre de 2020, periodo atípicamente largo sin problemas bancarios en el país, seguramente gracias a todas las facilidades dadas por la Fed a raíz de la pandemia. Pero, como reza la famosa frase de Warren Buffett: “Sólo cuando baja la marea se sabe quién nadaba desnudo”. Y la Fed lleva ya muchos meses subiendo los tipos de interés y retirando liquidez del mercado, motivo principal de los problemas del SVB, y, por tanto, susceptible de serlo también para otros. Esto es lo verdaderamente preocupante.
Aquí vemos el número de bancos intervenidos y sus activos los últimos años en Estados Unidos:
El Silicon Valley Bank, aún no incluido en el gráfico, no es tan pequeño como decían las primeras noticias y, de hecho, es el segundo banco con más activos, entre los intervenidos por la FDIC, y a mucha diferencia del tercero:
Esto es muy negativo para los demás bancos; primero por el efecto contagio, que puede llevar (parece ser que en Estados Unidos ya detectaron algo el viernes) a una fuga de depósitos, especialmente de las entidades financieras más pequeñas y, segundo, que el motivo de los problemas del SVB, puede ser común a otros. Básicamente, lo que le ocurrió es que utilizó sus depósitos de clientes para comprar renta fija cuando los tipos de interés eran extremadamente bajos. Al ir subiendo los tipos, se entra en pérdidas que en la cartera de inversión a vencimiento se pueden esconder… salvo que haya necesidad de liquidez y haya que vender a precios de mercado. Cuantos más clientes retiraban dinero, más ventas a pérdidas debía hacer el banco… y esto es algo a lo que ningún banco es inmune, tampoco los europeos. ¿Cuántas entidades financieras tendrán en cartera bonos a 10 años alemanes comprados incluso en negativo y que ahora si los quiere vender debe ofrecer al comprador una rentabilidad del 2,5%?
No creo que la crisis del SVB provoque una nueva crisis financiera, pero sí que es un factor determinante para las bolsas, especialmente las europeas, que llevan los últimos cinco meses demasiado eufóricas. Una cosa es rebotar porque las bajadas de septiembre-octubre fueron excesivas y otra ignorar loa evidentes problemas económicos y geopolíticos actuales. Y, al fin y al cabo, que los bancos centrales encarezcan el precio del dinero y que reduzcan la liquidez es una mala noticia para las inversiones de riesgo como la bolsa; siempre ha sido así y no creo que 2023 sea la excepción.
Apoya TU periodismo independiente y crítico
Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación