Opinión

Campo de batalla

No se puede convivir, ni llegar a ningún acuerdo, con un enemigo cuyo propósito es exterminarte

Israel continúa matando a buen ritmo a los cabecillas de las hordas terroristas musulmanas (Hamás, etc.) y esa es una de las pocas buenas noticias que me llegan  del enfrentamiento entre la Civilización Occidental (la única que existe) y los representantes del mundo primitivo al que se enfrenta. Primitivo, digo, porque Rusia, Irán o China, a pesar de sus bombas atómicas y moderneces tecnológicas, representan la involución humana, las unas por sus ínfulas neocomunistas imperiales, y la otra por su fanático atraso religioso.

Dicho esto, destaquemos (no se hace lo suficiente) que si no fuera por los Estados Unidos que abastece de armas maravillosas a las fuerzas de la civilización en guerra, pongamos Ucrania o Israel, la situación sería aún peor. Y ya que menciono a Ucrania, este país es otra de las fuentes de alegría que provienen del campo de batalla mundial. Últimamente, las fuerzas de Zelensky han conseguido llevar la guerra a territorio ruso, ahora sólo falta que consigan misiles o drones con los que puedan bombardear Moscú. En una guerra hay que hacer daño al enemigo donde más duela. No sólo militarmente, también simbólicamente. En el caso ruso, Moscú. A ver si los ucranianos consiguen acertar con algunos poderosos misiles el Kremlin. Si Rusia bombardea Kiev, ¿por qué Ucrania no puede bombardear Moscú? Es completamente absurdo.

Europa es un caso perdido, y pinta poco en el campo de batalla mundial. Si no existiera Estados Unidos, o pereciera a manos de la quinta columna woke (véanla respaldar a los terroristas de Hamás y demonizar a Israel), las tropas rusas entrarían en Europa y no pararían hasta la bella Portugal. Parodiando al gran Hitchens: “Lo único que nos separa de la barbarie es el poderío militar norteamericano, sus bombas atómicas su formidable ejército, sus devastadores bombarderos y sus fuerzas especiales”. El resto es cobardía, culogordismo y cháchara suicida.

No se crean el cuento de la culpabilidad solitaria de los alemanes en el intento de exterminio de los judíos: toda Europa era antisemita y quería deshacerse de los judíos

 Poco puede hacer Europa, en verdad, mal armada, debilitada desde dentro por la invasión musulmana y por sus intelectuales que hacen lo que históricamente han hecho los intelectuales europeos (con los franceses  al frente), colaborar con los enemigos de la Civilización y la Libertad. Ofrecer cobertura intelectual y moral a los asesinos (ya sean nazis o comunistas) de todos los tiempos. No se crean el cuento de la culpabilidad solitaria de los alemanes en el intento de exterminio de los judíos: toda Europa era antisemita y quería deshacerse de los judíos.  

Los religiosos musulmanes acuchillan a los pobres europeos a mansalva porque Alá es el más grande y hay que matar al infiel. Ese es el panorama. Incluso, los acuchillan religiosos con orden de expulsión que no se cumplen, porque hay que ser inclusivos, moderados y compasivos. Y los acuchillados que se jodan, naturalmente. El muerto al hoyo y el vivo a afilar el cuchillo para su próxima ceremonia religiosa. Por cierto, esto es lo mismo que ha sucedido y sucede en España con los asesinos de ETA. Sus víctimas que se jodan y los asesinos al Poder, homenajeados en calles y plazas, y a seguir humillando, parasitando y chantajeando a los españoles libres e iguales.   

El campo de batalla abarca el mundo entero, sólo hay que ver la formidable campaña antisemita y proterrorista en todo Occidente. Campaña que no se limita a protestas a cargo de la estupidizada juventud culogorda izquierdista, también ha sido adoptada por los llamados medios de información; hace un rato escuché en la tele (TV3) a un presentador hablando de los seis rehenes “fallecidos” en Gaza. Fallecidos. No sé si es descarada complicidad o un brote de aquella “tentación totalitaria” de la que nos hablaba el gran Françoise Revel. Pero da igual. Es la misma infamia. 

No hay ningún compromiso al que llegar con Hamás. Un alto el fuego y un final de la guerra mientras Hamás sobreviva de alguna forma, no es más que una manera de reiniciar en el futuro el mismo círculo de horror del 7 de Octubre

Hace unos días, Hamás ejecutó de un tiro en la nuca a seis rehenes israelíes. Esto ha desatado una ola de protestas en Israel y en todo el mundo contra Netanyahu, presidente electo democráticamente, y no contra Hamás ¡que es quien ha asesinado a los rehenes! Vivimos en un mundo en el que la abyección impera sobre la razón, la más elemental decencia, y la justicia. No hay ningún compromiso al que llegar con Hamás. Un alto el fuego y un final de la guerra mientras Hamás sobreviva de alguna forma, no es más que una manera de reiniciar en el futuro el mismo círculo de horror del 7 de Octubre. Si no querían guerra, no deberían haberla comenzado; si quieren terminar con la guerra, lo único que tienen que hacer es liberar a los rehenes. No se puede convivir ni llegar a ningún acuerdo con un enemigo cuyo propósito es exterminarte. Han muerto seis rehenes más, pero si Israel hace cualquier concesión a sus asesinos, esto costará la vida a un número mucho mayor de israelíes en el futuro. Acabar con Hamás de una vez por todas es el único camino para una paz duradera. La única solución a la guerra desatada contra Israel es el triunfo de Israel. Triunfo total. Hamás y sus aliados iniciaron la guerra. Pues ahora que se atengan a las consecuencias.

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