Últimamente los departamentos de Marketing de plataformas de entretenimiento como HBO o Netflix están que echan humo, devanándose la cabeza sobre cómo llamar la atención de potenciales espectadores. Se trata de un mercado tan saturado de series y películas de esas que “no nos podemos perder” que incluso nuestros amigos y familiares, cuando nos quieren recomendar algo, deben insistir más de la cuenta rozando en ocasiones la agresividad de un vendedor de enciclopedias: “Tienes que ver esta serie, necesitas ver tal docudrama…”. Y si ellos no van a comisión, imaginaos los que sí lo hacen.
No es extraño que estas plataformas busquen métodos cada vez más retorcidos a la hora de vender su producto y destacar entre tanta competencia. Y las polémicas de redes sociales ofrecen un escaparate perfecto para llamar nuestra atención. No sé hasta qué punto será una práctica habitual e intencionada por los departamentos de marketing, liarla por redes, pero sucede con demasiada frecuencia como para achacarlo a la casualidad.
Uno de mis últimos vídeos se refería a la serie Patria, a razón de la última polémica suscitada por un cartel que muchos han interpretado como una invitación a observar una panorámica de la tragedia vasca, donde el dolor de las víctimas es equivalente al de sus verdugos, ya que estos, a su manera, también sufrían.
No sabemos cuál será la aproximación final de la serie, ni cómo de fiel será con la novela de Aramburu (el autor dice que bastante). Pero el marketing ha sido lo suficientemente ambiguo como para cabrear a los sectores más taxativos con el relato de la violencia terrorista etarra. Un relato que algunos retuercen de forma partidista para encontrar una justificación moral que equipare el terrorismo nacionalista con el uso desproporcionado de la violencia por parte de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Ambas ilegales, ambas diferentes.
Sorprendentemente, entre los comentarios de mi último vídeo los hay que reprochan que se “invisibiliza” a las víctimas del Estado del mismo modo que las feministas invisibilizan a los hombres maltratados por sus parejas. No es lo normal encontrar a gente crítica con el feminismo y equidistante con el terrorismo vasco, ambas cosas tienden a pertenecer a mochilas opuestas e incompatibles. El llamado pack de la izquierda y pack de la derecha. Sin embargo, en mi canal de YouTube, puedo presumir de que convergen y se mezclan posturas de todos los sabores. Debe ser eso que Íñigo Errejón llamaba interseccionalidad.
Para algunos, las víctimas del terrorismo serían el equivalente a las víctimas mujeres (ampliamente reconocidas y visibilizadas en todos los medios de comunicación) y las víctimas de torturas policiales y de terrorismo de Estado serían el equivalente a los varones víctimas de malos tratos (silenciados por los medios).
Terrorismo etarra y violencia machista
Comparar el terrorismo etarra con la "violencia machista" me parece un nuevo hito en las gimnasias mentales a la hora de hacer una equivalencia sobre dos cosas que están a mil jodidas millas de ser comparables.
Lo explico: si echamos un vistazo a los estudios sobre la violencia dentro de la pareja observamos que la recopilación más exhaustiva y rigurosa alrededor de la violencia en el ámbito doméstico es la llevada a cabo por el PASK (Partner Abuse State of Knowledge). https://domesticviolenceresearch.org/
-Recopila 12.000 estudios de distintas partes del mundo.
-2.000 se resumen y organizan en tablas.
-Concluye que hombres y mujeres perpetran abusos físicos y no físicos en porcentajes similares.
-Que la mayor parte de la violencia doméstica es mutua.
-Que la violencia doméstica de hombres y mujeres está correlacionada con los mismos factores de riesgo y sus motivaciones son similares en ambos casos. Todos los papers nos indican que la naturaleza de la violencia de pareja es la misma tanto para mujeres, como para varones, como para parejas LGTB. El perfil del maltratador suele ser parecido, y sus razones para maltratar tienden a responder a las mismas variables en un sexo y en el otro. Y tenemos literatura académica sobre este fenómeno como para enterrar el Ministerio de Igualdad.
En resumen: es la misma violencia y las víctimas merecen el mismo trato. No se lo estamos dando. Al contrario, lo que hace la mayor parte de nuestra clase política, en connivencia con casi todos los medios de comunicación, es hacer demagogia y señalar a los que disentimos como machistas cómplices del maltrato y asesinato de mujeres. Literal.
Hombres maltratados
Los hombres maltratados en el ámbito de la pareja íntima son víctimas incómodas, ignoradas sistemáticamente y abandonadas a su suerte por nuestras instituciones; las mismas instituciones que han financiado películas sobre el GAL, Lasa y Zabala o la Yoyes (donde nos quedaba claro eso de que los terroristas también sufrían, mucho, muchísimo).
Lo que es miserable, lo que a mis ojos te convierte en un ser mezquino, es utilizar el terrorismo de Estado o las torturas policiales para justificar la violencia de los etarras
Algunos se empiezan a cansar del cinismo que barniza tanta equidistancia. Señoras y señores, se debe hablar del GAL y se habla. Se deben condenar las torturas policiales y se condenan. Se debe decir que el terrorismo de Estado es una de las peores manchas negras en la historia reciente de España, y se dice. De la misma forma que se pueden condenar los crímenes de guerra del bando aliado sin que por ello tenga que equipararse moralmente con los nazis. Lo que me parece rastrero, lo que es miserable, lo que a mis ojos te convierte en un ser mezquino, es utilizar el terrorismo de Estado o las torturas policiales para justificar la violencia de los etarras y generar un marco de equidistancia (no hubo ni malos ni buenos, hubo víctimas en todos los bandos, aquí todos sufrieron...) a la hora de analizar la tragedia vasca y lo que significaba el régimen de terror impuesto por ETA.
Puedes ver los vídeos de Un Tío Blanco Hetero (Sergio Candanedo) en: https://www.youtube.com/channel/UCW3iqZr2cQFYKdO9Kpa97Yw
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