Opinión

Buenas noticias de Jerome Powell

Salvo que se quiera ir al desastre de la hiperinflación, habrá que tomar medidas más duras y por más tiempo, con mayor subida de tipos y contracción monetaria

En su última comparecencia tras la reunión del Comité Federal de Mercados Abiertos (FOMC), Jerome Powell, el presidente del banco central estadounidense (la Fed), alegró la mañana a los inversores en bolsa con una sola palabra: desinflación. ¿Y eso de la desinflación qué es?¿Acaso ya se ve la luz al final del túnel?¿Será posible que el tema de la inflación vaya bien encarrilado? Esas son las cuestiones que intentaremos dilucidar hoy, aprovechando la ocasión para analizar también cómo va lo "nuestro" y si se está trabajando para resolverlo.

Burbujas de activos

"¿Cómo es posible que se esté desinflando si todavía hay inflación?" La respuesta a esa pregunta la encontraremos en el origen del término, uno que viene de las fases del ciclo largo (siguiente gráfica), que son cuatro: la primera, o reflacionaria, cuando el ciclo despega y se vive una primavera económica, el crecimiento nominal (línea azul) medio anual en EE.UU., para esa fase, fue del 6,3% y el real (descontada la inflación sistémica, "is") el 4,2% (is=2,1%). La segunda es la inflacionaria, un verano infernal donde el crecimiento nominal fue 9,2% y el real 2,8% (is=6,4%). La tercera es la desinflacionaria, con 6,3% y 3,7% (is=2,6%) respectivamente, una fase de prosperidad pero con grandes burbujas de activos y que es lo que pretende vender Powell.

1 -US GDP and Long Cycle - Luis Riestra Delgado - www-macromatters-es.jpg

Finalmente, está la cuarta fase, la deflacionaria, o invernal, la actual, con 4,3% de crecimiento nominal y un mísero real del 2,1% (is=1,9%) de promedio anual, que es lo que han conseguido quienes nos mal gobiernan que solo saben crear más burbujas, saquear a empresas y ciudadanos (tema viejo ya, aunque conviene mucho repasarlo) y contraer más deuda pública, pues no entienden la deflación, de modo que seguirán pifiándola hasta que reviente el invento.

¿Ya, pero qué es lo que desinfla? El crecimiento nominal esperado; por ejemplo, imaginen que en enero la previsión era de 7% nominal y 2% real y, al cerrar el año tienen 5% y 2% respectivamente. Parece una tontería, tiquismiquis de académicos y teóricos, pero no lo es, pues es un indicador de, por ejemplo, cómo serán los costes y la facturación de las empresas, lo que a su vez tiene implicaciones financieras, en recaudación, etc. Por supuesto que detrás de cada fase del ciclo largo hay mucho más (fases de la bolsa, etc.), pero el anterior es el mejor resumen que les puedo hacer de casi 80 años de historia económica reciente y 200 desde que hay estadística fiable y útil.

El caso español es peor pues el IPC ha rebotado y su mejoría pasada se debe a que, aunque muy tardíamente, el Gobierno hizo algo que pedimos desde el principio: bajar sus impuestos verdes

Lo primero que se observa en la gráfica anterior es que la diferencia entre la línea azul y la roja, la inflación sistémica o implícita, se agranda y, en concreto, pasa de 4,8% en 2021 a 7,2% en 2022, de forma que, según esa métrica no hay desinflación ni de lejos; de hecho, estamos en un lío bien gordo. Para demostrar esa gravedad solo tienen que compararla con la tasa de la fase inflacionaria anterior.

¿Entonces en qué se basa Jerome Powell? Durante su comparecencia hizo una serie de matizaciones, pero lo cierto es que Jerónimo solo tiene a su favor la disminución del Índice General de Precios al Consumo, de famoso IPC (siguiente gráfica; la última línea vertical amarilla señala cuando empezó la guerra en Ucrania), que ciertamente se ha moderado un poco pero, ha parado su descenso. Casi se podría decir que sí e iríamos 1 a 1 siendo generosos, algo que no se merece el "señorito" este.

2 -IPC CPI US & SPAIN- Luis Riestra Delgado - www-macromatters-es.jpg

El caso español es peor pues el IPC ha rebotado y su mejoría pasada se debe a que, aunque muy tardíamente, el Gobierno hizo algo que pedimos desde el principio: bajar sus impuestos verdes (para que algunos se pongan morados) a la energía, esos que tanto gustan la ministra Ribera, esa enemiga del sector automotriz y de la insustituible energía nuclear que quiere cerrar.

