Opinión

Cañones o mantequilla

Lo único que hace este Gobierno es desmontar nuestro sistema defensivo, relegándonos a la categoría de víctimas necesarias


Esta frase tan repetida últimamente refleja la necesidad de priorizar el gasto del Estado. Es, obviamente, una falsedad teñida con una levísima pátina de verdad. No en vano la dijo Hermann Göring en 1936, cuando el Tercer Reich se estaba rearmando a pasos agigantados contraviniendo los acuerdos dictados por el Pacto de Versalles. El dirigente nazi sabía que ese tipo de afirmaciones gustaban entre los alemanes hartos del fracaso de la república de Weimar, del paro, del hambre, de la inestabilidad, del desprecio que sufrían por parte del resto de naciones y de, por qué no decirlo, de las cláusulas draconianas a las que se había sometido a Alemania. Había un espíritu proclive a sacrificar esa mantequilla a cambio de cañones, a cambio de respeto en el orden mundial.

Pero ni ahora estamos en aquellos años ni a las naciones europeas se les puede pedir que renuncien, no ya a la mantequilla -además, ahora está de moda ser vegano-, sino a su automóvil particular o a su televisión de plasma Smart TV que te da incluso conversación. Diga usted que cañones o móviles y verá lo que le responde el pueblo. Aunque los dirigentes wokistas europeos ya advierten acerca de que nos vayamos olvidando del vehículo propio, utilizar dinero en efectivo -lo del Euro Digital va a ser para verlo en materia de control de la población, pregúntenselo a Marc Vidal- o de que es inevitable gastar más en Defensa en aras de un hipotético ejército europeo, a la gente no les puedes ir con milongas.

Si los países de la UE hubiesen mantenido sólidas posiciones con perspectiva geoestratégica, ahora dispondrían de unas FFAA modernas, acordes con los objetivos de cada país que, cuidado, no son iguales para todos, eficaces, tecnológicamente válidas y no dependientes de los EEUU o China. Pero así como el sueño de la razón engendra monstruos, el mayo del 68 engendró imbéciles que creían que la guerra era malísima, especialmente era contra países comunistas que tenían o pretendían imponer sus nefastos sistemas.

Que los europeos hayamos vivido en un paraíso artificial y que la izquierda haya sido cómplice de ese estado opiáceo al que hemos llegado socialmente no es excusa.

Los norteamericanos también han hecho lo suyo. ¿Sabían que el mayo francés estuvo, en buena medida, instigado por la CIA que quería deshacerse del general De Gaulle porque lo consideraban poco pro atlantista y se empeñaba en disponer de un programa nuclear propio? ¿Alguien les ha dicho que, casualidades de la vida, al almirante Carrero Blanco lo asesinaron justo cuando iba a dar luz verde al programa nuclear español, nombre clave “Islero”, que nos habría situado entre el club de las potencias nucleares? ¿Saben que existen protocolos secretos entre la OTAN, EEUU y España que nos impiden desarrollar armamento nuclear? ¿Les suena que en Marruecos se esté empezando a trabajar en secreto en misiles de medio y largo alcance que podrían ir equipados con ojivas nucleares?

Claro que no. Porque lo único que hace este gobierno -y todos los que le precedieron- es desmontar nuestro sistema defensivo, relegándonos a la categoría de víctimas necesarias. Las FFAA que sean sólo una ONG, poco más que un voluntariado social, los equipos siempre adquiridos a yankees o ahora con Sánchez a los chinos. Y que sea Ucrania el foco de atención prioritaria por si hay que tocar a rebato y llamar a la gente a la guerra. Ojo, defiendo a Ucrania y condeno al Putin invasor. Pero nuestro problema está se llama Marruecos, la Yihad, la invasión de Ceuta, Melilla y Canarias. ¿O ahí no cuenta la Defensa? ¿Son más importantes los cañones o la mantequilla? Seguramente, para el gobierno lo más importantes sean las poltronas. Y así nos va.

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