Según denuncia Xavier García Albiol, los separatistas ingresados en cárceles catalanas gozan de unos privilegios que no les corresponden de ninguna manera. La competencia en materia instituciones penitenciarias depende de la Generalitat de Torra. Qué raro, ¿no?
Albiol es el enemigo número uno del separatismo
El líder del PP es, sin duda alguna, el auténtico Papus del separatismo, de los podemitas, de los sociatas pusilánimes, incluso, inexplicablemente, de Ciudadanos. Me atrevería a decir que, además, tiene no pocos enemigos en su propio partido que, como es bien sabido, son los peores de todos. Nada causa más bajas en una guerra que el fuego amigo.
Pero este gigantón badalonés no es hombre que se calle las cosas y habla clarito, muy clarito. La última denuncia que ha lanzado al enturbiado y nauseabundo pantano de la política catalana, y que ha agitado sus miasmas con poderosa fuerza, es el trato de favor que según Albiol están recibiendo los encarcelados separatistas. En una carta dirigida a la ministra de justicia Dolores Delgado, el popular desgrana los argumentos en los que fundamenta su acusación, que no son pocos ni baladíes.
Dice Albiol que, mientras que el resto de internos recibe una media de dos visitas al mes, como marca el reglamento, los separatistas están recibiendo hasta cuatro, sí, lo han leído bien, cuatro visitas diarias. Eso ya no es quesea trato de favor, es casi como recibir en el sofá de tu casa a quien tenga el gusto de irte a saludar y echar la parrafada con el café delante.
Según la documentación que obra en poder del líder del PP catalán, dichas visitas reciben la condición de “autoridad”, señalando que la mayoría de ellas son personas que no detentan ningún cargo con lo que, además de vulnerar las normas penitenciarias, se estaría cometiendo, y eso lo supongo yo, un delito de usurpación de cargo y funciones, porque, verbigracia, aunque uno salga mucho en TV3, trabaje de encargado del botafumeiro separatista en los medios escritos o perpetre canciones más o menos desafinadas no por eso debe considerársele autoridad.
¿Alguien se imagina lo que sucedería si bajo un gobierno del PP no se cacheara a las vistas de unos presuntos golpistas de extrema derecha?"
Continuando con el escrito que la ministra socialista debe haber recibido con un mohín de disgusto – hay que ver, con lo simpático y bailarín que es Iceta y lo serio y con cara de boxeador que es este Albiol, se habrá dicho seguramente – se refieren otros detalles no menos inquietantes, como que a las visitas de estos presos no se les registra ni se las hace pasar por los arcos de seguridad. Una de dos, o las autoridades de la Generalitat son panglosianas y opinan que el ser humano es intrínsicamente bueno y, por lo tanto, uno ha de fiarse de todo el mundo, o aquí hay no ya trato de favor, sino otro delito de importancia, porque inhibirse del protocolo de seguridad en un centro penitenciario puede suponer, y no digo que sea el caso, la introducción de armas con el consiguiente riesgo de comisión de delitos.
Recordemos que los políticos presos lo están por presuntos delitos de rebelión, sedición, conspiración y malversación. Por poner un ejemplo, ¿alguien se imagina lo que sucedería si bajo un gobierno del PP no se cacheara a las vistas de unos presuntos golpistas de extrema derecha? ¿Qué dirían los medios tan progres, tan celosos de la democracia, tan humanitarios, si a esos presos golpistas se les dejara vivir a cuerpo de rey, permitiéndoles las visitas que les diera la gana, disponer de medios de comunicación con el exterior tales como tablets o móviles, y permitiendo que cursasen instrucciones a sus partidarios? Pues eso es lo que Albiol denuncia, y lo que denuncia también la Agrupación de los Cuerpos de la Administración de Instituciones Penitenciarias, los funcionarios, vamos, los currantes que ven y no se creen lo que está sucediendo ante sus ojos.
Claro que Albiol es alguien a abatir en esta sociedad acojonada, débil, con unos políticos remojados en sus propios orines ante el estigma de que los califiquen como fachas, xenófobos o, lo peor de todo, poco dialogantes. Son los que pasan del imperio de la ley, porque lo que pretenden es que la ley sea la del embudo, lo ancho para ellos y lo estrecho para los demás.
Así las cosas, a la ministra, una de dos, o le ha dado un parraque o ha tirado la carta a la papelera. Me inclino a pensar lo segundo.
Por qué no deberían estar los presos en Cataluña
Albiol concluye en su carta que estos presos no tendrían que haberse traslado aquí, y tiene razón. La complicidad del aparato institucional separatista con esta gente tan evidente que ni siquiera se molestan en disimular. Total, ¿para qué perder el tiempo con excusas y trampantojos, si tienen a Sánchez cogido por los presupuestos, vulgo, pelendengues? Lo peor de todo es que esa es la pura verdad, la razón por la que se está orquestando el inmenso paripé que tiene como objetivo legitimar al separatismo “moderado” – como si tal cosa fuese posible – para presentarse ante la candidez de la masa apropiándose del mantra “Nosotros hemos solucionado el problema catalán a base de diálogo”. A base de diálogo, no, señores socialistas, a base de ceder al chantaje, a base de dejar desprotegida la constitución y a los ciudadanos que solo aspiran a vivir con normalidad sin tener que soportar las bravuconadas de los matones supremacistas, a base de hacer ver que miran hacia otro lado cuando aquí la violencia ya se ha materializado en agresiones, la policía autonómica parece que solo sirva para acosar a los constitucionalistas y los medios públicos catalanes que pagamos entre todos sean cada día más una máquina de verter odio hacia todo lo que no sea su secta amarilla. A base de todo eso, sí, a base de dialogar, un huevo, porque no es diálogo bajarse los pantalones ni es diálogo el papelón que el PSC representa en esta tierra, con uno de sus más altos cargos en el mismo balcón de un ayuntamiento que Torra, los lazis hiperventilados y todo el panteón de propaganda separatista, más mudito que Harpo Marx y con cara de circunstancias. Lo hizo, decía “para no aumentar la crispación”. Manda carallo y que poca dignidad tienen. Me permito recordar que lo mismo se podría haber dicho con ETA, con Batasuna, con el movimiento abertzale y no se dijo porque entonces aún quedaba en el socialismo algo de eso que se llama sentido del Estado.
A los que también debería aconsejarse que se fueran siquiera un ratito, a ver si así se despejan, es a la actual dirección del PSC, porque si los separatistas son los responsables de lo que está pasando – y que tiene mal fin si no se ataja – no son menos responsables aquellos que, por sentarse en La Moncloa, han vendido a su padre y a su madre"
A Albiol, sin embargo, le falta un elemento en su más que justificada denuncia, y es que no son solo los presos separatistas los que deberían alejarse de Cataluña. A los que también debería aconsejarse que se fueran siquiera un ratito, a ver si así se despejan, es a la actual dirección del PSC, porque si los separatistas son los responsables de lo que está pasando – y que tiene mal fin si no se ataja – no son menos responsables aquellos que, por sentarse en La Moncloa, han vendido a su padre y a su madre, se han pasado por el forro todo lo que supone ser de izquierdas y se han cargado limpia y llanamente lo que de positivo tuvo el socialismo catalán en su día.
Eso sí, Iceta es simpatiquísimo y un gran orador y Albiol es malo, malísimo. Pero uno apoya la injusticia y la destrucción del Estado de derecho y el otro, en cambio, hace lo imposible para salvaguardarlos.
No sé si ahora entienden algunos de ustedes porque Xavi tiene enemigos en cada esquina.
Miquel Giménez
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