Como cada fin de año, desde hace 34, Byron Wien, vicepresidente de la división de "soluciones patrimoniales" de Blackstone, presentó sus diez sorpresas para el año siguiente y, dado el clima turbio e interesado de los mass media globalistas por manipular las expectativas económicas, he pensado que nos vendría bien complementar nuestro usual trabajo estadístico acudiendo a un veterano de la "banca privada" neoyorquina para grandes fortunas (imagínenselas), algo que, por cierto, en los tiempos que corren, en que se desprecia la experiencia profesional y se vuelve al amateurismo, el intrusismo y las trampas para expoliar a incautos, es casi una herejía, eso por no hablar de un país tan afectado por el plagio, la no atribución de autor y los señoritos de la política.
A Byron Wien le tratamos en otra ocasión cuando analizamos a "Dos gurús y nuestra insuficiencia fiscal crónica", de forma que no volveremos a glosar al personaje, aunque tanto él como el tema de aquel trabajo, que alude a un fenómeno sistémico muy concreto y definido por la macroeconomía, conviene repasarlo, sobre todo para calibrar a esos profetas que cada año predicen el desastre y que, obviamente, algún día acertarán, momento en que, los mismos que nos han llevado a la ruina, vendrán a vendérnoslos como grandes expertos en la materia para seguir expoliándonos.
Así de malos son los tiempos que vivimos, pero precisamente por ello he pensado de utilidad que hiciéramos un ejercicio de evaluación de escenarios siguiendo el guion de este gran veterano de las finanzas. Veamos pues sus "sorpresas".
La FED se la envaina
Cosa que, a manera de resumen, implica muchas otras predicciones y que para nosotros no son más que una constatación y un recordatorio de la falsedad, por decirlo suavemente, de que se puede hacer una nueva política monetaria (en el caso de la política fiscal es tres cuartos de lo mismo). Cuando te sales de la ciencia consolidada vas camino del desastre, de ahí que el presidente de la FED, a quien criticamos duramente por sus errores de bulto, tras sablearnos con su impericia haya tenido que rectificar poco después de que Wien publicara sus "sorpresas". Las presiones deflacionarias son tan potentes - aunque por culpa de los políticos, sobre todo los españoles, los más pobres sufran lo contrario - que, en menos de una semana, Powell, asistido por otros miembros de la FED, ha tenido que humillarse (de humildad) públicamente antes de que su desastre fuera a mayores.
Cuando te sales de la ciencia consolidada, como el presidente de la Reserva Federal, o te la envainas o vas derecho al desastre
Situado en esa realidad objetiva, Wien prevé la sorpresa de que la FED abandonará su QE inverso (cosa que pedimos en su momento) con lo que, para 2019, el tipo del Bono del Tesoro se situaría por debajo del 3,5%, la curva de tipos permanecerá en positivo (también la vimos; enlace) y el S&P500 tendrá una rentabilidad del 15% - con la tecnología y biotecnología manteniendo su liderazgo -, situándose en un valor próximo a 2.850, que es una dura zona de techo. Esta situación, dice Wien, hará que el oro baje a los 1.000 $, valor que consideramos una buena zona de atesoramiento, una forma de "ahorro" que analizamos también en su momento. De esta forma, Wien nos da unos valores muy útiles a considerar en cualquier estrategia de inversión.
Y que según Wien llegará hasta 2021. Hay que decir que utiliza el término correctamente, no como el ejército de amateurs que nos arruina, que al no saber en la fase del ciclo en que nos encontramos toman medidas erradas y desarrolla un discurso falaz que daña las expectativas de empresarios y consumidores acortando el ciclo de los negocios. De nuevo, como ya vimos, el "gobierno" español se lleva la palma en incompetencia.
Otra de las "sorpresas" es que no consiguen liar judicialmente a Trump, aunque la pérdida de miembros competentes de su equipo seguirá y restará eficacia a su gobierno. Aunque el gobierno está en cierre parcial, la siguiente sorpresa sería que el Congreso y Trump funcionará bien (en comercio internacional, sanidad, inmigración, etc.) en 2019 y que ambos lanzarían un plan de infraestructuras y crecimiento. La sorpresa de siglo sería que se pusieran a trabajar en resolver su insuficiencia fiscal, pero Wien no prevé eso, como no lo hace nadie, lamentablemente.
Otras sorpresas
Para Europa dice que volveremos al QE por el cachondeo fiscal de la neo-casta del bocazas de Salvini - aunque no le califique así, claro -, que metería a Italia en recesión, y por el menor crecimiento de Alemania, dos cosas que seguro no sorprenden a ningún lector de este blog, donde siempre hemos dicho que nuestros globalistas y demás vividores de casoplón nos harían un japonés. Lo que ya me intriga es quien substituirá al consorte de la descendiente de los Medici; pero Wien no entra en eso, al menos en público. ¿Ustedes qué creen, habrá un nuevo QE del BCE y, quién substituirá a Draghi? También prevé que, pasado el 29 de marzo, habrá un segundo referéndum por el Brexit que saldría a favor de quedarse, pero que ocurriría sin unas elecciones previas - que es mi previsión -; ¿Y Ustedes, cómo creen que terminará el Brexit?
Otra de las ‘sorpresas’ es que no consiguen liar judicialmente a Trump, aunque la pérdida de miembros competentes de su equipo restará eficacia a su gobierno
En otras áreas prevé que Irán y Corea del Norte regresen a su nuclearización pero que, por la proximidad de las elecciones, Estados Unidos no entrará en guerra. En esto yo tengo la impresión de que detrás está China, a la que Trump le está parando su expolio comercial sobre los americanos y para la que Wien predice la sorpresa de que, en un cambio radical de estrategia, abrirá sus mercados a la importación (¿Fuerte devaluación del Yuan?) y a las inversiones mayoritarias en empresas, algo que deberían contemplar las españolas, por cierto.
No está mal el panorama que nos presenta el viejo maestro para el 2019, salvo para Europa, claro, donde la sorpresa sería que las castas europeas pensaran en el bienestar de sus naciones, pero eso, por lo visto, requerirá una crisis política de gran envergadura. Aun así, no desfallezcan, que igual a Macron lo despeñan y, tras él, vayan sus homólogos; lo que ya veo difícil es que antes no se intente un apaño a la italiana, demorándose así el ineludible cambio de orden porque, Ustedes podrán tener razón, pero no tienen el talonario estatal, ni el BOE, ni representantes para defenderla. Mientras, a ver si hay suerte y la semana que viene podemos explorar las bolsas, ahora que el banco central suizo ha perdido 15.000 millones de dólares invirtiendo en ellas, que allí también hay listillos, heterodoxos y señoritos ruinosos.
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