Nos vendieron un ministerio, que nadie quería comprar, como algo necesario que iba a ayudar a las mujeres. Bueno, en realidad sí que iba a ayudar a unas cuantas mujeres, especialmente a una, que así podía añadir en su currículum "ministra de Igualdad", porque el renglón de "tres meses de experiencia como cajera" quedaba muy desangelado y algo había que inventarse para justificar el pastón que iban a cobrar ella y sus amigas.
Después este ministerio nos vendió una ley, que nuevamente nadie quería comprar, como una ley necesaria para proteger a las mujeres. Desde luego que protegía a unas mujeres, más bien a sus sueldos, porque tiene que parecer que hacen algo además de derrochar nuestros impuestos en anuncios y eslóganes absurdos idealizando la obesidad.
Con la ley del "sí es sí" muchos titulares se llenaron de humo hablando del consentimiento, para de esta forma no tener que hacer hincapié en lo que era verdaderamente preocupante: la rebaja de las penas e incluso la desaparición de un delito que ya estaba tipificado como tal. Algunos medios y expertos en leyes sí que repararon en el problema más grave de esta ley, pero la respuesta que obtuvieron por parte de la ministra de Igualdad fue espectacular: informar de que esta ley pondría a delincuentes en la calle era machista y, como eso no había pasado ni iba a pasar, era una campaña organizada por los medios machistas. A los abogados, jueces y expertos que advertían del problema se les ignoró: era una campaña de desprestigio organizada por los medios machistas, porque yo lo valgo.
No solo se sube al carro de señalar a los jueces como machistas, sino que además tiene la brillante idea de que los jueces necesitan formación y ser reeducados para aplicar bien las leyes
Pero… ¡Oh sorpresa! Resulta que esta semana se reabre el escándalo sobre la dichosa ley, porque llevamos ya quince condenas reducidas o incluso canceladas, aunque no iba a pasar. La respuesta de doña Irene a que estos delincuentes estén en la calle o lo vayan a estar dos años antes de lo previsto: que los jueces son machistas y que están aplicando mal la ley a propósito.
Por si esto fuera poco para los jueces de este país, la secretaria de Estado de Igualdad y contra la Violencia de Género, (quizá nombrarla secretaria de Irene le debía saber a poco y tuvieron que inventarse un titulito más largo), la señorita Angela Rodríguez, más conocida como Pam, no solo se sube al carro de señalar a los jueces como machistas, sino que además tiene la brillante idea de que los jueces necesitan formación y ser reeducados para aplicar bien las leyes.
Yo no dudo en absoluto que para aplicar como ellas quieren las leyes que se sacan de la manga haya que ser reeducado, pero me resulta algo más que chocante, incluso insultante diría yo, que alguien cuya formación consiste en una licenciatura en Filosofía les exija formación en leyes a unas personas que, para llegar a ser jueces, han dedicado a formarse una media de diez años, entre el grado de derecho, el máster habilitante para ejercer la Abogacía, la oposición, que es una de las más exigentes de España, y las prácticas tuteladas en todos los órdenes jurisdiccionales.
Una señorita cuyo currículum antes de ser "la secre del chupi ministerio" se reduce a ser asesora política en Parla, (que tiene guasa que curiosamente sea en Parla, aunque voy a contenerme para no hacer uso del dicho que todos conocemos cuando mandamos a alguien a Parla), tiene la desvergüenza de mandar a nuestros jueces a leer. Por favor, que alguien le diga a Pam que la vida real no es Twitter.
La machista eres tú porque, desde que se creó vuestro Ministerio de Igualdad, España ha pasado de ocupar el quinto puesto como país más seguro para vivir siendo mujer, a ocupar el décimo quinto
Analizando todo esto como mujer, solo tengo una cosa que decirles a todas estas ineptas, antes de que me llamen machista a mí también: la machista eres tú.
La machista eres tú porque, desde que se creó vuestro Ministerio de Igualdad, España ha pasado de ocupar el quinto puesto como país más seguro para vivir siendo mujer, a ocupar el décimo quinto. La machista eres tú porque has conseguido que presentarme a una oposición siendo mujer me dé los mismos puntos que tener una minusvalía del 60%. La machista eres tú porque dais becas a las chavalas para que estudien ciencias porque no creéis que una mujer pueda elegir una carrera de ciencias por sí misma y su propio interés. La machista eres tú porque tienes el cuajo de hablarme a mí de empoderamiento y de techos de cristal, cuando tú estás donde estás por ser la "novia de" o "la amiguita de". La machista eres tú porque quieres meternos por el recto otra ley, que no solo no va a proteger a los transexuales, sino que va a dañar a nuestros niños y va a relegar a la mujer, aún más si cabe, de muchos ámbitos importantes que tanto nos costó conquistar. La machista eres tú porque utilizas a las mujeres para enriquecerte y encima has empeorado nuestro papel como mujeres en la sociedad, enfrentándonos además a los hombres.
Si para entenderlo necesitáis que os haga un bailecito con una coreografía ridícula, disfrazada de payasa, mientras canto en la plaza Mayor "la machista eres tú", estoy dispuesta a rebajarme a vuestro nivel chabacano, infantil y hortera, si con eso consigo que dejéis de arruinarnos la vida y os larguéis por donde vinisteis. Pero estoy convencida de que, como "buena feminista", os gustan más los euritos que los ideales y ni manchando vuestras manos con las lágrimas e incluso la sangre de muchas mujeres, sois capaces de que os duela tanto la conciencia como para responsabilizaros de vuestros actos, dimitir y alejaros de la política para siempre.
Sorprendedme, hacedme ver que estoy equivocada, que os importan las mujeres e idos todas a… Que sí, que a Parla.
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