Resulta ser que, finalmente, a Borrás le han caído cuatro años, seis meses y un día de cárcel, amén de inhabilitación para cargo público por espacio de cuatro años y un día. Eso sí, el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, que es quién ha dictado la sentencia, recomienda que la indulten parcialmente y le rebajen la pena de cárcel solo a dos años y así la mujer se ahorra entrar en el trullo. La sentencia la encuentra culpable de un delito continuado de falsedad en documento oficial e inductora de otro delito documental mercantil. O sea, el favorcillo a coleguis, el ya te lo arreglo yo, el divide la pasta en varias facturas, el lirili de siempre en esta Cataluña del tres por ciento. Ah, pero Borrás y los suyos niegan la mayor y lo que sería que te pillen con el carrito del helao sirlando bolsos a las viejecitas lo han transformado, por mor de su lírica sinvergüencería, en un atentado contra la libertad de una heroína de la independencia.
Si hasta los propios jueces casi que piden perdón y aluden al indulto considerando que, hombre, la pena es excesiva total por un quítame allí unos miles de pavos. Normal, después de todo lo que se ha visto en asuntos como el caso Palau o los líos de la familia Pujol - ¿y el juicio pa cuándo? – trapichear con unas facturas es casi de chocolatada infantil. A partir de ahí, ha sido rodar cuesta abajo porque cuando el juez dice que la pena que impone igual es demasiado dura cualquiera se ve con arrestos para decir la primera barbaridad que se le ocurra.
Si hasta los propios jueces casi que piden perdón y aluden al indulto considerando que, hombre, la pena es excesiva total por un quítame allí unos miles de pavos
Y como andan los de la Borrás a matar con los de Junqueras, van los de Esquerra y sacan una imagen de la Woman in Yellow en plan poster de “El Padrino”, pero con el nombre de “La Madrina”, y los juntaires pillan un cabreo de no te menees y se dicen la del puerco en Twitter, y los llaman “Escoria Republicana de Cataluña”, y hala, venga decir unos y otros. Que si “Panda de tarados”, que si Cabrones”, que sí “Purria ñorda”, que si esto, que si lo otro, que si Maroto el de la moto. Y sale Quim Torra diciendo que el cargo de presidenta del parlamentito catalán de la señorita Pepis debería dejarse vacante porque, según él, “Es evidente que quienes pusieron a la presidenta Borrás a los pies de los caballos de la justicia española ya tienen la sentencia que todos nos podíamos imaginar”. Toma ya. Y Dolors Feliu, conocidísima en su casa a la hora de comer y a la sazón presidenta de ese mamotreto propagandístico de quita y pon llamado Asamblea Nacional Catalana, afirma que “La represión no se detiene, con esta sentencia constatamos una vez más que no existe ni estado de derecho ni justicia cuando quien se sienta en el banquillo de los acusados es una persona independentista”. Venga, que no falte de ná.
Y es verdad, qué caramba, la pobre Borrás debía haber sido absuelta porque ella creyó que estaba por encima del bien y del mal y que las leyes no iban con su augusta, sagrada y celestial persona, porque a ver quién entre los suyos no ha tenido alguna que otra confusión con la pasta. Ahí están, verbigracia, la deixa de Pujol o los misales de la Ferrusola. En totás, Laura ha dicho que se rebela ante la sentencia injusta, que es una persona íntegra, que no ha cometido ningún delito y que tiene un pacto con la verdad que le supone un coste. “¡Levantémonos!”, ha exhortado a los suyos. Cosa que dudo mucho, porque cuando se tiene bien enganchado el culo a la poltrona y al sueldazo oficial, lo de levantarse tiene mala conjugación, reina mora. Y así pasa un día y otro y otro y usted, y yo, y todos los de a pie pagando y pagando hasta la extenuación la fiesta de éstos, ahora sí podemos decirlo con todas las letras, delincuentes. Pobre huerfanita.
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