EL PLANTEAMIENTO-LA PREGUNTA ATERRADORA
Viernes de puente.
Opusvan eléctrica surcando La Mancha camino a Málaga.
Delante, los Sres. de Núñez del Botijo.
Detrás, grupo de cuatro:
- Abuelo viendo videos de Laura y sus piernas revelando letras en La Ruleta de la Suerte.
- Niño con hámster en el regazo, contando en alto los tíos Pepe, toros de Osborne y puticlubs que adornan el paisaje.
- Asiento vacío.
- Adolescente hembra fusionada existencialmente con su móvil.
A la altura de Casa Pepe, drama marital; ella se olvidó de enchufar el coche. Queda poca batería.
“Yo no puedo estar a todo, Jose Luis”.
Cartel de salida. Se anuncia exgasolinera, ahora punto de recarga.
Jose Luis casi se la pasa, soliviantado que anda el hombre.
Frenazo y volantazo.
El hámster sale volando y se estampa contra el parasol del piloto cayendo después a plomo en entrepierna del ídem.
-Quitadme este bicho. Os he dicho mil veces que lo llevéis atado.
-Estás histérico, Jose Luis. Desde que te has montado por tu cuenta, estás insoportable. Te prefiero fijo.
La madre rescata el cuerpillo seminconsciente y lo pasa para atrás, diciendo:
-Ponedlo en el asiento, a ver si se recupera. Pero con el arnés.
De la nada, adelantando por la izquierda, surge agente sobre motaca.
Aspaviento de brazo, arriba y abajo, que te encoge el alma.
Moto y coche se orillan sincronizados, y paran en la cuneta.
Poli se baja de la moto. Bajonazo: de Tom Cruise, a Louis de Funes.
Toca la ventanilla y se la bajan.
“Buenas tardes. Sabe usted por qué le he parado, ¿no?”
Este es el momento de pánico vital, en que uno es consciente de que, según lo que diga, puede acabar perdiendo su condición de ciudadano libre y con puntos.
EL NUDO-EL CUERPO DEL DELITO
-Buenas tardes, señor Agente. Será por el frenazo.
-Bueno. Por eso también. Pero yo estoy aquí por lo de la agenda 2030. Para confirmar que se están ustedes adaptando bien. Permítanme la documentación del vehículo.
El policía la revisa y después pone una cruz en el apartado “todo ECO” de su libreta.
- ¿Se puede saber por qué no conduce su señora?
-Se le ha roto una lentilla.
- ¿Y las gafas? - pregunta con retintín. - Bueno. Déjelo. Pero le voy a entregar un folleto, y tómese esto muy en serio.
“Sea un hombre sin miedos. Déjele el volante a su mujer”, pone en la portada.
Agente pone un 3 en la casilla de “nueva masculinidad”, y comienza a revisar perimetralmente el interior del vehículo, estirando cuello en plan galápago.
- ¿Y esto? - dice señalando al hámster, que está espatarrado y panza arriba en el asiento.
- ¿Cómo que “y esto”, se-ñor-a-gen-te? - dice Maribel, arqueando ceja todo lo que el bótox le deja.
Al policía, que está casado y, como tal, capta las señales, se le ponen de corbata y recula.
-Nada. Que pobrecillo.
-Bueno. -dice la madre más relajada - Un mal parto y se nos ha quedado raquítico.
Una vez superado el momento ceja, al saberse fuera de casa, el agente se envalentona y dice:
-Pero, es hámster, ¿no?
-No. Se autopercibe mastín leonés.
-Ah. Bien.
Se la envaina con el aprobado en autodeterminación, pero le pueden las ganas de multa, y pide el justificante del cursillo de perros. Se lo dan. Todo en regla.
-Procedamos a revisar maletero.
Se dirige a la parte trasera y abre el portón. Todos miran hacia atrás, tensos.
Tras una primera mirada, anota NO en la casilla “presencia de independentistas”.
Entre las maletas, los palos de golf, y las bolsas de Mercadona, asoma sospechoso el rabillo de un salchichón ibérico.
Al policía se le pone cara de TEDAX.
-¿Puede usted venir, -le dice a Jose Luis - y explicarme qué es esto?
Jose Luis se acerca, ve el cordón blanco y entra en pánico, consciente de la ecoaberración ambiental que es ahora consumir charcutería.
- ¿Qué es, cariño? - Grita ella ansiosa desde el asiento del copiloto.
-Como una cuerdita blanca, -balbucea él.
-Explícale al señor agente, -replica ella astuta- que es la niña, que está en sus días y es desordenada. Que ahora, gracias a Dios, estas cosas ya se pueden contar.
A pesar de estos sustillos de carretera, uno sabe que los agentes, fuerzas y cuerpos, son gente de bien.
Fallido el intento de este goaverno de convertirlos en El Coco durante la pandemia , Jisperson ahora se dedica a dos cosas:
1- Intentar modificar la Ley Mordaza para dejarlos en cueros frente al delincuente.
2- Usarlos de peones a mover en el tablero peninsular, donde juega su particular partida contra la unidad de España. Estratega inigualable de la ignominia, una de sus jugadas favoritas es la de “yo te quito a estos tíos que te molestan, y tú me apoyas”, que es lo que ha hecho en ciertos lugares con unidades concretas de la Guardia Civil, igual que hizo con el CNI.
El mediador es el Barón Ashler que tenemos como ministro del Interior, que quiere ahora travestir a la Benemérita, disfrazándola de 'Tito Berni'
La otra jugada favorita es la de “Presos por Presupuestos”, pero ahí las fichas son otras, y el mediador es el Barón Ashler que tenemos como ministro del Interior, que quiere ahora travestir a la Benemérita, disfrazándola de 'Tito Berni'. Del “ni pena ni miedo” con el que titula su libro, a dar un poquito de las dos cosas.
Y EL DESENLACE: SOMOS LA RESISTENCIA
Agente se despide cordial y reanudan la marcha.
“Mamá, te mato”, dice la hija.
-Todo menos que el tío nos confisque el salchichón -dice Maribel guiñando un ojo a su marido. Se tronchan.
Ella saca el San Cristóbal de la guantera y lo vuelve a colocar en el salpicadero.
-Pon música- le pide José Luis.
- ¡El Cara al Sol! - dice el abuelo.
- ¡Suegro, por Dios, tampoco nos pasemos!
-Bueno. Pues entonces párame en Guarromán. Necesito unos hojaldres.
- ¡Papá, mira!, ¡otro puticlub!- dice el niño señalando un cartel luminoso con señoritas asirenadas.
Peludito vuelve a respirar…
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