También señalamos entonces que hecho lo anterior había que trabajar sector por sector y remarcamos la importancia de los fertilizantes; los que hemos visto una plantación con y sin fertilizantes (los buenos agricultores lo hacen para ver su eficacia), podemos atestiguar la gran diferencia de producción, que es con lo que nos alimentamos nosotros y los animales que comemos.

En su empeño en poner las cosas peor, el Ejecutivo de Sánchez tiene cabreados a todos los agricultores de España con sus leyes delirantes sobre maltrato animal y agricultura "verde" y, puestos ya a fastidiar la Oferta Agregada, que es la que nos sacará (algún día, supongo) del lío en que estamos y que agravaron con su 8M, ha venido Yolanda Díaz a cabrear a todo dios con amenazas sin igual. Ya solo falta Garzón con alguna de sus ideas contra las cosas del comer.

Inflación estructural

Como el IPC está sujeto a malas cosechas, shock geopolíticos petroleros y cambios fiscales, se utiliza otro indicador que elimina buena parte de esos efectos, es la llamada inflación subyacente, que se calcula sin contar "alimentos no elaborados ni productos energéticos" (siguiente gráfica). Como pueden observar, en EE.UU., en eso, no hay desinflación; o sea, Jerónimo, 2 a 1 que no. ¿Y por qué lo dijo? Respuestas hay varias y van desde que quería afectar las expectativas (si no se confirman lo pone peor) a que le interesaba alegrar la bolsa por intereses personales; ellos sabrán.

3 -IPC subyacente core CPI US & SPAIN- Luis Riestra Delgado - www-macromatters-es.jpg

¿Y de lo nuestro qué? Pues va fatal, como pueden ver en la gráfica anterior. ¿Y quiénes se encargan de eso? En temas sectoriales, un área clave para solucionar nuestros problemas de oferta agregada, destaca una señora que tiene muy entrenado el rostro de Mona Lisa como quien se cree que forma parte de la elite (no se rían), hablamos de Reyes Maroto, ministra de Industria, Comercio y Turismo, de quien no se conoce experiencia ejecutiva alguna anterior ni en industria, ni en comercio, ni en turismo ni en nada, como no se le conoce ninguna acción relevante desde que se detectó el problema hace año y medio, que hacernos perder el tiempo se les da de perlas.

Hacia una recesión monetaria

Como en temas sectorial no se hace nada relevante, salvo un susurro sobre la cadena de valor, solo queda la opción monetaria, que la lidera Powell, a quién le queda año y medio de contracción para normalizar la cantidad de dinero. En Europa tenemos a la numeróloga del BCE, Doña Christine Lagarde, muy ocupada dar entrevistas a programas frívolos mientras el oligopolio bancario español expolia al ahorrador, especie de cártel que no necesita hacer bien su trabajo (dar bien préstamos, etc.) pues siempre puede trasladar sus pifias al sufrido españolito, ¿no?; a ella esa mala gestión bancaria y nuestro perjuicio le da igual mientras pueda seguir teniendo acceso a trapitos y complementos nivel Hermes. ¿Qué solución da Lagarde a la mala "transmisión" de su política, a que no se remunere el ahorro como, por ejemplo, en EE.UU.? Pues sermonear, cosa que produce carcajadas en el oligopolio bancario español, pues saben que el Banco de España será cómplice y defensor de sus tropelías.

Lagarde lo tiene muy fácil, solo tiene que permitir cuentas en la banca central a particulares que, al ser minoristas, recibirían una remuneración algo menor que las del oligopolio cuentas que además deberían ser automáticas y receptoras de los fondos de cuentas  inactivas cuyo saldo hoy se apropia la banca. No lo harán pues estos globalistas están a otros intereses, como con la inflacionaria banca progre que encarece la energía y toda una serie de actividades produciendo más inflación.

Padecemos una combinación de incompetencia, corrupción, malas políticas sectoriales, inacción, dogmatismo y despilfarro, con políticas que destruyen capital y fuerzan malas inversiones haciendo casi imposible que la oferta se adapte a la demanda. Así es imposible que haya desinflación -qué más quisiéramos-, de forma que, salvo que se quiera ir al desastre de la hiperinflación, habrá que tomar medidas más duras y por más tiempo, con mayor subida de tipos y contracción monetaria y eso, al menos, Lagarde lo sabe. No queda pues otra que prepararse para tipos más altos, más caída del crédito,  un aumento de las quiebras empresariales y, por supuesto, para una recesión. Ese es el resultado de la mala gestión que se está haciendo y que no es una buena noticia para nadie.

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