El término 'Charo' está en boca de todos y sigue la estela de otro vocablo que arrasó años atrás y que ahora está en relativo desuso, el 'cuñao', expresión que se empezó utilizando para describir al señor cincuentón, normalmente de derechas, que te arruinaba las comidas familiares con sus opiniones infundadas, y acabó utilizándose como arma arrojadiza para desacreditar a todos los que nos llevaran la contraria en cualquier trifulca twittera. El cuñadismo tuvo su momento de gloria pero en la actualidad está siendo opacado por un charismo que últimamente anda pisando fuerte por las redes sociales.
Leí el otro día un artículo de Vice en el que se indagaba sobre este fenómeno de supuesta actualidad, señalando el término 'charo' como el nuevo insulto de la alt-right española contra las feministas, y que ellas valientemente habían decidido reapropiarse bajo el hashtag #JeSuisCharo. La realidad es que la charología, al igual que el cuñadismo, no tienen nada de nuevo, el término fue bautizado en el año 2011 por un forero de Burbuja que introdujo el concepto en una legendaria entrada que es inmune al paso del tiempo.
“Esas que son acérrimas seguidoras de IU, o del PSOE en cualquier lugar de provincias y que buscan mantener su chiringuito.
Las Charos, como las visilleras, siempre tienen razón , y no es que ellas sean incoherentes, o unas aprovechadas. No. La causa de sus desgracias es siempre el machismo patriarcal, la incomprensión, y todas esas cosas.
Las charos son la versión moderna de las "Teresas" de la Sección Femenina de Falange Española en la época de Franco. Las charos existen, no son un mito.”
No es que llamar 'Charo' al personal se haya puesto de moda, es que a día de hoy tenemos más charos que nunca. El charismo, impulsado por nuestra administración pública y unas redes sociales desatadas, ha atravesado barreras generacionales y es capaz de introducirse y propagarse incluso entre los sectores demográficos más jóvenes. Las Charos ya no necesitan ser cincuentonas funcionarias que viven con sus gatos y que, al igual que los 'cuñaos', son capaces de arruinarnos cualquier velada hablándonos sobre su sacrificada existencia y lo duro que es ser mujer en un mundo dominado por hombres; ahora es común encontrarse esa conducta en chavalas de 17 años que toda su vida han sido llevadas en volandas y tratadas entre algodones. Nuestra coyuntura social, cultural y política es una máquina expendedora de 'charos'. En la actualidad las 'charos' no se hacen, se fabrican.
El 'charismo' sostiene a Pedro Sánchez
El otro día hablando con Fernando Diaz Villanueva llegamos a la conclusión de que el triunfo de Pedro Sánchez El Guapo se sostenía principalmente por el apoyo silencioso de este sector, el sanchismo durará lo que dure el arropo y cuidado del charismo institucional y mediático, así como todo el conjunto de actitudes y prácticas aprendidas llevadas a cabo en pro del mantenimiento de órdenes sociales en que las charos son beneficiadas por practicar y fomentar el charismo, reconocible por explotar problemáticas que desplazan el debate público de temas de mayor importancia y/o urgencia.
Es incomprensible que, a las puertas de la crisis que se nos avecina, como país estemos destinando recursos a que un grupo de señoras elaboren un informe sobre el impacto de género de las películas y las series de televisión españolas, un informe cuyas conclusiones delatan nostalgia por aquella censura franquista que le cubría el escote a Ava Gardner.
Sin embargo estas prácticas son habituales en nuestra administración pública, y detrás de esa aparente inutilidad esconden algo mucho más perverso, que es el agradecimiento implícito al sector que mantiene a esta gente en el poder. El gobierno se preocupa por las charos porque sabe que sin ellas no son nada. Cuantas más charos mejor, por eso #JeSuisCharo es una buena noticia.
Puedes ver los vídeos de Un Tío Blanco Hetero (Sergio Candanedo) en: https://www.youtube.com/channel/UCW3iqZr2cQFYKdO9Kpa97Yw
Apoya TU periodismo independiente y crítico
Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación