Opinión

Casado, Ayuso y los que se odian en el PP

“En el PP tenemos la increíble capacidad de convertir en un problema lo que fue un triunfo arrollador el 4-M. Somos únicos para pegarnos tiros en el pie y, lo

“En el PP tenemos la increíble capacidad de convertir en un problema lo que fue un triunfo arrollador el 4-M. Somos únicos para pegarnos tiros en el pie y, lo peor, es que esto no parece tener fin”. Un veterano político ‘popular’ de Madrid se lleva literalmente las manos a la cabeza cuando habla de la guerra entre Génova y Sol –con escala en la Cibeles de Almeida- que amenaza con arruinar la exhibición de Isabel Díaz Ayuso (y del PP al que dio oxígeno) en las elecciones autonómicas del 4-M.

Desde ese mismo día, y como ya se ha contado en esta misma columna, los celos y las estrategias de “los entornos” de Casado y Ayuso no han hecho más que enconarse. Esa misma tarde de la victoria electoral se produjo un duro intercambio de mensajes vía wasap entre Teo García Egea, secretario general del PP, y el 'spin doctor' de Ayuso, Miguel Ángel Rodríguez.

¿El motivo? La foto en el balcón de Génova del triunfo: MAR quería un momento de gloria en solitario para Ayuso y desde Génova no estaban dispuestos a que la presidenta monopolizara el éxito. Incluso, un cargo nacional tuvo que acudir al garaje a interpelar a la presidenta cuando llegaba a la sede poco antes de las ocho de la tarde para recordarle que debía lealtad a Casado y no a Rodríguez.

Desde aquel episodio que empezó a amargar el triunfo de un 4-M que acabó con Pablo Iglesias de tertuliano –“España me debe una, he retirado a Iglesias de la política”, presumió Ayuso- y con Ángel Gabilondo de Defensor del Pueblo, los roces se multiplicaron.

Las prisas de Ayuso

En el entorno de Ayuso son conscientes de que dentro de dos años “será imposible repetir los resultados del 4-M”. Entonces, el PSOE presentó un candidato debilitado, Iglesias concentró todo el voto de rechazo y movilizó a los abstencionistas y, por si fuera poco, “eran unas elecciones en las que solo se votaba a la Comunidad. Así, el voto de castigo era más fácil, pero en 2023 serán –como poco- municipales y autonómicas, y será mucho más difícil que un socialista de Parla o Fuenlabrada, vote al PSOE para su ayuntamiento y al PP en la Comunidad”, insisten fuentes cercanas a Ayuso.

En el fondo, la batalla no es solo por Madrid como granero de votos: para el PP, garantiza la colocación de cientos y cientos de cuadros del partido en la administración regional y municipal, y no se pueden permitir ningún traspiés.

Por ello, en Sol están empeñados en poner en marcha ya la maquinaria del partido a pleno rendimiento, adelantar el congreso regional y no esperar, como insisten en Génova, a la primavera de 2022. Una vez que han dejado claro a la dirección nacional que Ayuso será la candidata (lo volvió a anunciar en la directiva de este viernes) y no se apartará en su deseo de presidir el PP madrileño –como sucede en todas las CCAA donde gobiernan los populares, en las que el presidente de la Comunidad preside el partido- están dispuestos a hacer ‘concesiones’.

Por ejemplo, a integrar en la nueva ejecutiva a “gente de Almeida”. No así a la actual gestora, con Pío García Escudero a la cabeza, que gobierna de manera provisional la formación en Madrid desde la dimisión de Cristina Cifuentes allá por 2018. En Sol entienden que al alcalde deben integrarle "porque suma", pero consideran que la gestora ha “actuado en contra de la presidenta” en los últimos meses. Sobre todo, no perdonan los movimientos que hicieron para controlar el partido con afines al alcalde cuando Ayuso estaba más débil y en plena pandemia. “La gestora no pinta nada” cuentan hoy en estas páginas.

Los sondeos internos que maneja Génova ya han dado la señal de alarma para que se detenga el pulso: cuando la guerra de declaraciones estaba en su apogeo, la intención del voto del PP –que no había parado de crecer desde el 4-M- cayó dos puntos.

Todas las miradas apuntan a García Egea y Miguel Ángel Rodríguez “que no se soportan”. De hecho, y según contó un comunicador en la radio sin que ella lo desmintiera, la presidenta de Madrid tiene bloqueado a García Egea en su whatsapp...

“El problema son las personas que les rodean”, cuenta esta misma fuente. “La relación entre Isa y Pablo era buena, todos lo sabemos porque Casado fue el único que creyó en ella, pero van a acabar envenenándola”. Y todas las miradas apuntan a García Egea y Miguel Ángel Rodríguez “que no se soportan”. De hecho, y según contó un comunicador en la radio sin que ella lo desmintiera, la presidenta de Madrid tiene bloqueado a García Egea en su whatsapp.

Este viernes, Ayuso y Egea debían verse cara a cara en la planta primera de Génova en la Ejecutiva del PP madrileño. La presidenta insistió allí en que esperaba que el congreso regional “se celebre lo antes que se pueda porque es bueno para los programas electorales, para los candidatos, para coger la fuerza de las elecciones últimas”.

Añadió que “el congreso será cuando decida el partido y yo lo acataré”, pero dejó un mensaje a navegantes: “También creo que hay unos estatutos y hay un reglamento que dice cuándo ha de celebrarse, pues que lo sigamos todos con normalidad”. García Egea no estaba allí para escucharla. Horas antes de la anunciada cita había excusado su presencia “por motivos personales”. Ayuso 1, Génova 0.

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